Va un pequeño mensaje para esos queridos jóvenes que, me consta, no la están pasando nada bien frente a tanto tiempo de espera para que termine esta cuarentena que ya parece eterna...
A pedirle a Dios que nos dé la fortaleza necesaria y a tratar de mantener las amistades (no sólo las virtuales); porque no se puede vivir sin amigos.