martes, 11 de julio de 2017

Cuatro años con Francisco: La medida está colmada

Novedad Editorial: Cuatro años con Francisco: La medida está colmada


Cuatro años con Francisco: La medida está colmada

Alejandro Sosa Laprida  
Miles Christi


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Francisco recibiendo el crucifijo comunista de manos del presidente boliviano Evo Morales



Índice


Prefacio de Flavio Infante


1. La medida está colmada

2. El proselitismo es pecado

3. Jesús se hizo serpiente

4. Francisco el pornógrafo

5. Caleidoscopio bergogliano

6. ¡Vayan con los anglicanos!

7. Hay que reinterpretar a Jesús

8. Francisco, comunista y excomulgado

9. La bula que se burla de la misericordia

10. Sobre las dudas de los cuatro cardenales

11. Piezas escogidas del « magisterio » bergogliano

12. Dejate misericordiar, por Federico Mihura Seeber

13. El concilio de los malhechores me ha asediado, por Jean Vaquié

Postfacio de Augusto Torchson



A Jesús y María con amor


Prefacio

Las florecillas de Francisco y la Babel esjatológica
Flavio Infante

Si no hubiese habido una cuidadosa preparación, una propedéutica adecuada al término finalmente alcanzado, la artillería de groserías, blasfemias y herejías de Bergoglio habría sido rechazada desde el comienzo de su incomparable pontificado. Por desgracia se ha cumplido, a lo largo de varias décadas, una eficaz adaequatio de los oídos y de las mentes de la inmensa mayoría de los fieles y los clérigos a los embrollos teológicos, a los errores más o menos enmascarados, al no-decir-nada de tantos documentos papales y conciliares, de manera de alcanzar esta instancia, que ha sido llamada de «plena actualización del Concilio», la hora de exprimir y consagrar las consecuencias de las premisas asentadas oportunamente en el Vaticano II: libertad religiosa (= laicismo de Estado), colegialidad y ecumenismo (vale decir, la transcripción eclesiástica de la funesta tríada liberté, égalité, fraternité ya sin ningún embozo). La prueba del éxito de la estratagema revolucionaria se asienta en el simple hecho de que hoy día, ante la irreverencia sistemática del «obispo vestido de blanco» para con la fe católica, no se ve alzarse un cardenal Ottaviani, ningún monseñor Lefebvre o De Castro Mayer para oponerse a la demolición programada. La tiranía de los faits accomplis, inconmovible a esta altura, alcanzó a infestar la conciencia de los bautizados. […]


Esta infestación del modernismo ha ido tanto más allá que los más temibles de los pronósticos, que ahora se comprende mejor cuán vanos fueran los ingentes esfuerzos de san Pío X tratando de extirpar de la Iglesia este cáncer tan invasor, a pesar de que el santo Papa Sarto había previsto que un día la apostasía habría alcanzado un ápice entonces inimaginable. Por otro lado, había sido justamente su predecesor quien compusiera el texto del exorcismo contra Satanás y los ángeles apóstatas -escrito después de una célebre visión acerca del futuro de la Iglesia- y quien lo incluyera desde entonces en el Rituale Romanum, uno de cuyos fragmentos reza que «allí donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, [los enemigos de la Iglesia] han elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y dispersar al rebaño», palabras que dan escalofríos y que al día de hoy se leen como una profecía cumplida. […]


«Se atizarán fuegos para testimoniar que dos más dos son cuatro. Se desenvainarán espadas para demostrar que las hojas son verdes en verano», escribió Chesterton en previsión de la fatal pérdida del juicio que hoy, finalmente, se verifica en todo el mundo. No habremos descubierto América con estas precedentes observaciones, pero sí habremos humildemente contribuido, junto al  autor de este volumen, a dar cuenta de una evidencia desestimada incluso por muchos hombres de Iglesia en este « silencio como de media hora » (Ap. 8, 1) que precede al juicio de Dios sobre nuestro tiempo y sus actores.



La medida está colmada

« Los más astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que para Ella es más querido. Donde fueron establecidas la Sede de San Pedro y la Cátedra de la Verdad como luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la abominación de la impiedad, de suerte que, golpeado el Pastor, pueda dispersarse la grey. ¡Oh, invencible adalid, ayuda al pueblo de Dios contra la perversidad de los espíritus que lo atacan y dale la victoria! [1] » León XIII.

