martes, 17 de diciembre de 2013

SIN FRENO POR BERGOGLIO

OSKO HARTO – VA SIN FRENO POR BERGOGLIO




 Uno se cansa…
 
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A DEGÜELLO
La verdad es que ya estamos hartos de que este atrevido impostor cada dos o tres días nos dedique alguna de sus “genialidades” a los tradicionales, en definitiva, “los verdaderos amigos del pueblo cristiano”, al decir de San Pío X.
Por eso es que vamos a dedicarle algunos comentarios a un nuevo y grosero ataque de Bergoglio, que parece que mata el aburrimiento en sus ratos libres eligiendo, de aquí y de allá, textos descontextualizados de las Sagradas Escrituras con el fin inequívoco de utilizarlos para atacar a aquellos que, evidentemente, merecen (dentro de su pervertida cabezota modernista) sus diatribas.
Estos ataques, como siempre, son expresados con su estilo intragable y su cadenciosa voz que ya no sabemos si es desagradable por sí misma o porque nos resulta tan vomitivo Bergoglio que todo en el nos parece deforme.
Este escrito es panfletario y de combate. No encontrarán los lectores de este artículo lenguaje, estilo ni argumentación académica. Hacemos la advertencia por las dudas, aunque a los que ya nos conocen les sea innecesaria.
Insertaremos comentarios entre medio; como podamos y soportemos…
Vamos con el texto de “Su Vacuidad”…
La libertad que viene de la predicación hace crecer a la Iglesia, el Papa el viernes en Santa Marta.
Los cristianos alérgicos a los predicadores siempre tienen algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo y se vuelven tristes: lo afirmó el Papa Francisco este viernes en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta.
FALSO. Los cristianos tenemos “alergia”, sí, pero de los FALSOS predicadores, como vos, Bergoglio. También tenemos “alergia” de los FALSOS PROFETAS, categoría en la que vos encajas de modo admirablemente perfecto. Vos, un falso profeta que adrede no distingue y mezcla todo, pretende que a todo predicador, por estúpido y heterodoxo que sea, hay que recibirlo con tal de que sea alegre. Y si no lo hacemos…, nosotros somos los tristes.
En el Evangelio del día, Jesús compara la generación de su tiempo con aquellos muchachos siempre descontentos “que no saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros: si hay música, no bailan; si se canta un canto de lamento, no lloran … ninguna cosa les está bien”. El Santo Padre explicó que aquella gente “no estaba abierta a la Palabra de Dios”. Su rechazo “no es al mensaje, es al mensajero”. Rechazan a Juan el Bautista, que “no come y no bebe” pero dicen que “¡es un endemoniado!”. Rechazan a Jesús, porque dicen que “es un glotón, un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Siempre tienen un motivo para criticar al predicador:
JUGAR CON FELICIDAD. FALSO DE NUEVO. ¿De qué felicidad habla este infeliz? Pobre, como siempre su léxico y su estilo, pero demagógico (también como siempre), con sus “exquisitos” ejemplos. Bergoglio degrada la Palabra de Dios por el solo hecho de utilizarla. Pero, además, los ejemplos también son FALSOS en su aplicación. No es necesario explicar por qué, o tal vez sí…, ¿debemos entender acaso que no tenemos que estar descontentos con sus “mensajeros”? Los “mensajeros” de la Iglesia Conciliar, “cardenales” y “obispos” que, como muy bien dice Fray Gerundio en Tradición Digital:
“Cuando el Señor hablaba de los que se quejaban de unos y de otros, estaba hablando justamente de los fariseos que se habían cerrado a la recepción del Mesías y de su Precursor. Tanto es así, que criticaban a uno y a otro. No les parecía bien salir de sus tradiciones (que según el Señor eran preceptos humanos), a las que se aferraban para no dejar paso a la Nueva Alianza, en la que jamás han creído los judíos (incluídos los amiguetes rabinos del Papa). Pero en nuestro caso, los cristianos tristes de los que tanto se ocupa el Santo Padre, no han rechazado al Mesías (como el rabino Skorka o el rabino Bergmann), sino que se aferran a esa Iglesia que durante 20 siglos ha explicado el Mensaje de Jesucristo en verdades inmutables, que expresan la fe católica. No son preceptos humanos. Nada de eso. Si el Señor quiso que su Iglesia fuera la Roca en la que se sostuviera todo, no veo la razón para demoler en cuatro días el legado de la misma, rompiendo con una tradición de siglos y todavía más, derrumbando las verdades que hasta ahora eran objetivamente verdad, sin dejarlas a la interpretación de las culturas contemporáneas, o al albur de las religiones fraternales de la Tierra.
