LOMCE: una mera reforma de la LOE que no garantizará la libertad de enseñanza
Profesionales por la Ética ha publicado un informe sobre la LOMCE en lo relativo a la libertad de enseñanza y la educación en valores. “Resulta decepcionante que la LOMCE sea tan solo una reforma parcial de la Ley Orgánica de Educación (LOE) impulsada por Zapatero
y consolide las bases de las leyes educativas socialistas hasta ahora
vigentes, en cuyos principios pedagógicos está la principal causa del
fracaso de la educación española”, advierte.
Informe: Libertad de enseñanza y educación en valores en la LOMCE
La Ley Wert y la educación en español: una reforma que conseguirá que todo siga igual
¿Acaso las creencias de la mayoría de los españoles no tienen cabida en la escuela?
Los objetores a la EpC, abandonados a su suerte por la reforma del PP
El informe resulta demoledor ante las insuficiencias, ambigüedades y
lagunas de la LOMCE. A modo de ejemplo, aunque suprime la asignatura de
adoctrinamiento ideológico obligatorio impuuesta por Zapatero, la
LOMCE “no resuelve la situación de los miles de alumnos objetores a
Educación para la Ciudadanía (EpC) que han sido suspendidos por razones
de conciencia”, denuncia Profesionales por la Ética. Por otra
parte, a pesar de que la nueva ley establece límites muy positivos a los
contenidos de las nuevas asignaturas de Valores Sociales y Cívicos y
Valores Éticos, es previsible que “las comunidades autónomas de
cualquier signo las utilicen como herramienta ideológica”, advierte el
informe.
Los conciertos seguirán sujetos a los caprichos de las autonomías
Por otra parte, aunque la LOMCE acepta la educación diferenciada conforme a los criterios de la UNESCO -esos criterios que no respetan quienes faltan a la verdad al tachar de “segregación” esa opción pedagógica legítima-, “los
conciertos educativos siguen sometidos al criterio y normativa de las
comunidades autónomas, de manera que el derecho de los padres a elegir
el centro que prefieran para sus hijos no está en absoluto garantizado,
como sucede hasta ahora”, señalan desde Profesionales por la Ética. Me
quedo especialmente con este párrafo del informe, que suscribo
plenamente:
“En este sentido, la LOMCE ha desaprovechado la ocasión para garantizar una verdadera libertad de enseñanza acabando con la dialéctica enseñanza pública- enseñanza privada y admitiendo modelos en los que los padres sean verdaderos protagonistas de la elección de la educación de sus hijos, como el cheque escolar.”
Un penoso parche para la cuestión lingüística en las escuelas
Otro tanto va a pasar con la cuestión lingüística. “El
derecho y deber de conocer, estudiar y aprender en castellano se aborda
de manera tan débil y ambigua que, lejos de quedar garantizado, sigue a
merced de los gobiernos y la normativa autonómicos“, afirma el
informe. De hecho, con esta nueva ley, una vez más, “se deja en manos de
los gobiernos autonómicos la determinación de la proporción de la
lengua castellana y la cooficial”, limitándose a señalar que la
comunidad autónoma debe garantizar una oferta docente sostenida con
fondos públicos “en la que el castellano sea utilizado como lengua
vehicular en una proporción razonable”. En caso contrario, el gobierno
se limitará a asumir íntegramente, por cuenta de la comunidad
correspondiente, los gastos efectivos de escolarización de los alumnos
afectados en centros privados en los que exista dicha oferta. Esto supone aceptar que en la enseñanza pública se vulnere el derecho a estudiar en español.
Por supuesto, este problema existe por el afán de los políticos en
decidir por los padres, que son quienes tienen el derecho a determinar
cuál ha de ser la lengua de escolarización de sus hijos, tal como
reclaman asociaciones como Galicia Bilingüe.
Como el PP se niega a conceder de una vez ese derecho, se tiene que
enredar en apaños como los de la LOMCE, que sólo servirán para perpetuar
el problema.
El PP no quiere librar la batalla de las ideas, ni siquiera en la educación
Tengamos por seguro que esta ley será derogada cuando llegue un
gobierno de izquierdas y volveremos a estar como estábamos antes. Y todo
por la cobardía y la tibieza de la dirección del PP, que en vez
de emprender una reforma educativa seria, se conforma con apaños que no
resuelven los problemas reales y el grave déficit de libertades que
arrastra la educación española. Si pusiese en manos de los
padres el derecho a decidir la educación que desean para sus hijos,
implantando el cheque escolar, instaurando la libre elección de idioma
-y no un sistema de cuotas como el de Galicia o el de Baleares- y
concediendo una amplia autonomía a los centros para diseñar sus planes
docentes, no habría gobierno capaz de tirar esa reforma porque sería un
acto de autoritarismo imposible de maquillar y que provocaría una amplia
reacción social. Pero esto no se hace porque en vez de dar la batalla
de las ideas, ofreciendo un modelo de sociedad y de educación
alternativo al que sostiene la izquierda, la cúpula del PP prefiere asumir el modelo progre como el único posible, limitándose a parchearlo. Y así no hay forma de que España solucione uno de sus mayores problemas, que es la crisis educativa.