Israel y la geopolítica del Nuevo Orden Mundial - Por Augusto TorchSon
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No
hace falta ser grandes analistas políticos
internacionales o profetas para advertir la proximidad de una guerra
mundial a
gran escala con consecuencias devastadoras; esto teniendo en cuenta el
potencial destructivo de la industria armamentística actual. Pero para
que se internacionalice
el conflicto es necesario que se acomoden las piezas para ubicar de uno y
otro
lado a las naciones con cierto equilibrio militar, de lo contrario los
países
débiles serían fácilmente sofocados y no habría posibilidad de expansión
global
del conflicto. En este punto es fácilmente observable como los países de
todo
el mundo se están agrupando en dos bandos, el primero compuesto por
EEUU,
Europa y Japón; y el segundo representado por Rusia, China y América
Latina.
Los países musulmanes están divididos en uno y otro bando según hayan
establecido lazos comerciales con EEUU o Rusia y China. Pero para
alinearse,
los países asociados necesitan un argumento ideológico para poder
arrastrar a
sus poblaciones a apoyar sus alianzas (y esconder los verdaderos
móviles), y en
este caso, el mismo consiste en considerar a los aliados de EEUU como
representantes de la derecha capitalista e imperialista y a los de Rusia
y
China y como la izquierda antiimperialista o socialistas.
En este mundo irremediablemente globalizado,
resulta más que absurdo considerar estas opciones ideológicas, ya que resulta
claro que la interdependencia económica es la que rige las relaciones entre
estos estados que se disfrazan de enemigos engañando a las masas democráticas para
seguir en el poder. Y así por ejemplo, en medio de terribles amenazas y hasta
acusaciones de intentos de homicidio hacia sus personas por parte del gobierno
norteamericano, los presidentes Chavez y Maduro nunca dejaron de tener como uno
de sus principales compradores de petróleo a sus supuestos victimarios. En
igual sentido se puede mencionar el caso inglés cuyo gobierno, siguiendo a EEUU,
sancionó a Rusia por su participación en el conflicto con Ucrania pero siguen
comprando gas al país sancionado.
En este juego dialéctico de “progresismos versus
conservadurismos”, llegado el momento de una guerra mundial, y con el objeto de
superar estas tesis y antítesis; la síntesis va a ser necesariamente el Nuevo
Orden Mundial que va a abolir las patrias y las religiones a las que se van a
acusar de generadoras de conflictos. Y ya con la aldea global
institucionalizada de pleno derecho los gobernantes van a ser los mismos que
hoy forman de hecho el gobierno plutocrático del mundo bajo apariencia de
capitalismo y comunismo, aunque en realidad nunca estas posturas políticas fueron contrapuestas sino que
se complementaron a la perfección. Por eso, aunque hoy todavía se mencione hasta
el hartazgo la “guerra fría”, la verdad es que el comunismo soviético siempre
fue financiado por el capitalismo angloamericano o más precisamente judaico. Y
teniendo en cuenta que la mayoría de los jerarcas comunistas eran judíos en
países donde éstos eran ínfimamente minoritarios, y los integrantes más poderosos de
la banca internacional que manejan Wall Street y la Reserva Federal de EEUU son
de igual origen racial y religioso; no resulta extraño deducir quien mueve los
hilos de este Imperialismo Internacional del Dinero al que Su Santidad Pio XI
señaló como “El funesto y detestable imperialismo económico para quienes consideran
patria adonde se está bien, donde se tiene confort”.
De ahí que este
pueblo al que los mismos Evangelios denunciaron como deicida (por mucho que le
pese al Obispo de Roma, Francisco), invocando su código sagrado, el Talmud, se consideran
los elegidos por Dios para gobernar el mundo, habitando en todos los países del
mundo sin identificarse nunca con las naciones que les dieron asilo y
hospitalidad, contra los que siempre conspiraron, por los que se los desterró
en infinidad de oportunidades a través de la historia en todo el planeta. Resulta
lógica esta judaica conducta ya que necesitan de sus títeres masones para
abolir las patrias, porque ellos se consideran dueños del mundo y a los no
judíos consideran como “bestias con forma humana” según el Talmud que agrega: “Cualquier
cosa es permitida que esté en contra de ellos. El judío puede mentirles,
trampearlos y robarlos. Puede violarlos y asesinarlos”; todo esto al señalar
que “Solo el judío es humano” (para
ampliar aquí). Se comprueba así como enseñaba Donoso Cortez, que detrás de
grandes problemas políticos siempre hay grandes problemas teológicos.
En este marco se presenta la masacre israelí
sobre el pueblo palestino, que hoy cobra una dimensión particularmente perversa
al asesinar impunemente una inmensa mayoría de civiles, y esto con el fin de provocar
la reacción en su contra de la opinión pública mundial. Este país al que nunca
supervisó el Consejo de Seguridad de la ONU para revisar si tenía armas
nucleares o químicas, y que no está sujeto a ninguna normativa internacional;
hoy, alejándose de su redituable papel de víctimas, necesita posicionarse como
el desencadenante del conflicto global. Cabe en este sentido recordar las
profecías o más bien “agenda” de Albert Pike respecto a las 3 guerras
mundiales que llevarían a la imposición de un gobierno mundial masónico (Aquí).
Y así todos los gobernantes socialistas que hoy usando un subterfugio dicen
repudiar a Israel, se los pudo ver en incontables oportunidades rindiendo
honores a los representantes judíos en su carácter de tales y hasta usando
kippa.
Y en la consideración teológica y
trascendente de los acontecimientos, no podemos dejar de advertir que el
gobierno global que puede surgir tras la
3° Guerra Mundial, puede traer al mesías al que los judíos están preparando el
camino, y que para los católicos no puede ser otro que el mismo Anticristo. Y
en esa preparación, recordando las desafiantes palabras del rabino Skorka al
ser “homenajeado” por el Cardenal Bergoglio en una Universidad católica, vemos
como se necesita preparar el camino también con el sincretismo religioso, que, teniendo
en cuenta sus principales promotores, no puede sino ser judaizante.
Y consecuentemente, estas falsas opciones
políticas, tanto comunistas como capitalistas, esconden la visión puramente
materialista del mundo, que no puede ser de otra manera, ya que proviene de
adoradores de becerros de oro.
Sabemos no obstante, que esa misma tragedia,
va a significar el principio del fin del triunfo del mal en este mundo; y hasta
la redención para muchos judíos que se convertirán llegado el momento. Pero
lejos de bajar los brazos, con la esperanza intacta y dispuestos a dar el “buen
combate” por la Gloria de Dios, debemos recordar las palabras de
Nuestro Señor “Cuando comiencen a suceder estas cosas, abrid los ojos y alzad la
cabeza, porque vuestra redención se acerca”(Luc.21,28), porque nuestra
victoria no es sobre este mundo.
Augusto
TorchSon
Nacionalismo Católico San Juan Bautista