“¡No pasa nada!”,
apenas nos hundimos como el Titanic.
Este martes se realizará un nuevo encuentro
con el "mediador" Daniel Pollack en Nueva York. Son horas decisivas
porque el próximo 30 la Argentina podrá entrar en cesación de pagos. No
obstante, en Buenos Aires, el Gobierno cristikirchnerista minimiza esa
posibilidad. "El
30 no vamos a tener ningún problema"
"Nadie quiere festejar, ni
festeja un default",
reconoció el ministro Kicillof, pero
dijo que el fallo de Griesa es "extorsivo" e
"incumplible".
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Si le creemos a Kicillof, a Cristina Fernández, al “Chino” Zaninni o a Capitanich, lo de
pasado mañana es apenas un nuevo “avatar”
en nuestra cotidianeidad; ¡pero esto no es cierto! Entrar en cesación de pagos
–defaultear una deuda- será nocivo no solo para el presente nacional, sino para
el futuro mediato y el de mediano y largo plazo, heredándoles a nuestros hijos
y nietos gravísimos problemas que deberán ser cargados a nuestra herencia. Cristina
Kirchner cree que es posible ir al default el miércoles que viene y soportar
hasta el año próximo en esa condición, cuando venza la clausura Rufo, que obliga
a tratar a los acreedores que ingresaron al canje de la misma manera que
cualquier otro que renegocie su deuda. Esa es la convicción que transmitió con
los funcionarios claves de su Gobierno en los intensos diálogos que mantuvo en
las últimas horas, en las que hizo un repaso sobre las fuentes de
financiamiento autóctono que le quedan al Gobierno para aguantar hasta fin de
año. Obviamente, la ANSeS y el Banco Central encabezan la lista de los
organismos que deberán aportar la parte del león, en un escenario de default.
Es en ese marco que también se analizó el impacto real sobre las reservas del
swap con China por US$10 mil millones.
Por lo que dice en esos encuentros, Cristina no está dispuesta -como lo dijo públicamente- a firmar un
acuerdo con los fondos buitres si el juez de Nueva York, Thomas Griesa,
no le garantiza algún tipo de protección contra la temida cláusula RUFO.
Ya sea un un seguro contratado por los propios buitres o un nuevo stay. En las
charlas de estas horas críticas, Cristina Fernández empezó a delinear un plan
de contingencia para aguantar en default hasta fin de año, cuando vence la
cláusula RUFO, como anticipé en
primicia impactante. "Va a ser duro,
pero podemos aguantar", transmitió. “Ella cree que en enero se sienta a negociar con los buitres, les paga
y todo terminado”, resumen sus intérpretes, no sin preocupación por las
consecuencias que pueda haber este semestre, como una presión sobre el dólar,
aumento de la inflación y freno, esta vez definitivo, de cualquier instrumento
financiero que permita levantar una alicaída actividad industrial. Sin embargo,
este escenario no considera dos riesgos importantes que enfrenta la estrategia
de un default tenporario. El primero es que los bonistas reclamen la totalidad
de lo adeudado por la cláusula de aceleración de los bonos. El otro riesgo,
vinculado a este, es el peligro de cross default, estos es que ante la cesación
de pagos de una parte de los bonos reestructurados, entre en esa condición la
totalidad de la deuda. Cristina Fernández y Kicillof ya empezaron a cubrirse de
ese reclamo: Anunció en forma anticipada que cumplirá con todos los
vencimientos de aquí a fin de año. No se trata de una formalidad, es parte de
la estrategia que sostendrá en todos los tribunales y foros pertinentes: La
Argentina no entró en default porque giró todos los pagos programados, en todo
caso el país está ante un evento "nuevo"
que es una cesación de pagos provocada por el fallo de un juez, que no debería
disparar las sanciones de un default hecho y derecho.
