2014: El 70% nace fuera del matrimonio (Podcast)
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El
año 1998 el Congreso Nacional eliminó las diferencias legales entre los
hijos habidos dentro y fuera del matrimonio. De acuerdo a lo alegado en
la ocasión, se quería evitar que los hijos no matrimoniales sufrieran
una discriminación en relación a los tenidos dentro del matrimonio.
Pocos
parlamentarios percibieron entonces lo que era evidente. Queriendo
evitar el perjuicio a los hijos extramatrimoniales, se terminaba
perjudicando objetivamente a la institución del matrimonio.
Y la
razón es sencilla. Si la principal misión del matrimonio es la de traer
los hijos y educarlos, la ley no puede considerar por igual el hecho de
tenerlos fuera o dentro del matrimonio, pues, querría decir que, para
los efectos legales, esta institución poco o nada representa.
Ahora,
como el matrimonio es la institución en la que se funda la familia,
debilitar el matrimonio, provoca inmediatamente el debilitamiento de la
familia, y con ello el perjuicio a toda la sociedad.
Todo esto fue recordado en la ocasión por varias instituciones pro familia, entre las cuales Acción Familia.
Sin
embargo, la presión de la moda antidiscriminatoria pesó más en la
balanza que los argumentos racionales, y la ley fue aprobada por la casi
unanimidad del Congreso.
Transcurridos 16 años de su promulgación los resultados de ella comienzan a sentirse de modo claramente negativo.
En efecto, esta semana el diario “La Tercera” informó que Chile había llegado al 70% de hijos nacidos fuera del matrimonio.
Precisamente
lo que temíamos. Al querer solucionar un tema menor, una supuesta
discriminación injusta, se terminó perjudicando la principal institución
de la sociedad que es la familia.
Aclaremos primero que el hecho
de considerar de diferente modo los hijos habidos dentro o fuera del
matrimonio, no constituye una discriminación arbitraria. Pues ella lo
sería sólo si no existiese razón justificada para hacer la distinción.
En
este caso, la razón de distinguir es obvia. Si la familia se funda en
el matrimonio y el matrimonio tiene por finalidad primaria tener hijos,
el Estado debe favorecer la protección especial de su función y lamentar
que hayan sido tenidos fuera del matrimonio. Igualar los frutos de la
convivencia con los frutos del matrimonio es igualar la institución
matrimonial con las meras convivencias.
Tal equiparación
constituye una injusticia contra el matrimonio, pues los jóvenes que lo
contraen se obligan a una serie de compromisos que favorecen al bien
común de la sociedad. Es lógico entonces que el Estado premie ese
compromiso.
Por su parte las uniones libres o convivencias no se
obligan a nada delante de la sociedad, sino exclusivamente se fundan en
un bien particular fundado en la mutua atracción de los convivientes.
Cesada esa atracción, cesará la convivencia, con los perjuicios para los
hijos habidos mientras vivieron juntos y la consecuente empobrecimiento
de la mujer.
Todo eso representa un lastre para el conjunto de la
sociedad, pues no sólo la afecta desde el punto de vista económico,
sino también desde el punto de vista moral, una vez que los hijos se
resentirán de la falta de uno de sus progenitores.
Si el divorcio
genera un círculo vicioso para la familia, al desintegrar lo que es por
naturaleza indisoluble, las uniones de hecho ya comienzan de forma
viciosa, pues ellas no se comprometen a nada ante la sociedad ni la ley.
Pasemos a revisar las cifras. Ellas nos indican de modo empírico lo que estamos diciendo.
Desde
1960 a 1990, es decir en un período de 30 años, en que no había
divorcio y en que los hijos matrimoniales eran protegidos por la ley,
los hijos de padres no casados sólo aumentaron en un 18%.
Posteriormente,
en el período 2000 a 2014, es decir en la mitad del tiempo, esa
variación pasó del 48,3% de hijos habidos fuera del matrimonio al 70%.
Es decir, aumentó más en la mitad de tiempo.
La magnitud del
cambio en Chile es superior a la de otros países. Por ejemplo, en
Estados Unidos la cifra alcanza el 41%, en Brasil al 66%, en Bolivia al
55% y en España al 36% según establece el World Family Map 2014.
Comentando
el hecho, la socióloga de la U. Diego Portales, Alejandra Ramm, dice
que se trata de un alza acelerada por la Ley de Filiación de 1998, que
terminó con la figura del hijo ilegítimo. “No fue lo que gatilló el
crecimiento, pero una vez que salió, lo fomentó.”, resalta.
Por su
parte, Viviana Salinas, del Instituto de Sociología de la U. Católica,
señala: “Hemos llegado a cifras realmente impresionantes, muy pocos
países en el mundo tienen esa cifra”.
Agrega Viviana Salinas, que
“hoy la prioridad está en las aspiraciones de autonomía personal, en la
búsqueda de relaciones de género más igualitarias y rechaza la
influencia de las institucionales, tanto religiosas como estatales, en
la vida privada”.
Las consecuencias, obviamente la pagan los
hijos, ellos no tendrán, en su gran mayoría, el derecho de haber nacido
dentro de una familia matrimonial, que les garantice un crecimiento
normal, acompañado y protegido por el padre y por su madre.
En
1998, cuando aún se discutía el Proyecto de Filiación, el entonces
Obispo de San Bernardo, Monseñor Fuenzalida hizo llegar una carta a los
senadores, que vale la pena recordar.
Decía el Obispo en esa
ocasión: “Hoy una inmensa mayoría de los chilenos queremos y buscamos
que los hijos nazcan dentro del matrimonio. Sabemos que ello les da
plena posibilidad de desarrollo humano y social. Pero cuando pasen los
años y vaya arraigándose la idea de que no es el matrimonio el único y
privilegiado lugar para traer los hijos al mundo, los chilenos
llegaremos a la conclusión de que ética y moralmente es irrelevante que
los hijos nazcan dentro o fuera del vínculo matrimonial y habremos
provocado una grieta de proporciones en el fundamento mismo de nuestra
sociedad civil (…)”
Sus palabras resultaron previsoras.
Por
el bien de las futuras generaciones, por el bien moral de nuestra
sociedad, por el bien de Chile, por la Gloria de Dios, urge enmendar el
rumbo.
Muchas gracias por su audición, puede hacernos llegar sus comentarios a www.accionfamilia.org.
Hasta la próxima semana en esta misma su emisora regional.