El futuro que los liberales quieren: versión súcubo drag maestro de jardín de infantes
Por Enrique de Zwart
No me sorprendió como en las últimas semanas los autodenominados “antifa” y otras fuerzas de choque del nuevo orden mundial deshonraron estatuas de Junípero Serra, Cristóbal Colón y Juana de Arco! Tampoco me sorprendió la tibia y anodina respuesta de algunos “conservadores”, ni la no-respuesta de los “príncipes de la Iglesia”.
Una
de las razones por la cual los liberales y la izquierda marxista -que
cada día se vuelven más difíciles de distinguir- se han impuesto
culturalmente en el último medio siglo, es que nunca son forzados a manifestar sus principios
(asumimos que algunos de ellos los tienen).
¿Qué punto hay que alcanzar
para que estén satisfechos? ¿A qué instancia debemos llegar para que ya
no objeten a la Iglesia? ¿Cuántos cientos de millones de musulmanes y africanos son necesarios para que Europa sea suficientemente diversa? ¿Cuán joven tiene que ser un niño antes que pueda pedir una cirugía de reasignación de sexo, o para que no sea considerado pedofilia? ¿Y por qué no un poco de adoctrinamiento sodomítico satánico en bibliotecas públicas?
La escena de esta entrada ocurrió en la biblioteca pública “Michelle Obama” de California donde un drag queen disfrazado
de demonio (o quizás ya poseso) fue invitado a “celebrar” el mes
“LGBTQ” contándoles cuentos a los chicos. Pagado con dinero de los
impuestos por supuesto…
Las fotos del drag súcubo en rol de maestro de jardín de infante, subidas a las páginas Twitter y Facebook de la biblioteca como agitprop, generaron una reacción en la gente normal y fueron rápidamente bajadas. Quizás de eso se haya tratado, sondear como están los anticuerpos de los “normales”. El sistema inmunológico todavía reacciona, por ahora.
Ya hemos hecho mención hacia dónde conduce la distopía
liberal que las elites “occidentales” están tratando de imponer de
manera cada vez más grosera. Que esto haya sucedido en California,
siempre a la vanguardia en la guerra contra-natura no debería
relajarnos, inclusive si ahora el enemigo quedó temporariamente en
evidencia debido a las indiscreciones sobre el degenerado anticatólico Harvey Weinstein, premiado por el centro Simón Wiesenthal.
Esto se viene en espacios públicos en Buenos Aires, Madrid y México, aunque seguramente Barcelona nos ganará de mano.
El finado pensador católico norteamericano Joseph Sobran respondió hace tiempo la pregunta retórica que hicimos al comienzo:
¿Cuándo estarán satisfechos? ¿En qué sociedad los liberales se volverán conservadores? ¿Cuán diferente será esa utopía liberal del comunismo más radical?… Gracias a la negligencia de sus oponentes, los liberales controlan los términos del discurso y siempre demandan “más” sin nunca definir “suficiente”.
En suma, mediante una estrategia incremental gramsciana, los liberales estarán satisfechos solo cuando hayan destruido totalmente cualquier vestigio de cristianismo.
Que no te la cuenten…
Enrique de Zwart