Somos precisamente los cristianos tristes que el Papa señala con el dedo, los que hemos tenido que tragarnos con desesperanza humana y con mucha esperanza sobrenatural, las herejías vomitadas por cardenales que ya no creen en la Sagrada Escritura, que ya no creen en la Divinidad de Jesús, que ya no creen en la Virginidad de María, que ya no creen en la Resurrección del Señor, que ya no creen en la multiplicación de los panes y de los peces –porque ya no creen en los milagros–, y que ya no creen en el Sacrificio de la Misa. En los que no creen en el Primado de Pedro (y ya están hace años en conversaciones para poder “entenderlo mejor”). En los que no creen en la indisolubilidad del matrimonio cristiano y nos lo han trastocado con vergonzantes y habilidosos trucos, y en los que no creen en ninguna norma moral que pueda molestar o inquietar a nuestro mundo moderno.”
Hacemos constar que Fray Gerundio llama “Papa” y “Santo Padre” (todavía y sólo por ahora) a este engendro del infierno que se hace llamar “Padre Jorge”. Su artículo, no obstante la señalada diferente posición del autor respecto de la nuestra, es muy recomendable y demuestra que no estamos exagerando en estos comentarios nuestros.
“Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como aquel grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución social, como los zelotas; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero al predicador, no. También Jesús les hace recordar: ‘Sus padres han hecho lo mismo con los profetas’. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia por los predicadores de la Palabra: a los profetas, los ha perseguido, los ha asesinado”.
FALSO NUEVAMENTE. Hablamos de la aplicación que pretende Bergoglio. El texto se torna pretexto para el ataque a la Tradición. Los CATÓLICOS TRADICIONALES no pretendemos una “religión elaborada” y fundamentada en los preceptos morales, en compromisos políticos ni en la revolución social… Es muy gracioso que quien todo esto dice, afirma no molestarle si lo llaman “marxista”, tiene un claro compromiso mundialista, y bien político, y ha roto con los preceptos morales que le impone el Cargo Petrino que usurpa. No olvidar que tiene amigos marxistas, según él mismo reconoce. Es un revolucionario, que habla como un revolucionario, actúa como un revolucionario y corrompe como todo revolucionario. Y baste recordar su “estupendo” parágrafo 222 de la Exhortación Evangelii Gaudium como ejemplo de lo que es la hueca verborragia gnóstica.
Estas personas –prosiguió el Obispo de Roma– dicen aceptar la verdad de la revelación, “pero al predicador, la predicación, no. Prefieren una vida enjaulada en sus preceptos, en sus compromisos, en sus planes revolucionarios o en su espiritualidad” desencarnada. Son aquellos cristianos siempre descontentos de lo que dicen los predicadores:
“Estos cristianos que son cerrados, que están enjaulados, estos cristianos tristes … no son libres. ¿Por qué? Porque tienen miedo de la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación, del que hablaba San Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz. Escandaliza el hecho que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores: ¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un criminal. Eso, escandaliza”.
FALSO DE NUEVO. El impostor Bergoglio sabe que lo que rechazamos es nada menos que a los FALSOS PREDICADORES y FALSOS PROFETAS que, como él, enseñan novedades o nuevas doctrinas.
Y si los rechazamos es porque procuramos guardar incontaminado el Depósito de la Fe.
Es particularmente gracioso eso de “enjaulados” “cristianos tristes… no son libres”. ¿De qué libertad habla este FALSO PROFETA? ¿De cuál escándalo? Desde que usurpa la Sede de Pedro, Bergoglio ha escandalizado a millones, precisamente con este FALSO CONCEPTO DE LIBERTAD. Predica la falsísima libertad según el mundo; promueve una falsa amistad según la entiende el mundo. Él baila… a él le gusta el LÍO, a él le gustan los cristianos REVOLUCIONARIOS.
Una cosa son los hombres con límites y pecadores, como lo fue Saulo cuando perseguía a la Iglesia Primitiva, y otra muy distinta son los límites que vos Bergoglio, triste payaso mundialista y herético, rompés cuando decís “no poder juzgar a una persona gay”, cuando copiás la terminología revolucionaria. Cuando desvirtuás con ambigüedades la Doctrina Católica.
Dios no te habla Bergoglio. La voz que escuchas no es la de Dios; es la de otro.
“Estos cristianos tristes – afirmó Francisco – no creen en el Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la predicación, que te advierte, te enseña, te abofetea, también; pero que es precisamente la libertad que hace crecer a la Iglesia”:
“Viendo a esos muchachos que tienen miedo de bailar, de llorar, miedo de todo, que en todo piden seguridad, pienso en esos cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo. Recemos por ellos, y recemos también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, quitando al Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del escándalo de la predicación”.
