GLOBALIZACIÓN: EXTINCIÓN DE LA HUMANIDAD EN UN REBAÑO DE ESCLAVOS
ATERRORIZADOS, IMPULSADA POR LAS N.U.
“El
hombre es una unidad substancial de alma y de cuerpo, de espíritu y de sangre;
la realidad y la verdad de su vida como persona, como imagen y semejanza de
Dios, suponen la vida religiosa y política. De ahí que considerar al hombre
fuera de la Religión y de la Política es suprimir la verdad y la realidad del
hombre, anonadarlo, confundirlo con otro, con lo que él no es, por ejemplo, con
la vaca y su “felicidad de potrero verde”.
J.B. GENTA.
La tremenda globalización que están desarrollando las
fuerzas imperialista subversivas, avanza imparable para eliminar las soberanías
nacionales, y someter las personas, convirtiéndolas en seres híbridos, sin
Religión, ni Estado, ni Patria, ni familia, ni tradiciones, ni estado social, ni
sexo ni raza.
Esos conceptos, denunciados por el profesor Jordán Bruno
Genta, (“La Idea y las Ideologías”,
clase 23º; publicado en el año 1949) demuestran que la ideología sustentada por
las Naciones Unidas, desde sus comienzos, vienen anticipando e imponiendo ideológicamente
la instauración de la Globalización. Copio
a continuación algunos párrafos aclaratorios de la citada clase:
[…] Los ilustrados
representantes de las Naciones Unidas llevan su temeridad dialéctica hasta
extremos insuperados, en la Declaración
de los Derechos Humanos. Así el art. 2º, aprobado por unanimidad establece
que:
“Toda persona está
facultada para disfrutar de los derechos y libertades establecidos en esta
Declaración, sin distinción de ninguna clase, como ser: de raza, color, sexo,
idioma, opiniones políticas, situación económica, nacimiento y origen nacional
o social”.
Si eliminamos en la
consideración de los hombres reales, concretos, existentes en un tiempo y en un
lugar históricos determinados, todas las distinciones enumeradas en la solemne
Declaración, apenas si queda un vago animal, un sistema de apetitos instintivos
y arbitrio puro. Quiere decir que los Derechos Humanos se refieren a un extraño
sujeto de quien se hace abstracción de todo contenido humano, apenas una sombra
de persona, y más bien una vaca dotada de
infinito albedrío.
Tomemos, por ejemplo,
un ciudadano argentino, y eliminemos mentalmente su raza, su color, su sexo, su
idioma, su religión, sus opiniones políticas, su situación económica, se
nacimiento y origen nacional o
social; lo que resta no es ni ciudadano
ni argentino y, por consiguiente, no es una persona ni es un hombre… es una
vaca que sólo aspira, como vaca que es, a “una felicidad de potrero verde”; un
refugio seguro, tranquilo, confortable desde el nacimiento hasta la muerte, una
vida correcta y honorable, libre de exigencias molestas y de angustiosos
afanes; y sobre estos sólidos fundamentos cada uno podrá desarrollar plenamente
su personalidad humana, tal como establece el art. 3º de las
declaraciones; “Todos tienen derecho a
la vida, al honor, a la libertad, a la integridad física y a la seguridad
legal, económica y social, que es necesaria para el pleno desarrollo de la personalidad humana”.
Nietzsche nos
anticipó el texto de este artículo, al definir el contenido moral del rebaño,
la pequeña felicidad burguesa, el sentido inhumano e inicuo de una alegría de
vivir basada en “la seguridad, la falta de peligro, la satisfacción y las facilidades
para cualquier persona”.
Se comprende que la
mención del honor no es más que una referencia equívoca a los efectos de
disimular que se está hablando de una vaca, más bien que del hombre; y en
cuanto a la libertad que también se indica, no es más que el derecho de libre
elección extendido hasta el orden de los fines; esto es arbitrariedad pura.
Comentario
final: Luego del triunfo aliado en la 2º guerra mundial, que ellos provocaron
para obstaculizar la invasión alemana a la URSS, los jerarcas liberales y
masones se sacaron las caretas, y luego de entregar la mitad de Europa a las
hordas bolcheviques, alentaron la introducción del marxismo en las entrañas occidentales, llevado por los
Partidos comunistas, considerados muy humanitarios y democráticos; y por intelectuales
de la Escuela de Frankfurt, entre otros.
Todos ellos comenzaron a predominar en la política y en la cultura de USA y en
las NU, adoptando el nombre de ‘progresismo’;
ideología tanto o más inhumana y totalitaria que la soviética, que
implacablemente, con odio demoníaco solapado, pretende destruir los valores
tradicionales greco/latino y cristianos.
Trastocando la naturaleza humana, las Naciones Unidas,
desde la finalización de la 2º guerra declararon cínicamente los ‘Derechos
Humanos’. En realidad, ‘derechos’ sólo válidos para la casta privilegiada con
poder y dinero. Pues los pueblos ‘subdesarrollados’, ‘ellos’ los consideran habitados
por ‘humanos’ que ya no son realmente humanos, más bien seres híbridos, parias
de valores humanos, montones de átomos, números intercambiable del Régimen
esclavizante; que deben ser controlados y vigilados por máquinas como las
torres 5G. Seremos la servidumbre, para trabajar por ellos y para hacerlos
gozar.
Dejándonos el sólo ‘derecho’ real de vivir sometidos, en
un mundo dominado por la ‘cultura del miedo’; y la opción por una vida indigna
o la muerte heroica. Algunas de esos seres del tercer mundo sobrevivirán, en un
Barrio Rosa globalizado, -perversión y pedofilia-, pero serán prostituidos indignamente, mediante un
apropiado lavado de cerebro; ellos en obsecuentes mucamitos juguetones, ellas
en alegres doncellas casquivanas, y los niños inocentes en gnomos cariñosos.
Cercano está el día, en que todos, quizá nuestros hijos,
o nuestros nietos, si Dios misericordiosamente no dispone nuestra salvación, integrarán
esa mesnada; formada por los seres que sólo servirán para usar y desechar.
Entonces, todos obedecerán; lamiéndoles el látigo a los amos de la Raza
predestinada.