El caso Santiago Maldonado.
Por María Lilia Genta
Lo más importante es que sean jóvenes los que piensen y hablen de modo tan esclarecido y exacto
En un lenguaje que personalmente me
encanta y que hubiera sido severamente amonestado por mi madre (tal vez
por esa causa me encanta) y por el que hubiéramos tener que asistido con
sales a mi abuela, me llegan las reflexiones de:
– Javier Olivera (http://www.quenotelacuenten.org/2017/10/22/mentira-la-verdad-acerca-del-caso-maldonado/) y de
– Nicolás Márquez (https://prensarepublicana.com/video-hippie-maldonado-no-me-duele-nicolas-marquez/) sobre el tema Maldonado.
Síntesis estupendas ambas del hecho dominante de los últimos meses.
Los viejos no queremos ser tremendistas
(pero puede parecer que lo somos) cuando hallamos paralelos con los años
setenta. “La sangre derramada no será negociada”, coreaban ayer unos
forajidos que atacaron el Escuadrón 35 de Gendarmería en el Sur. La
frase nos golpea. La sangre no se negociaba y como muestra de la no
negociación derraban la sangre de los nuestros.
Por eso, lo bueno es que los jóvenes
analicen con lucidez lo que nos acontece hoy a la luz de la historia. De
lo contrario “Ay del pueblo que olvida su pasado”.
A los dos análisis que acabo de mencionar se agrega el artículo de otro joven, Jorge Martínez, que acabo de leer en La Prensa de hoy:
(http://www.laprensa.com.ar/458549-Un-pais-dominado-por-el-setentismo.note.aspx) escrito pulcramente a gusto mío y de mi mamá también.
Ciframos nuestra esperanza en esta
generación. La nuestra ya hizo lo que pudo, como pudo. Peo, si de alguna
manera, hemos contribuido a transmitir los valores (los bienes diría mi
marido para no parecer sheleriano) a los jóvenes, hijos, nietos,
amigos, algo hicimos.