FALSO NUEVAMENTE, y por donde se lo mire. Resulta que este payaso, zanguango mal hablado, ¿pretende JUZGAR qué creemos y en qué NO CREEMOS?… El tipo que NO ES QUIEN para juzgar a los sodomitas, ¿sí lo es para juzgar a los Católicos Tradicionales? Haría mejor en revisar las estupideces en las que él cree o dice creer.
Los católicos NO TENEMOS MIEDO DE BAILAR. Simplemente no queremos bailar en tu fiesta, con tu música y menos en coreografías propias de MARICAS, dirigidas por SODOMITAS, tal y como vos, triste e inmundo payaso Bergoglio, hiciste bailar a tu GROTESCA CORTE DE PSEUDO OBISPOS Y CARDENALES en la LAMENTABLE JMJ de Río de Janeiro.
Nuestras razones de no querer bailar en tu fiesta y con tu música, son simples de comprender para cualquiera que no padezca de NEURONECROSIS IRREVERSIBLE, consecuencia del CÁNCER ESPIRITUAL de tu IDEOLOGÍA MODERNISTA.
IDEOLOGÍA MODERNISTA, sí. Otra paradójica cuestión del usurpador que camina como un maltrecho pato atropellado, es esa de endilgarnos la estupidez de “ideologizar la religión”… Si no fuese tan trágico para millones de almas, sería para estallar en interminables carcajadas. El impostor que pretende acusarnos de “ideologizar la religión” pertenece a la Secta que profesa la herejía más fuertemente influenciada por ideologías destructivas que jamás haya existido.
En cuanto a llorar…, los corruptores como vos, Bergoglio, nos han servido para aprender a llorar por la Iglesia de Cristo. No tenemos miedo de llorar. Hemos aprendido muy bien. Pero también lloramos nuestros pecados; intentamos poner en práctica todas aquellas antiguas prácticas de piedad que a vos tan ridículas te parecen; EVITAMOS TU FIESTA y TODAS LAS FIESTAS de este mundo decadente con el que vos, pedazo de “hijuna gran siete” traidor, estás tan complacido.
Tus predicadores, a los cuales no sólo criticamos sino que CONDENAMOS con todo derecho y en defensa de la VERDADERA FE, son embaucadores de masas; corruptores, que predican FALSAS DOCTRINAS. Sensibleros amariconados, cargados de sensualoides sentimentalismos y “experiencias religiosas” que se ubican en las antípodas de la VERDADERA RELIGIÓN.
En cuanto al ESPÍRITU SANTO… En este punto BERGOGLIO, no sólo es FALSO, es además BLASFEMO.
Bergoglio es BLASFEMO, puesto que pretende que el ESPÍRITU SANTO es quien inspira las aberraciones de la más baja categoría imaginable que el sugiere, predica y avala.
No queremos tus inmundas oraciones, Bergoglio. Ni las tuyas ni las de tus seguidores. Nada queremos de tu SECTA. Nada esperamos, sino dolor.
Finalmente, no te preocupes, que un degenerado como vos, un amparador de homosexuales en tu pseudo curia vaticana, un amañando seductor de masas, un revolucionario, masón y mundialista, en definitiva un PRECURSOR DEL ANTICRISTO como sos vos, no va a volverse un “triste pelagiano de sacristía” como somos nosotros.
Dios lo puede todo, hasta eso podría hacer con sólo quererlo…; podría hacer de vos, Bergoglio, un converso y un buen cristiano; pero la cuestión es que pensamos que lo que ocurre es que NO QUIERE, como tampoco quiso ir un poco más allá para que PILATOS VIESE LA VERDAD, O QUE JUDAS SE ARREPINTIESE.
Y temo (por tu alma, que es de Dios) que precisamente se trate de eso, en tu caso, como en el de tantos otros. Han pecado CONTRA EL ESPÍRITU SANTO, y eso… es lo único que dijo Dios que no perdona.
Bergoglio, habrás visto, por el tenor de este escrito, que estamos un poco “pasados de vueltas”. Por ese motivo nos encantaría, en verdad, que fueses algo más que un esperpento y un anciano. Nos gustaría que tuvieses el vigor y la juventud, la arrogancia y el garbo que, sumado a tu condición y heterodoxia, te convirtiese en el enemigo que estamos esperando.
No es por nada; sabemos que hoy nos toca ser vencidos, sabemos que el triunfo viene después de la Cruz y que, por lo tanto, si Dios permitiese que llegásemos enfrentarte cara a cara, la victoria, efímera y aparente, sería tuya.
Pero antes de morir, tal vez Dios nos conceda, al menos, la gracia de poder escupirte en la cara todas estas cosas con un solo grito: ¡VIVA CRISTO REY!.., antes de que des la orden al verdugo para que, por fin, perdamos la cabeza… y ganemos el Cielo.