miércoles, 25 de octubre de 2017
Actualidad
NUEVAS CLAVES PARA ENTENDER
EL CASO MALDONADO
‒ El Río Chubut no es un antiguo afluente patagónico. Fue
fabricado por la Gendarmería Nacional, el 1 de agosto del corriente, para
ahogar a los inmaculados mapuches y sus sacrosantos seguidores.
‒ Existe un Equipo Forense de Colocación de Cuerpos
Mapuchistas (en adelante EFCM). El ahogamiento y la hipotermia nunca causan la
muerte de quienes se arrojan al Río Chubut. Mentar tales factores es
encubrimiento estatal. La verdadera causa es el EFCM.
‒ Si un gendarme persigue a un mapuchista que acaba de
cometer varios delitos y actos subversivos, el hecho –aunque esté registrado y
conste‒ debe calificarse de bajo e inhumano, y negarse enfáticamente.
Sencillamente porque los mapuchistas nunca cometen delitos. Hablar de
subversión y de guerrilla, además, nos remite a los Grupos de Tareas, resabios
de los años de plomo. Todo marxista tiene el derecho humano de delinquir como
mejor le plazca.
‒ Sabiendo como saben, los miembros de las Fuerzas Armadas y
de Seguridad, que al perseguir a un delincuente, a éste puede darle desde una
taquicardia hasta un colapso, son responsables del homicidio del perseguido, si
encima que lo corren injustamente, no ordenan la custodia de la víctima con un
equipo del SAME y una Unidad Coronaria Móvil. Quede sentada jurisprudencia al
respecto.
‒ Si la autopsia más científicamente ejecutada de toda la
historia nacional, determina que el cadaver no tiene lesiones y lleva más de
sesenta días bajo el agua del Río Chubut, eso no obsta para exculpar a la
Gendarmería. Porque su obligación era dejar múltiples y visibles señales de que
lo habían torturado y matado. Por no cooperar al relato mapuchista
–imprescindible para el triunfo de las luchas populares‒ esta fuerza represora
y toda la prensa hegemónica deben recibir un condigo castigo. Son culpables de
no cooperar con la causa intachable de los desaparecidos. Entiéndase de una
vez: son reos por no ser reos.
‒ Investíguese como copartícipes de complicidad manifiesta,
a los perros que suspendieron el olfateo a orillas del Río Chubut, a las raíces
de los arbustos que enredaron el cadáver, y de modo especialísimo al Gendarme
Emmanuel Echazú. Los primeros son evidentes cultores de la Doctrina Canina de
la Seguridad Nacional. Las segundas crecieron frondosas al amparo de la
dictadura fitogeográfica. El tercero es un huinca que osó interponer su
mandíbula al lanzamiento de un adoquín libertario, lanzado por las atávivas
tribus originarias.
‒ Si las autoridades políticas dan el pésame a los
familiares del difunto, merecen el repudio y la abominación por el uso
electoral del occiso. Estamos de acuerdo. Pero si, con la autopsia aún en curso
y el muerto descompuesto e insepulto, los familiares salen a decir que hay que
castigar electoralmente a las autoridades, eso se llama “elaborar el duelo”.
Igual calificación merecerán las múltiples tomas, incendios y actos de
vandalismo perpetrado por los mapuchistas y arcángeles afines. Hay que respetar
a rajatabla a la familia Maldonado. Pero está permitido ‒y goza de aquiescencia
plena‒ tomar por estúpidos al resto de las familias argentinas. Todos debemos
llamarnos a un silencio respetuoso ante el finado. Pero el grupete de sus
familiares y amigos puede decir cuanto exabrupto se le ocurra.
‒ Son cada vez más abundantes los datos que corroboran la
ligazón familiar, parental e ideológica del muerto con militantes kirchneristas
y otros grupúsculos afines a la guerrilla setentista. Por lo tanto, quienes
descubran estas asociaciones y el grotesco montaje circense que todo este caso
significa, deberán ser palpados de armas por los caciques mapuches, bajo el
cargo de conspirar contra el pensamiento único.
‒ Esto recién empieza.Se puede negar la resurrección de
Jesucristo, pero “aparición con vida para Maldonado”, porque “con vida se lo
llevaron y con vida lo queremos”. Dispóngase además que, junto con la bandera
del orgullo gay, Rodrígez Larreta, haga flamear a media asta las banderas de la
Nación Mapuche y del Anarquismo, durante tres días del calendario maya.
Dispóngase asimismo que el paraje donde fue hallado el cuerpo del Héroe del
Tatuaje, sea denominado Maldonado. El cual, para no confundirse con el arroyo
homónimo y volver a inundar la Juan B. Justo, deberá figurar en la toponimia
chubutense como El kürü Maldonado.
‒ Enterados los sobrevivientes de las tribus de la
Polinesia, principalmente los clovis, de que los mapuches se adjudican el
carácter de pueblos originarios de América, en desmedro de sus verdaderos
derechos a la originariedad, han constituido con sede en Londres la Clovis
Nation Society, reclamándole al Estado Argentino la entrega inmediata de la
cadena Hotesur, los ranchitos de Lázaro Baez, la bisutería de Cristina y la
cripta de Néstor.
‒ Finalmente, y al cierre de este manojo
provisorio de “claves para un macaneo mejor”, el Gobierno dispuso que se le
pague la suma de dos millones de pesos, en carácter de recompensa, al mapuche
que, después de una cadena de falsos testimonios, señaló donde estaba el cadáver
del neo Che. El indio ya adelantó que, dadas las circunstancias,se
suprime momentáneamente y hasta el cobro de la inquietante suma, todo concepto
de propiedad colectiva.
‒ Hace casi tres meses que este gobierno cobarde y ruin,
moviliza para hallar a Maldonado, un despliegue de medios y de pesos como pocas
veces se vio antes. Ahora faltaba el agregado de la recompensa a quien en un
país normal debería dársele, por lo menos, no un premio sino un castigo por
pertenecer a una asociación insurreccional y sediciosa. ¿Con qué cara los
mapuchistas pueden seguir diciendo que el gobierno lo desapareció y la
Gendarmería se lo llevó?
‒ Macri facho y gato. Un momento. Como el clan familiar de
los Maldonados, pedimos respeto y prudencia en el uso de las palabras. Benito
Mussolini no merece este agravio. Ni tampoco la comunida felina. Al fin de
cuentas, sea por la vía de un Duce Argento o de una legión de felis
silvestres catus, bien le vendría
a la patria ejecutar un justiciero y férreo escarmiento contra tantas ratas
sueltas que deambulan impunemente.
Antonio Caponnetto