El
secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, minimizó las
consecuencias del inminente default y aseguró que "no va a pasar nada" y "la economía va a seguir en funcionamiento". En
declaraciones a radio Splendid, el funcionario criticó a "los agoreros del desánimo y del desastre que siempre tratan de
generar miedo en la sociedad". Involucrándonos a todos los que
descreemos de su supina idiotez. "No
va a pasar nada. No estamos de ninguna manera en default. Vamos a seguir
trabajando frente a este hecho inédito e insólito", indicó Parrilli,
que pidió a la justicia estadounidense que "asome
un poco de sentido común y racionalidad y dejen que los bancos le paguen el
dinero a los acreedores que Argentina ya pagó". Al respecto, también
le apuntó a quienes "intentan
generar desánimo en la población cuando no va a pasar absolutamente nada" y
dijo que esos mismos "se callaron la
boca y avalaron todo cuando vinieron los males para la Argentina". ¿Estará
hablando de él mismo y de la pareja presidencial que avalaron cuanta
privatización y desparramo armó el menemato? El Gobierno Nacional
intenta ponerle paños fríos a la expectativa mientras el calendario se acerca
rápidamente al 30, cuando se declararía el default de la Argentina, la segunda
cesación de pago de la deuda pública desde 2002. En Nueva York se
desarrollan negociaciones contrarreloj para impedir que la Argentina sea
considerada por las calificadora de riesgo como incumplidora de sus
contratos. El telón de fondo es la pelea con los fondos buitres que le
ganaron un juicio al país por sus bonos en default.
El martes
29 o sea hoy-fecha de publicación-, 24 horas antes de la fecha límite, el
Special Master Daniel Pollack recibirá nuevamente a
funcionarios argentino para continuar con la ronda de negociaciones. El "mediador" confirmó que se
reunirá con la delegación argentina en Nueva York a partir de las 12:00 de
Buenos Aires. Mientras tanto, en la Argentina el Gobierno hace lo posible
para minimizar el impacto de lo que probablemente será un duro golpe. El
ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo que "el 30 no pasará nada".
La expresión se inspira en el discurso de la presidente Cristina Fernández,
su jefa, quien negó que la situación que podría enfrentar la Argentina sea la
de un default. "Van a
tener que buscar otro nombre", dijo. En esta línea
también se pronunció como ya vimos el secretario general de la Presidente,
Oscar Parrilli. Pero la calificación no depende del Gobierno. "El periodo de gracia de
Argentina (para pagarles a los tenedores de la deuda reestructurada que
se ven impedidos de cobrar por el fallo del juez Thomas Griesa) vence a última
hora del miércoles, si no hay un acuerdo ese día, la agencia notificaría a
primera hora del jueves la nota de 'Selective Default' -porque se trata de una
fracción de los bonos que estaría impago-", explicó a la
agencia AFP Sebastian Briozzo,
director de Calificación Soberana de la agencia Standard & Poor's en Buenos
Aires. Por su parte, Carlos Caicedo, analista principal de IHS
(firma de información económica) para América Latina, advirtió que una
suspensión de pagos traería más devaluación, inflación y marginación de los
mercados de capitales, al considerar que las autoridades argentinas "están viendo la opción del
default como la menos costosa".
En tanto,
en Wall Street un default parece el escenario más probable. "Las chances de un acuerdo antes del 30
de julio son extremadamente bajas", dijo Casey Reckman,
economista del Credit Suisse Group AG, según escribió en un reporte
citado por la agencia Bloomberg. El especialista consideró además que la
salvación de la Argentina está en manos de los holdouts. "La única manera de evitar el
default es que los demandantes le pidan al juez Griesa reponer el stay (medida
suspensiva del fallo)", agregó. El
New York Times sostuvo que Griesa "no
entiende" el mercado de bonos. El diario de
negocios criticó al veterano juez y contó sus inconsistencias durante la
audiencia del martes. El New York Times se ocupó minuciosamente de
deschavar a Thomas Griesa en su escaso conocimiento del mercado de bonos, el
influyente diario norteamericano sostiene que, después de 42 años que lleva
como juez federal y una década al frente del litigio sobre la deuda argentina
en default “recién ahora está aprendiendo
qué tan complicada puede ser la vida de un juez que busca controlar las
acciones de un gobierno soberano”. “Estamos en la sopa”, reconoció el
magistrado durante la audiencia que encabezó el martes pasado, según reprodujo
el matutino. “Esta semana dejó en claro
que no ha comprendido completamente las transacciones de bonos que estuvo
manejando desde hace años”, dispara la nota. El NYT recuerda que con la
reestructuración de deuda surgieron nuevos bonos con legislación en Nueva York,
Argentina, Inglesa o japonesa, con denominaciones en pesos, dólares, euros o
yenes.
