martes, 27 de enero de 2015

La diferencia entre ser de ultraderecha y ser de derecha para un medio de ultraizquierda


Un medio próximo a Podemos quita el prefijo "ultra" a los socios de Syriza

La diferencia entre ser de ultraderecha y ser de derecha para un medio de ultraizquierda

Mar 27·1·2015 · 6:57h 5

“Los ultraderechistas de Vox”, “el ultraderechista Vox”, “la formación ultraderechista Vox”, “la extrema derecha se completa con VOX…” Lo que acabáis de leer son algunas referencias al partido de Santiago Abascal que se pueden encontrar en el diario ultraizquierdista Público.
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Notición: para Público existe una derecha que no tiene prefijo “ultra”
Propiedad del magnate izquierdista Jaume Roures, el citado diario es uno de los medios que están haciendo propaganda a Podemos. En Público TV, de hecho, se emite el programa “La Tuerka” de Pablo Iglesias. Teniendo en cuenta lo anterior, hasta ahora pensaba que para esta gente todos los que no somos de izquierdas éramos, sin más, “ultraderechistas”. Pero resulta que no.
Ayer el diario Público ofrecía el siguiente titular sobre el pacto entre Syriza y la formación Anexártitoi Éllines (ANEL, Griegos Independientes): “Tsipras jura como primer ministro de Grecia tras pactar con el partido nacionalista”. Por un momento me entraron dudas. ¿Habría pactado Syriza con un partido nacionalista de ultraizquierda al estilo del BNG o de ERC? Pues va a ser que no. La única mención que hace Público a la ideología de los nuevos socios de Syriza es ésta: “Syriza ha escogido al partido Griegos Independientes, la derecha nacionalista griega, para iniciar la etapa del cambio en el país.”. ¡Vaya! Los de Syriza se han aliado con la derecha, qué curioso. La cosa es más curiosa aún: resulta que para Público existe una derecha sin prefijo “ultra”. ¿En qué consistirá?
Griegos Independientes y sus coincidencias con el discurso de Syriza
El presidente de Griegos Independientes es Panos Kammenos. Diputado de la derechista Nueva Democracia entre 1993 y 2012, fue viceministro de Marina Mercante entre 2007 y 2009. Es decir, lo que Podemos llamaría “casta”. Aunque se define como liberal, su programa de gobierno no lo parece ni por asomo. A modo de ejemplo, pide la recuperación de la prohibición de las universidades privadas (estuvieron vetadas en Grecia hasta 2010), la creación de un “Banco del Estado” y el aumento de la inversión pública, es decir, del gasto estatal. En 2012 Kammenos pronunció un discurso en el que hizo esta afirmación sobre Grecia: “los desempleados, los pobres y los hambrientos seguirán sufriendo y perderán por el triunfo del neoliberalismo (lo dice sobre un país arruinado por un Estado elefantiásico y despilfarrador; curioso neoliberalismo). En su manifiesto fundacional, su partido se marca, entre otros objetivos, el siguiente: “Proteger a la familia griega y al ciudadano del ataque de los mercados.” Y aunque dice defender el libre mercado, también habla de “terrorismo económico” y de “tiburones prestamistas y especuladores”, en una descripción victimista de las consecuencias de la irresponsabilidad fiscal griega que firmaría cualquier fan de Syriza. De hecho, igual que su socio de ultraizquierda, propugna rechazar el pago de parte de la deuda griega.
ANEL defiende el confesionalismo estatal y se opone el matrimonio gay
Después de lo visto, alguno pensará que ésta es la “derecha” con la que Público sueña. Sin embargo, hay detalles que no cuadran. El citado manifiesto fundacional de Griegos Independientes afirma sobre la religión nacional de Grecia (país con un Estado confesionalmente ortodoxo): Creemos en los valores y la intemporalidad de la Ortodoxia. Reconocemos su contribución a la Nación y al mismo tiempo garantizamos el derecho de libertad religiosa y el ser individual para cada ciudadano.” El partido de Kammemos se opone a la separación Iglesia-Estado. Por algo así, cualquier partido español sería tachado por Público de ultraderechista, como mínimo. Y no sería el único punto que levantaría el dedo censor del diario ultraizquierdista. Ayer El País zurraba a Griegos Independientes por ser “contrarios al matrimonio gay”. Otros aspectos de su programa también encontrarían difícil paso en el tamiz ideológico de Público. Por ejemplo, en el punto 8 de su programa de “reconstrucción nacional”, ANEL propugna un “censo obligatorio de los inmigrantes legales e ilegales y el retorno de los inmigrantes ilegales”. Por supuesto, esto no le convierte en un partido xenófobo, pero su presidente ha hecho declaraciones que no dejan lugar a dudas sobre su forma de pensar.
Intentando pescar votos antisemitas en un país más judeófobo que Irán
El mes pasado provocó la indignación de la comunidad judía griega cuando Kammenos dijo en un programa de televisión que los judíos no pagaban impuestos en Grecia. En respuesta a esta columpiada antisemita, el Ministro de Educación, Giorgos Kalantzis, recordó a Kammenos que “los ciudadanos griegos de fe judía pagan sus impuestos normalmente como todos los griegos”. La burda declaración judeófoba de Kammenos no parece ser un desliz en una Grecia que encabeza las estadísticas de antisemitismo en Europa, con un 69% de griegos que sostienen prejuicios contra los judíos, un porcentaje próximo al de Arabia Saudí (74%) y muy superior al de Irán (56%). De hecho, precisamente donde más prende el antisemitismo es entre formaciones de extrema derecha y extrema izquierda como ANEL, Syriza y Amanecer Dorado.
¿Vox es ‘ultraderecha’ porque no apoyaría a un gobierno de ultraizquierda?
Para terminar estas líneas, hay que señalar que no he visto a Vox defendiendo el confesionalismo estatal ni haciendo declaraciones antisemitas. A diferencia de ANEL y de lo que defiende la ultraderecha antiliberal Europea (empezando por el Frente Nacional francés), Vox defiende un discurso liberal, pide una limitación del peso del Estado en la economía, no pide prohibir las universidades privadas, ni la creación de una banca estatal… Y es que si ultraderecha y ultraizquierda coinciden en su empeño de meternos al Estado hasta en la sopa -una de las causas de esta crisis económica, por cierto-, los postulados de Vox van por la vía contraria. Pero todo esto está de más. Al final, por lo que parece, si un partido populista y antisemita es “derecha” y uno liberal es “ultraderecha”, a los ojos de Público, es porque el primero accede a apoyar a un gobierno de ultraizquierda y el segundo, no. Para ciertos medios de propaganda la ideología, al final, es lo de menos. Lo que no perdonan es que no estés dispuesto a pasar por su aro, un aro de conveniencias políticas en el que, por ejemplo, ser católico es algo criticable, pero no lo es tener un programa en un canal de televisión propiedad de la República Islámica de Irán.