domingo, 24 de diciembre de 2017

A Macri le entró fuerte la primera bala

A Macri le entró fuerte la primera bala



La reforma previsional y tributaria tienen sabor a poco, porque no reduce el déficit fiscal sino que lo aumenta en un 0,1%, porque todas las reformas significan un 0,6&% del PBI y el reparto a las provincias es el 0,4% y por la baja del impuesto a las ganancias a empresas se pierde el 0,3%, de ahí que el déficit fiscal aumenta el 0,1%, una pequeñez al lado del déficit financiero para el año que viene, que será del 6,7%, incluido el cuasifiscal de las LEBACs y otro agujero del 4% del comercio exterior, que hace que la economía, si toca el 2,7% este año, es para celebrar con champagne.

La recuperación económica está perdiendo impulso y con estas reformas la economía se ralentizará por lo menos el 1,5%, por lo cual en junio del año que viene ese crecimiento llegará su fin por el retraso cambiario.
Esta descripción de la economía producto del gradualismo económico que pregona el Gobierno no le impidió ganar las elecciones de octubre para castigar a Cristina, pero ahora que el Presidente decidió el recorte de jubilaciones, pensiones y AUH, se pude decir que al Gobierno de Macri le entró la primera bala, a un presidente que parecía de amianto.
El impopular recorte es malo pero las mentiras de los voceros del gobierno, como los impresentables Eduardo Amadeo y Fernando Iglesias queriendo demostrar que los abuelos ganarían más con el cambio de cálculo hartaron a mucha gente, que se siente decepcionada, y de ahí los cacerolazos contra la reforma que, aunque fueron fogoneados por los K, lograron fuertes adhesiones de sectores medios que taparon la violencia ejercida por los trotskos el lunes pasado.
El Partido Obrero de Altamira, Pitrola y Del Caño, entre otros, es el heredero histórico del Partido Revolucionario de los Trabajadores sector “la verdad”, quienes, liderados por Hugo Bressano, se diferenciaron del PRT “el combatiente”, cuyos jefes eran Santucho y Gorriarán Merlo, quienes decidieron emprendiendo la lucha armada, en tanto el PO, con el transcurso de las décadas siguientes y al final del cristinismo, decidió una política piquetera de cortes de rutas y cuando intentan disolverlos acuden a la autodefensa violenta, como ocurrió ante Sergio Berni hasta el 2015.
Pero el lunes pasado dejaron la autodefensa y comenzaron a atacar a la política de la Ciudad con piedras y otros objetos contundentes, a sabiendas de que los massitas, los K y el PJ no K, contrario al recorte, los usaría como argumento para suspender la sesión y la tentación fue muy grande.
En efecto, es totalmente legítimo que la oposición intente impedir la sanción de un recorte a los jubilados y, si un poder ejecutivo tibio duda en reprimir la violencia, es obvio que la oposición legal se agrande, no porque sea violenta, sino porque el deber de reprimir y su costo político les corresponde a los que gobiernan. Pero el prejuicio “progre” de Durán Barba y Marcos Peña se lo impiden y acusan a los opositores parlamentarios de violentos por una falta de responsabilidad que el gobierno no quiere asumir. Violencia es también que el gobierno utilice el látigo y la chequera contra los gobernadores para obligar a sus diputados a que voten a favor cuando no querían, en clara invasión a la división de poderes.
Guillermo Cherashny