“Esas son las complicaciones que el juez Griesa parece no haber
entendido”, critica el diario neoyorkino. La nota rememora que “la orden que Griesa emitió a principios de
año señalaba que la Argentina no debía pagar intereses de los bonos
reestructurados, y los bancos no debían ayudarla a hacerlo. Eso sonaba como si
cubriera a la totalidad de los bonos de los canjes, incluso los que no fueron
emitidos bajo la ley de Nueva York”. El New York Times –un matutino
demócrata y pro finanzas- apunta que la explicación de la orden se refería
solamente a los bonos en dólares con legislación en esa ciudad, e ignoraba la
existencia de otros bonos restructurados. En ese sentido, el matutino se
pregunta si esa regla aplica para los otros bonos, incluidos los que están bajo
legislación argentina. “¿Violará la orden
del juez un banco que opere los pagos de intereses de esos bonos?”,
cuestiona el NYT. El 27 de junio, Griesa le respondió a la sede argentina del Citibank
que podía seguir haciendo los pagos regulares de esos intereses, porque no
estaban comprendidos en su orden. En la reunión del martes, en un principio el
veterano juez pareció mantener esa orden vigente, sin cambio alguno, hasta el
momento en que le aclararon que los bonos reestructurados con legislación
criolla representan un cuarto del total de los títulos emitidos con los canjes
de 2005 y 2010. Griesa llamó al abogado de los agentes de pago, Friedman, para
que se sentará inmediatamente a su lado y ahí cambió de parecer. “Esos bonos
deben ser tratados como bonos del canje y deben ser incluidos con los otros
bonos en la orden de febrero”, resolvió el magistrado. “Como obra de teatro no era mala, pero difícilmente inspire confianza
en el sistema legal americano”, ironiza el New York Times.
Lo cierto es que el juez quedó enredado en una situación legal
sumamente compleja: también deberá lidiar con los títulos que estén bajo ley
inglesa, o japonesa. Si termina decidiendo que los bonos con ley argentina están
incluidos en su orden, el Citibank podría tener que decidir si desacata al
juez, o, si lo obedece, implicaría violar la ley local, que podría derivar en
complicaciones legales por parte de sus clientes, reflexiona el NYT. Por el
contrario, si Griesa no extiende su orden a los bonos que están bajo
legislación criolla, la Argentina encontraría un camino para realizar un nuevo
canje, con bonos bajo ley local para los inversores que quieran cambiar sus
bonos con legislación norteamericana, advierte el matutino. “El juez probablemente intente bloquear esa
operación”, vaticina la nota. La disputa entre los fondos buitre y el
gobierno ahora se corrió hacia los agentes de pago. Griesa dijo que el pago a
los bonistas fue ilegal pero no dijo qué debía hacer el Bank of New York con
ese depósito. El banco no quiere devolver la plata y prefiere retenerla hasta
que todo se resuelva. “Mientras el
miércoles se acerca, el juez tiene mucho sobre lo que pensar. Mejor hubiera
sido que lo haya pensado antes de mandar esa orden”, concluye la nota, no
sin cierto sarcasmo. El Gobierno dice que no es necesario pagar una garantía
para extender la negociación. Capitanich rechazó una de
las alternativas para evitar el default. "La
garantía es la sentencia", afirmó.
A dos días de que el país entre al default por el incumplimiento
de la sentencia dictada por el juez Thomas Griesa, el Gobierno rechazó hacer un
depósito como garantía para una negociación futura con los fondos buitres que
deje al país a salvo de la activación de la cláusula RUFO, que como ya
explicare está desartada desde el arreglo con el Club de París, que comnenzará
a pagarse dentro de unos pocos días. Se trata de una posibilidad que era
sostenida por distintos analistas del mercado como alternativa para evitar el
default. Incluso, algunos políticos de la oposición como Julio Cobos y Elisa
Carrió insistieron en las últimas horas con que ese es el mejor camino. De
todos modos, los abogados creen que una negociación de este tipo desataría una
ola de reclamos judiciales de los bonistas que entraron a los canjes y que
considerarían activada la cláusula RUFO. "No
es necesaria ninguna garantía, porque la garantía (para los holdouts) es la
sentencia en sí misma", afirmó esta mañana Jorge Capitanich sobre una
posibilidad que también se especuló ayer como condición para que los buitres
pidan a Griesa que reponga el stay, algo que luego se descartó. "La suspensión de la ejecución de la sentencia no implica
alteración de la sentencia", recalcó el jefe de Gabinete en una
conferencia de prensa en el aeroparque metropolitano. El funcionario insistió
entonces en que la vía para lograr "la
solución adecuada" es que "se
reponga hasta fin de año el stay". Esa parece ser la única y última alternativa de los
kicillof boys y de Cristina Fernández. "Hay
una cuestión simple y clara: se necesita una actitud del juez generando el
tiempo necesario" para que se puedan generar "condiciones necesarias y justas para los bonistas",
continuó Capitanich.
