martes, 24 de octubre de 2017
HACIA OTRA DÉCADA INFAME
El gatopardismo de "cambiemos" para que nada cambie
Por: Xavier de Bouillon
Luego de la "década perdida" por el nacional- populismo de la izquierda
kirchnerista, todo parece indicar que se viene una versión aggiornada
de lo que fuera entre nosotros la Década Infame. Al menos eso parece
significar el triunfo de "Cambiemos": cipayismo y colonialismo cultural,
tolerancia con la ideología de género y la dictadura del relativismo,
mayor endeudamiento externo, sometimiento a los dictados del FMI,
alianza con EE.UU- Gran Bretaña- Israel, destrucción de las PYMES,
desempleo, inflación, alta presión tributaria, peligrosa flexibilización
laboral, mayor concentración económica, restauración de la línea Mayo-
Caseros, pérdida del poder adquisitivo del salario, continuidad en lo
que hace a la nefasta política de DD.HH y a la situación de los
prisioneros de guerra, entre tantas otras cosas.
Muchos votaron al
macrismo por odio visceral al kirchnerismo. Pero no se puede combatir el
mal con otro mal.
Que ni siquiera es menor. Cualquiera que conozca la
historia argentina y que sepa que la "grieta" tiene por lo menos cinco
siglos (desde que Hernandarias se enfrentara a los contrabandistas
porteños), que las potencias anglosajonas han sido nuestro enemigo
histórico (como que tienen ocupado parte de nuestro territorio y
balcanizaron Hispanoamérica), que la deuda externa ha sido desde
Rivadavia un instrumento de dominación, que de los partidos
"democráticos y liberales" ha surgido el laicismo militante y masónico
(basta recordar el conflicto del Partido Unitario con la Iglesia, el
liberalismo católico de la Constitución del 53 o el anticlericalismo
roquista), cualquiera que sepa el drama de las Dos Argentinas sabrá
tener "olfato" para ver en el macrismo un modelo economicista, funcional
a la oligarquía (corrupción de la sana aristocracia hispano- criolla) y
al Imperialismo Internacional del Dinero.
Macri es el símbolo más
acabado del "medio pelo" argentino, ignorante de nuestras raíces,
desconectado del pueblo y sus tradiciones (al cual en el fondo
desprecia, siguiendo las enseñanzas alberdianas y sarmientinas) y
embelesado con los "espejitos de colores" del Primer Mundo. Nada que
tenga sabor a Cultura Católica, a Patria, a Hispanidad y Latinidad, a
Soberanía Política, a Independencia Económica, a Justicia Social, a
Federalismo y a República en sentido clásico.
Esto no es más que el
regreso de los "perduelis", de las "relaciones carnales" con el Enemigo
histórico, la continuidad del capitalismo prebendario y de la oligarquía
financiera internacional, la sumisión al Nuevo Orden Mundial "por
derecha", la política gatopardista de "Cambiemos" para que nada cambie.
En síntesis, la pequeña Argentina colonial en vez de la Patria Grande
argentina e hispanoamericana. Más allá de los hombres de bien que se
sumaron a esta alianza creyendo que se podía hacer con la misma una
patriada y a quienes no juzgamos. Pero se equivocan esos "nacionalistas
PRO" cegados por el antikirchnerismo como yerran los "nacionalistas K",
que confunden el modelo Nac&Pop con el verdadero Movimiento
Nacional, católico, hispanista, humanista y federal. Mientras no
salgamos de la dialéctica oligarquía vs populismo o del falso esquema
derecha vs izquierda, no podremos reconstruir la Grande Argentina
edificada por encima de las diferencias de clase, de partido o de
sector.
Pero vale la pena seguir peleando por la Patria de todos, según
aquello del Padre Castellani: "No se nos pide vencer sino no ser
vencidos".