La TVG prohíbe recoger las opiniones de los gallegos que hablen en español
La denuncia la hacía anteayer Galicia Bilingüe
tras lo que le ocurrió a una pareja que paseaba el pasado miércoles por
La Coruña. Una preriodista de la TVG hacía una encuesta sobre
gastronomía navideña, y cuando la pareja contestó en español, la
reportera les interrumpió con un enérgico “en galego”. Ante la
insistencia de los entrevistados, la periodista les informó de que tienen órdenes de la TVG de no recoger opiniones de personas que hablaran en español.
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Saltándose la Constitución y el Estatuto de Galicia
Aunque es algo más que evidente para cualquier gallego, parece que a
la dirección de la Televisión de Galicia se le ha olvidado que en
esta comunidad hay dos lenguas oficiales: el español y el gallego, y
los hablantes de ambas pagamos impuestos por igual para sostener a la
cadena pública autonómica. Me da la sensación de que la dirección de esa cadena tampoco se ha leído el Artículo 3.1 de la Constitución Española:
“El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.”
Ni el Artículo 14:
“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
Ya puestos, tampoco debe haber leído el Artículo 5.2 del Estatuto de Autonomía de Galicia:
“Los idiomas gallego y castellano son oficiales en Galicia y todos tienen el derecho de conocerlos y usarlos.”
Y también se habrá saltado el Artículo 5.4, que dice lo siguiente:
“Nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua.”
Los gallegos hispanohablantes también pagan de media 35,9 euros por la TVG
Personalmente no me parece mal que la TVG emita sus contenidos en
gallego (lo que me parece mal es que sea una televisión de propiedad
pública, es decir, que compite en condiciones privilegiadas frente a
televisiones privadas, como ya expliqué aquí). El caso es que me guste o no, la TVG es un canal público y por tanto está obligado a cumplir esas normas que obligan a los organismos públicos.
Si no estuviésemos hablando de una televisión autonómica pagada por
todos yo no tendría nada que reclamar: si una TV privada quiere
entrevistar sólo a los gallegos que hablen en gallego, en suajili o en
polaco, es muy libre de hacerlo. Si esa mitad de los gallegos que
hablamos en español y que pagamos la TVG no tiene derecho a opinar en
los micrófonos de la TVG, entonces qué nos descuenten a los
hispanohablantes de nuestros impuestos los 35,9 euros que nos cuesta de
media a todos los gallegos sostener este organismo de propaganda.
Me parece mal que me impongan pagar por una televisión aunque no la
vea, pero lo que ya es el colmo es que además de obligarme a ello, me
impidan opinar en la lengua cooficial en la que desarrollo mi vida como
gallego, como hijo, nieto y bisniesto de gallegos.
¿Pretende la TVG invisibilizarnos a los gallegos que hablamos en español?
De hecho, esa absurda y discriminatoria prohibición de la TVG
parece querer ocultarle a la gente que en Galicia hay muchísimos
gallegos que no nos ajustamos a los cánones de la mal llamada
“normalización lingüística”, un programa de ingeniería social
que pasa por tratar la presencia del español en Galicia como una
anormalidad que se debe corregir, tratando a los gallegos que hablamos
en español como si fuésemos unos anormales a los que se nos debe
reeducar. Por mucho que insistan, la Galicia real es muy distinta a la Galicia imaginaria de los desvaríos identitarios de algunos.
En la Galicia real convivimos con absoluta normalidad gallegos que
hablan en español, otros que hablan en gallego y otros que usan
indistintamente ambas lenguas. Me parece bien que se fomente el
gallego, pero no a costa de cercenar libertades o de tratar a ciertos
gallegos como ciudadanos de segunda. No son las lenguas las que tienen derechos: los tenemos las personas. A ver si a algunos les entra eso de una vez en la cabeza.