Introducción 


1. El homosexualismo no es condenado sino « integrado »

2. El laicismo va en el sentido de la « Historia »


3. Iglesia y Sinagoga, una misma dignidad


4. Herejías caracterizadas


5. Destrucción del matrimonio y abolición del pecado por la falsa misericordia


6. El mundialismo, la ecología y la encíclica Laudato Si’


7. Blasfemias espeluznantes  


8. Apoyo al islam y a la inmigración musulmana en Europa


9. Francisco, Teilhard de Chardin y el panteísmo


10. Francisco, paroxismo del ecumenismo conciliar


11. La cuestión de la pena de muerte


12. Hacia un gobierno mundial


Conclusión
« Los más astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado »[2]



  Introducción


Hablar de Francisco podría resultar no sólo un ejercicio desagradable sino, sobre todo, peligroso, y esto por una doble razón, concerniente al pasado y al futuro. En lo relativo al pasado, existe el riesgo de concentrarse excesivamente en la persona de Bergoglio y de olvidar, por ello, de dónde proviene la crisis actual, que, en lo esencial, no es asunto de Bergoglio, ya que él no hizo sino exacerbarla y llevarla hasta sus últimas consecuencias. En lo referente al futuro, el riesgo es el de perder de vista el sentido de esta crisis espantosa, quedando de alguna manera prisioneros de la presente pesadilla y olvidando que, si Dios la permite, es para hacer mejor resplandecer la gloria de Nuestro Señor cuando Él se digne intervenir para castigar a los malvados, recompensar a los justos y restaurar todas las cosas.


El primer riesgo consiste entonces en perder de vista la perspectiva global y en sobreestimar a una persona en detrimento de un sistema del cual ella no es sino una pieza intercambiable. El segundo, más grave aún, reside en el debilitamiento de la virtud teologal de la esperanza, olvidando que Nuestro Señor ya ha vencido el mal y que nosotros tendremos parte en su victoria, por la gracia de Dios, si permanecemos fieles a Él.


He aquí porqué me esforzaré primeramente en demostrar, en referencia al pasado, que la raíz de los errores bergoglianos toman su origen en el Concilio Vaticano II. En segundo lugar, en referencia al futuro, y para no ser presa del desaliento, trataré de destacar el aspecto escatológico de la crisis actual, recordando, al decir de San Pablo, que « Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman » (Rm. 8, 28). Y que el pleno desenvolvimiento del misterio de iniquidad, incluso « en el lugar santo » (Mt. 24, 15), es permitido por Dios para hacer brillar aún más su triunfo al tiempo del Juicio de las Naciones, el glorioso Dies Irae en el que será destruido el imperio del mal.


Corruptio optimi pessima, la corrupción de lo mejor es lo peor que pueda darse. La mayor autoridad moral de la tierra puesta al servicio del mal y de la mentira resulta necesariamente el principal factor de acción revolucionaria en el mundo. Como lo dije antes, esta obra de iniquidad no es exclusivamente fruto de Francisco, ya que él abreva en la fuente envenenada de Vaticano II, de la cual es el más reciente de los propagadores. Pero es cierto que, con él, la revolución en la Iglesia ha alcanzado un nivel inédito, ha efectuado un auténtico salto cualitativo, haciéndose  omnipresentes el error y la mentira, la blasfemia y el sacrilegio, los que se manifiestan ya con tal desvergonzado impudor y con un tan frenético recrudecimiento, que vuelven irrespirable la atmósfera espiritual.
A cuatro años de pontificado, la obra de devastación perpetrada por Francisco supera lo imaginable: necesidad de una conversión ecológica; pedido de perdón a los « gays » por haber sido « discriminados » por la Iglesia; construir una « nueva humanidad » a través de la « cultura del encuentro »; la Iglesia y la Sinagoga poseen la « misma dignidad »; María y la Iglesia tienen « defectos »; Lutero no se equivocó con la doctrina de la justificación; los Estados católicos son incompatibles con el sentido de la « Historia »; los musulmanes son « hijos de Dios »; la pena de muerte para los criminales es « inadmisible »; la especie humana « se extinguirá » algún día; no existe un Dios católico; la multiplicación de los panes no tuvo lugar; Dios se sirve de la evolución y no hace « magia »; el matrimonio cristiano no es más que un « ideal »; transmitir la fe en el lenguaje de los luteranos o de los católicos es « lo mismo »; la Iglesia en el pasado tuvo « comportamientos inhumanos » pero gracias al CVII aprendió el « respeto » hacia las otras religiones... La lista es interminable[3].

Este estudio no se propone ser exhaustivo (pero, ¿cómo podría serlo, sin adquirir proporciones enciclopédicas?): sólo tiene el modesto objetivo de pasar someramente revista a las principales aberraciones y estragos consumados por este hombre idolatrado por los medios de comunicación del sistema y adulado por todos los enemigos de la Iglesia. Las iniquidades de este pontificado son de una tal amplitud e indecencia que no puede uno impedirse el decir con el salmista: « ¡Levántate, Juez de la tierra! ¡Da a los soberbios el pago de sus obras! ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo triunfarán los malvados? ¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia y se jactarán los malhechores? » (Sal. 94, 2-4) Atención, Francisco: la medida está colmada...


