Biografía no autorizada de la eterna diputada Lilita Carrió
Fue
funcionaria judicial de la Dictadura, y a la vez redactora de
importantes normas por los Derechos Humanos. Investigó la corrupción
financiera de 2001, que no obstante le sirvió de excusa a los bancos
extranjeros para explicar el vaciamiento de las reservas del país,
generando la catástrofe de diciembre de ese año. Y a la par eliminó a la
posible competencia al Grupo Clarín. Pudo haber evitado el ascenso del
kirchnerismo, por un supuesto involucramiento en un narco-asesinato.
Creó y destruyó sus propios espacios electorales. Pasó de ejercer
espacios progresistas, a diseñar y defender el frente Cambiemos. Dotó de
un aurea de honestidad al actual presidente de la Nación, cuyo
enriquecimiento personal y el de su familia, nada tiene que envidiarle
al de Lázaro Baéz.
Y hoy genera actos lícitos e ilícitos que ella
denunciaba en otros tiempos. Con sus estruendosas denuncias en nombre de
la moral, acorrala a altos magistrados y funcionarios con fines non
sanctos. Tiene un escueto patrimonio declarado, pero realiza viajes de
placer y alojamiento vip por distintos países. No es una desequilibrada
religiosa y menos aún una luchadora moral, solo una gran operadora que
tiene una especial cualidad para la acción dúplice y sesgada,
disimulando su verdadero rol.
Por Lea Ross | @LeandroRoss 12-10-2017
Se presenta como una mesías enviada desde
algún lugar para salvar la República perdida. Cuelga sus crucifijos
como una mochila de carga para mantener en alto la moral. Dice no ser
impulsada por las ideologías, sino por la ética. Sus piernas han
caminado más por los pasillos de tribunales que por los de la Cámara de
Diputados. Sus manos han tolerado más el peso de las fojas de
expedientes penales que hojear proyectos de leyes. Verborrágica,
calculadora, impredecible y testadura. Demasiados adjetivos para alguien
que carga, desde su juventud, el apodo de “Lilita”.
Elisa Carrió viene siendo diputada
nacional desde mediados de la década de los noventa. Fue cuatro veces
candidata a presidente de la Nación. Y ahora, este año, va por su octava
renovación en la banca, donde se calcula que obtendría un 50% de los
votos en la ciudad de Buenos Aires. Nunca, a nivel electoral, había
llegado tan lejos.
Pero en más de una ocasión, contó con la
chance de cambiar la Historia Argentina reciente y modificar de un
plumazo el derrotero político nacional.
De ser funcionaria judicial de la
Dictadura, a redactora de importantes normas por los Derechos Humanos.
De ser una importante investigadora de los delitos financieros de guante
blanco, a bancar a un presidente con cuentas offshore. De denunciar el
endeudamiento externo a hacerse la distraída ante lo que es base del
actual modelo económico. Tuvo un comportamiento errático en los dos
últimos inicios de ciclos de la Política Argentina.
Sin embargo, a la hora de desmenuzar su
trayectoria, en orden cronológico, vemos que detrás de sus toneladas de
maquillajes puestas en su rostro para las cámaras de televisión, acordes
a sus monólogos lleno de exabruptos, se puede observar una Lilita mucho
más oscura. Alguien que guarda secretos para sus intereses, o para los
ajenos. Una transfiguración, cuyo común denominador se aplica incluso en
sus comportamientos contradictorios.
Algo bastante común en la Política
Argentina, donde ciertas figuras centrales toman decisiones para saciar
los intereses ajenos al bien común nacional. Pero en el caso de Lilita
es demasiado particular. Su sagacidad genera impresión. Y ya es tiempo
de saltar de la impresión a la comprensión.
Sus inicios en la justicia de la Dictadura
Elisa María Avelina Carrió nació en la
ciudad de Resistencia, capital de la provincia de Chaco, el 26 de
diciembre de 1956. Algunas fuentes, apuntan a una fecha distinta,
posiblemente porque sus padres la registraron civilmente un mes después,
en el año posterior. Según la revista Noticias, ella tenía 5 años
cuando no quiso ir al jardín de infantes porque decía que no le
enseñaban ni a leer ni a escribir. Su capricho logró convencer a su
madre para que la anotara en el colegio, y a los 15 ya era bachiller.
María Elisa eran los nombres de su madre.
Pero Avelina proviene de su tía: Nélida Avelina Carrió de Ormaechea,
casada con el teniente coronel Héctor Rodolfo Porma Ormaechea.
Según algunas crónicas, su padre, Rolando
“Coco” Carrió, militante de la Unión Cívica Radical, había heredado
junto a su hermano una estación de servicios, ubicada en el pueblo
Quitilipi, pegado a la Ruta Nacional 16. Durante la última dictadura
cívico-militar (1976-1983) es probable que en esa estación fuera una de
las principales proveedoras de combustible del distrito militar que
comandaba Ormaechea, desde su rol como Jefe del Regimiento del Chaco.
Por esa zona, acostumbraban a pasar en hilera Unimogs y Falcon verdes.
Actualmente, la estación trabaja para la petrolera Shell.
