lunes, 29 de junio de 2020

GLOBALIZACIÓN: EXTINCIÓN DE LA HUMANIDAD EN UN REBAÑO DE ESCLAVOS

GLOBALIZACIÓN: EXTINCIÓN DE LA HUMANIDAD EN UN REBAÑO DE ESCLAVOS ATERRORIZADOS, IMPULSADA POR LAS N.U.
 

 “El hombre es una unidad substancial de alma y de cuerpo, de espíritu y de sangre; la realidad y la verdad de su vida como persona, como imagen y semejanza de Dios, suponen la vida religiosa y política. De ahí que considerar al hombre fuera de la Religión y de la Política es suprimir la verdad y la realidad del hombre, anonadarlo, confundirlo con otro, con lo que él no es, por ejemplo, con la vaca y su “felicidad de potrero verde”. 
J.B. GENTA.
La tremenda globalización que están desarrollando las fuerzas imperialista subversivas, avanza imparable para eliminar las soberanías nacionales, y someter las personas, convirtiéndolas en seres híbridos, sin Religión, ni Estado, ni Patria, ni familia, ni tradiciones, ni estado social, ni sexo ni raza.

Esos conceptos, denunciados por el profesor Jordán Bruno Genta, (“La Idea y las Ideologías”, clase 23º; publicado en el año 1949) demuestran que la ideología sustentada por las Naciones Unidas, desde sus comienzos, vienen anticipando e imponiendo ideológicamente la instauración de la Globalización.                                                                                                                                            Copio a continuación algunos párrafos aclaratorios de la citada clase:

[…] Los ilustrados representantes de las Naciones Unidas llevan su temeridad dialéctica hasta extremos insuperados, en la Declaración de los Derechos Humanos. Así el art. 2º, aprobado por unanimidad establece que:
“Toda persona está facultada para disfrutar de los derechos y libertades establecidos en esta Declaración, sin distinción de ninguna clase, como ser: de raza, color, sexo, idioma, opiniones políticas, situación económica, nacimiento y origen nacional o social”.
Si eliminamos en la consideración de los hombres reales, concretos, existentes en un tiempo y en un lugar históricos determinados, todas las distinciones enumeradas en la solemne Declaración, apenas si queda un vago animal, un sistema de apetitos instintivos y arbitrio puro. Quiere decir que los Derechos Humanos se refieren a un extraño sujeto de quien se hace abstracción de todo contenido humano, apenas una sombra de persona, y más bien una vaca dotada de infinito albedrío.
Tomemos, por ejemplo, un ciudadano argentino, y eliminemos mentalmente su raza, su color, su sexo, su idioma, su religión, sus opiniones políticas, su situación económica, se nacimiento  y origen nacional o social;  lo que resta no es ni ciudadano ni argentino y, por consiguiente, no es una persona ni es un hombre… es una vaca que sólo aspira, como vaca que es, a “una felicidad de potrero verde”; un refugio seguro, tranquilo, confortable desde el nacimiento hasta la muerte, una vida correcta y honorable, libre de exigencias molestas y de angustiosos afanes; y sobre estos sólidos fundamentos cada uno podrá desarrollar plenamente su personalidad humana, tal como establece el art. 3º de las declaraciones;  “Todos tienen derecho a la vida, al honor, a la libertad, a la integridad física y a la seguridad legal, económica y social, que es necesaria para el pleno desarrollo de  la personalidad humana”.
Nietzsche nos anticipó el texto de este artículo, al definir el contenido moral del rebaño, la pequeña felicidad burguesa, el sentido inhumano e inicuo de una alegría de vivir basada en “la seguridad, la falta de peligro, la satisfacción y las facilidades para cualquier persona”.
Se comprende que la mención del honor no es más que una referencia equívoca a los efectos de disimular que se está hablando de una vaca, más bien que del hombre; y en cuanto a la libertad que también se indica, no es más que el derecho de libre elección extendido hasta el orden de los fines; esto es arbitrariedad pura.
 Comentario final: Luego del triunfo aliado en la 2º guerra mundial, que ellos provocaron para obstaculizar la invasión alemana a la URSS, los jerarcas liberales y masones se sacaron las caretas, y luego de entregar la mitad de Europa a las hordas bolcheviques,  alentaron  la introducción del marxismo en  las entrañas occidentales, llevado por los Partidos comunistas, considerados muy humanitarios y democráticos; y por intelectuales de  la Escuela de Frankfurt, entre otros. Todos ellos comenzaron a predominar en la política y en la cultura de USA y en las NU, adoptando el nombre de ‘progresismo’; ideología tanto o más inhumana y totalitaria que la soviética, que implacablemente, con odio demoníaco solapado, pretende destruir los valores tradicionales greco/latino y cristianos.
Trastocando la naturaleza humana, las Naciones Unidas, desde la finalización de la 2º guerra declararon cínicamente los ‘Derechos Humanos’. En realidad, ‘derechos’ sólo válidos para la casta privilegiada con poder y dinero. Pues los pueblos ‘subdesarrollados’, ‘ellos’ los consideran habitados por ‘humanos’ que ya no son realmente humanos, más bien seres híbridos, parias de valores humanos, montones de átomos, números intercambiable del Régimen esclavizante; que deben ser controlados y vigilados por máquinas como las torres 5G. Seremos la servidumbre, para trabajar por ellos y para hacerlos gozar.
Dejándonos el sólo ‘derecho’ real de vivir sometidos, en un mundo dominado por la ‘cultura del miedo’; y la opción por una vida indigna o la muerte heroica. Algunas de esos seres del tercer mundo sobrevivirán, en un Barrio Rosa globalizado, -perversión y pedofilia-, pero  serán prostituidos indignamente, mediante un apropiado lavado de cerebro; ellos en obsecuentes mucamitos juguetones, ellas en alegres doncellas casquivanas, y los niños inocentes en gnomos cariñosos.                                                                                                                               
Cercano está el día, en que todos, quizá nuestros hijos, o nuestros nietos, si Dios misericordiosamente no dispone nuestra salvación, integrarán esa mesnada;  formada  por los seres que sólo servirán para usar y desechar. Entonces, todos obedecerán; lamiéndoles el látigo a los amos de la Raza predestinada.