“Dejate misericordiar”

Federico Mihura Seeber


 Entre las múltiples herejías y blasfemias de “Papa Francisco”, se destaca la profanación de una de las más excelsas verdades del cristianismo: la de la infinita Misericordia de Dios para con el hombre pecador. Ello constituye una prueba en ejercicio de su apostasía. Porque se ha pasado al Enemigo, llevándole, para su beneficio, esta verdad, inmensamente consoladora para el fiel, corrompiéndola.


Lo digo, en efecto, con plena convicción: la infinita Misericordia de Dios para con el hombre pecador ha sido profanada en boca -y en gestos- del actual pseudo-Papa Bergoglio. Pro-fanada: vertida según el gusto y los parámetros del Mundo Moderno. Ha arrojado esta maravillosa “perla” del Mensaje cristiano, “a los cerdos”, a sabiendas de que los cerdos la embarrarían hasta hacerla irreconocible.
Y es que, ciertamente, la Misericordia de Dios es infinita. Pero si ello es así es porque la gravedad del Pecado es infinita. Así lo enseñó siempre la Santa Iglesia. Que el pecado tiene una dimensión infinita, no sin duda porque el agente del Pecado sea infinito, sino porque Dios, el destinatario de la Ofensa, es infinito. Para hacerlo más claro: es el Amor infinito de Dios, el Ofendido por el Pecado. Ya que es el Amor infinito de Dios el que, gratuitamente, nos ha creado: nos ha traído de la nada al ser. Contra ese Padre, infinitamente amante de la criatura, es la Ofensa del Pecado, de cualquier pecado (“Contra Ti, contra Ti solo pequé, haciendo lo que es malo a Tus ojos” Sal. 51,6).

De modo tal que, si el Pecado es de gravedad infinita, la Misericordia de Dios al perdonarlo, es también una Misericordia infinita. La Misericordia es Amor. Y así, es el mismo Amor infinito que nos ha creado, el que nos perdona el Pecado. El mismo Amor que, en cierto modo, nos vuelve a crear. La Misericordia es Amor. Sólo que Amor dolido. Dios “se duele” infinitamente por la suerte en que ha quedado el pecador, después del pecado. Porque ha quedado en mucho peor “situación” a la que “tenía” antes de ser creado: cuando aún no era (Sin duda, es un modo de decir: porque no hay situación alguna para quien no es). Infinita es, pues, la conmiseración del Creador para con su creatura pecadora.
Misericordia infinita de Dios… El Amor de Dios penetra hasta el último hondón, infinito, del Pecado. Es evidente, entonces: sólo Dios puede perdonar el Pecado. Sabemos a qué precio. Sabemos a qué “costo” para Él: ofreciéndose Él mismo, en su Hijo encarnado, como víctima propiciatoria. Esta es la “perla”, la perla más insigne del Mensaje cristiano. Esta es la Buena Nueva: que el Pecado, esta tremenda carga de la Humanidad, que es mucho peor que no haber sido, es perdonado, por los méritos y la fe en Jesucristo. Lo cual es, en lo cual consiste, esencialmente, la Salvación (Porque no consiste, en esencia, la salvación, en otra cosa: no en la liberación del dolor y de la muerte, no en la liberación de la enfermedad, ni de la guerra, sino sólo en esto: en la liberación de la Culpa Infinita). […]


Postfacio
El proceso de desintegración espiritual del mundo
Augusto Torchson


El proceso de descomposición que vive la humanidad, especialmente en su aspecto más esencial, es decir, el espiritual, entró hoy definitivamente en una etapa irreversible, mas no sin fin. Sabemos que lo creado en el plano material es finito, y en ese sentido, si vemos como insostenible la situación actual, resulta mucho más difícil imaginar que ésta siga avanzando sin límites.
Se podrían analizar por separado la descomposición de la Iglesia y la del mundo, pero no podemos dejar de reconocer una relación de causa a efecto de la primera respecto del segundo. La Iglesia es la que tiene que ser luz del mundo, la que ilumine los espíritus para conducir a los hombres de regreso a su Creador y para así poder compartir con Él su gloria sempiterna.  […]