Capitanich también acusó al juez Griesa y a los fondos buitre de
tener "mala fe" en la
negociación, al considerar que "lo
único que quieren es destruir el proceso de reestructuración voluntario de
deuda, generando implicancias en el sistema financiero". "Si
tuvieran buena fe, contemplarían la necesidad de la suspensión de la ejecución
de la sentencia para tener el tiempo necesario y suficiente en el cual mediante
el diálogo se generen las condiciones para un acercamiento", agregó el
funcionario. Para el jefe de gabinete, el conflicto "se resuelve de manera muy simple si existe buena fe de los fondos
buitre y una actitud racional muy mesurada del juez para generar condiciones
para que la Argentina ingrese en la última fase de las condiciones de
negociación". El pasado jueves el mediador del conflicto judicial
entre la Argentina y los buitres, Daniel Pollack, anunció que las negociaciones
podrían continuar durante el fin de semana, luego de la audiencia celebrada
esta mañana en su oficina de Nueva York. La
reunión de hoy fue la más corta de todas las que hubo hasta ahora: duró sólo 70
minutos y otra vez no hubo avances para llegar a un acuerdo. Los funcionarios
argentinos volvieron a negarse a verse cara a cara con los abogados de los
holdouts. Mediante un comunicado, el “Special
Master” informó que la delegación criolla vuelve hoy al país a “buscar más instrucciones” (?). Pollack
contó que el contacto con los representantes de los buitres fue sólo por
teléfono y que le transmitieron su "disposición
y voluntad" para alcanzar un arreglo. "No se alcanzó ninguna resolución", aclaró Pollack en un
correo electrónico que reprodujo la agencia Bloomberg, aunque afirmó que espera
"nuevos contactos entre las partes
antes de la fecha del default", el 30 de julio. Ese día vence el
período de gracia para pagarle a los tenedores del Discount, cuyos fondos
fueron girados por el gobierno a fines de junio pero que Griesa frenó.
La
comitiva estuvo integrada por el Secretario de Finanzas, Pablo López, la
procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el subprocurador, Javier Pargament, y
el Secretario Legal y Técnico del Palacio de Hacienda, Federico Thea. Mediante
un escueto comunicado, la cartera conducida por Axel Kicillof señaló que va a
seguir con las negociaciones en los próximos días. "Continuando con el proceso de diálogo en curso, se profundizó
sobre los diferentes aspectos del litigio y las diversas alternativas que se
presentan", detallaron, en un tono calmo. “La República reafirmó su vocación de avanzar hacia una solución en
condiciones justas, equitativas, legales y sustentables para el 100% de los
bonistas. El proceso de diálogo entablado con el mediador continuará en los
próximos días", concluye el parte de prensa brindado el fin de semana
que pasó. Los mercados volvieron a reflejar con pesimismo la falta de avances
en la breve reunión con Pollack. El dólar negro volvía a recalentarse tras la
caída de ayer y el viernes cerró en $12,70, mientras el Merval retrocedía
fuertemente con una baja del 3,76% a 7.922 puntos, sobresaliendo las
acciones de la distribuidora de energía Edenor con un 5,29 por ciento de caída.
Los bonos domésticos en la plaza extrabursátil cedieron un 2,5 % promedio, con
la baja centralizada en el "Discount"
en dólares con un 4,4 %. Los cupones PBI, atados al crecimiento de la economía,
tuvieron una caída generalizada, con pérdidas de hasta un 5,1%. Mientras tanto,
el dólar oficial quedó sin cambios en $8,19. El Banco Central finalizó la rueda
con un saldo comprador por unos U$S40 millones.
Cristina
Fernández de Kirchner cree que es posible ir al default y soportar hasta el año
próximo en esa condición, ¿cuando venza la RUFO? -¡si ya venció y se disparó!-.
La mandataria trasmitió a sus funcionarios más cercanos que no está dispuesta a
firmar un acuerdo con los fondos buitres si Griesa no le garantiza algún tipo
de protección contra la cláusula, que es lo mismo que decir “si no le da algún tipo de protección para ella
a futuro por los juicios y la posible detención propia”. ¡Mientras tanto,
¿cuál es el futuro argentino?, nadie se lo pregunta!.
Buenos Aires, 29 de julio de 2014.
Arq. José
M. García Rozado
MPJIRucci
– LIGA FEDERAL –