En un panorama que muchos consideran desolador, otros vemos una enorme esperanza. Y esto de ninguna manera implica el rehusarnos a padecer con nuestra Iglesia, con nuestras patrias, con nuestras familias, en estos tiempos aciagos que transcurren y en medio de la descomunal apostasía que se observa en la Iglesia Universal. Pero para poder acompañar a la Iglesia en su camino final al Calvario, para poder completar en nuestra carne “lo que falta a los sufrimientos de Cristo” (Col. 1, 24), para conseguir así la eterna recompensa, debemos estar conscientes de dicha apostasía, cosa que claramente ignora la inmensa mayoría de los fieles católicos, los que fueron educados en el humanismo masónico del Concilio Vaticano II, producto éste del arrastre de errores y concesiones realizados antes del mismo, y que fueron el caldo de cultivo apropiado para que luego pudiera plasmarse la neo teología antropocéntrica que impera en la jerarquía conciliar.
Y mucho contribuye a la concientización de la situación actual el exhaustivo trabajo documental de Miles Christi en éste, su nuevo libro sobre Francisco, en el cual el autor no se limita al señalamiento de las transgresiones doctrinales de la neo iglesia liberal y a la denuncia de sus nocivos procederes, sino que, además, gracias a su aporte apologético, contribuye eficazmente a esclarecer a quienes poseen una instrucción religiosa deficiente, que es lo corriente desde hace ya muchas décadas entre los fieles católicos, incluso entre los mejor intencionados.

La gestión de Jorge Mario Bergoglio al frente del Vaticano constituye sin lugar a dudas la más desastrosa desde el establecimiento mismo de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Y a quienes pretendan que podrían haber sido peores otros períodos en la historia de la Iglesia, como el de la época del arrianismo, se les debe recordar que por lo menos, en dichos momentos, todavía se conservaba el orden natural, cosa que Jorge Bergoglio está visiblemente empeñado en destruir, apoyando a todos los promotores de la contra-natura y plegándose a sus mundialistas políticas anticatólicas.
Es por esto que, si bien es necesario impartir una buena catequesis que prepare a los fieles adecuadamente para los tiempos que vivimos, también se vuelve necesario conocer, si no todas, al menos gran parte de las nefastas acciones perpetradas por el Vaticano conciliar y modernista, a fin de saber a quién como católicos no podemos seguir, y, más importante aún, qué es lo que debemos combatir.


 Contratapa

La obra devastadora perpetrada por Francisco en cuatro años supera lo imaginable: necesidad de una conversión ecológica; pedido de perdón a los « gays » por haber sido « discriminados » por la Iglesia; construir una « nueva humanidad » a través de la « cultura del encuentro »; la Iglesia y la Sinagoga poseen la « misma dignidad »; María y la Iglesia tienen « defectos »; Lutero « no se equivocó » con la doctrina de la justificación; los Estados católicos son incompatibles con el sentido de la « Historia »; los musulmanes son « hijos de Dios »; la pena de muerte para los criminales es « inadmisible »; la especie humana « se extinguirá » algún día; no existe un Dios católico; Dios se sirve de la evolución y no hace « magia »; el matrimonio cristiano no es más que un « ideal »; la Iglesia en el pasado tuvo « comportamientos inhumanos » pero gracias al CVII aprendió el « respeto » hacia las otras religiones. La lista es interminable. Este estudio no se propone ser exhaustivo, sólo tiene el modesto objetivo de pasar revista a las principales aberraciones cometidas por este hombre idolatrado por los medios de comunicación del sistema y adulado por todos los enemigos de la Iglesia. Las iniquidades de este pontificado son de una tal amplitud e indecencia que no puede uno dejar de exclamar con el salmista: « ¡Levántate, Juez de la tierra! ¡Da a los soberbios el pago de sus obras! ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo triunfarán los malvados? ¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia y se jactarán los malhechores? »  (Sal. 94, 2-4) Atención, Francisco: la medida está colmada...

 


[1] Extracto de la Súplica a San Miguel Arcángel, contenida en el Exorcismo contra Satanás y los otros ángeles apóstatas, publicado en las AAS de 1890, p. 743: http://www.vatican.va/archive/ass/documents/ASS-23-1890-91-ocr.pdf  y en el Ritual Romano de 1903, p. 227: http://saintmichelarchange.free.fr/exoleon.htm - https://materinmaculata.wordpress.com/2014/09/20/exorcismo-completo-de-leon-xiii-latin-espanol/
[3] Para mayor información sobre las innumerables herejías y blasfemias de Francisco, se puede consultar el libro Tres años con Francisco: la impostura bergogliana, publicado por las Éditions Saint-Remi en cuatro idiomas (castellano, inglés, francés e italiano): http://saint-remi.fr/es/livres/1436-tres-anos-con-francisco-la-impostura-

Para airir el libro:http://saint-remi.fr/fr/anti-liberalisme/1497-cuatro-anos-con-francisco-la-medida-esta-colmada.html
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