A los 15 años de edad, “Lilita” se casó
con el ruralista Enrique Santos, con quien tuvo su primer hijo un año
después y se divorció a los 18. Se volvería a casar a los 30, con el
abogado Miguel Ángel Benitez, con quien tuvo otros dos hijos: Victoria e
Ignacio. Se recibió de abogada en la Universidad Nacional del Noreste
en 1978, a los 22 años de edad.
Unos meses antes, Lilita había iniciado
su carrera laboral dentro de la función pública. Fue el 7 de enero de
1978, cuando el gobernador de facto, General de Brigada Facundo Serrano,
la designó por decreto provincial número 72 como asesora de la fiscalía
de estado. Para su cargo del puesto debió jurar por los estatutos del
Proceso de Reorganización Nacional. En ese momento, tenía 21 años de
edad y todavía no tenía su título universitario.
Luego, en el año 1980, Carrió fue
designada como secretaria de la Procuración del Superior Tribunal de
Justicia del Chaco, cuando todavía Serrano manejaba la provincia,
mediante Resolución 522. Con lo cual, contaba con acceso a expedientes,
documentos y registros de índole judicial.
Quien le enchastró este antecedente,
entre otros, fue el actual dirigente de Cambiemos Eduardo Amadeo, en una
columna de opinión en el portal La Política Online en el año 2010: “Obviamente,
ello no la hace responsable de los crímenes de la dictadura, salvo que
se tome en cuenta que una de las peores masacres de ese tiempo, la de
Margarita Belén, en el que se asesinaron 22 militantes políticos, estaba
en trámite en su jurisdicción, y Elisa Carrió guardó un silencio
cómplice que seguramente facilitó la impunidad de sus autores. (…)
Carrió fue en ese momento -cuando muchos de quienes ella agrede
cotidianamente se jugaban la vida- una colaboracionista; de aquellas que
eran rapadas al final de la II Guerra Mundial por su apoyo a los nazis”.
En el año 2004, Carrió confesó en una
radio de la ciudad de Rosario que aceptó esa función pública en la
dictadura, para poder acceder a una cobertura médica. Lo cual no habla
nada bien de bien de su conducta como funcionaria, y la emparenta con lo
que se conoce como un ñoqui.
Tal como lo transcribe InfoBae, cuando se le preguntó qué tipo de enfermedad tenía, “la
ex candidata presidencial hizo un relato con una alta dosis de
emotividad, en el que recordó un accidente en el que perdieron la vida
varios de sus mejores amigos. En ese momento de la entrevista la
chaqueña rompió en llanto”.
https://www.infobae.com/2004/05/28/116364-carrio-confeso-que-acepto-un-cargo-la-dictadura-necesidad/
¿El inicio de su relación con Clarín?
A mediados de 2010, en la radio La Voz de
las Madres, surgió una estrambótica declaración que realizó José
Pirillo, ex director del extinto diario La Razón, y ex socio de los
diarios Clarín y La Nación en la empresa Papel Prensa S.A., la sociedad
anónima donde dichos medios gráficos monopolizan desde la dictadura el
precio del papel de diario: “Cuando rompo con ellos, decido publicar
en La Razón, todo esto que está saliendo en la luz hoy: la apretada a
los Graiver, la colaboración con los militares, cómo era el tema de los
hijos de (Ernestina Herrera de) Noble. E inclusive de los hijos de
Magnetto, que nadie habla”.
Para la sorpresa de los conductores
radiales, resulta que su entrevistado aseguró que Lilita se encargó,
desde su puesto en la justicia chaqueña, de ayudar al empresario de
Clarín, Héctor Magnetto, en los papeles para la adopción de sus
herederos: “Comenzábamos (en La Razón) a publicar el tráfico de
chicos y robos de bebes en el Chaco. En ese momento, Magnetto me llama y
me pide que por favor no publique eso. Entonces le digo: ‘Eh, H éctor,
¿pero qué pasa?’. Y me dice textual: ‘Es que José, esto me afecta a mí y
a mi esposa. Porque a mis hijos me los consiguió Elisa Carrió. Y
entonces no quiero que se publique esto’”.
Desde ya, la dirigente chaqueña lo ha
negado. Aún con el pequeño detalle que su primo, Alejandro Carrió, es
abogado de Felipe y Ernestina Herrera de Noble, quienes fueron
sindicados de ser hijos de desaparecidos y apropiados ilegalmente por la
directora del diario Clarín.
Si lo que dijo el ex de La Razón es
verdad, sería el inicio de la fraternal relación de operaciones
encarnadas entre el multimedio Clarín y la próspera dirigente y
denunciadora profesional Elisa Carrió.
Que luego se puso en evidencia, con la
cerril defensa que hizo Lilita de la inexplicable y sospechosa postura
adoptada por los hijos de Ernestina Herrera de Noble, de negarse durante
largos años a cotejar su ADN con el Banco de Datos Genéticos de
familiares de desaparecidos durante la dictadura. A la que luego
súbitamente desistieron tras los cambios que acaecieron de dirección que
de ese banco de datos. Y tuvo una nueva evidencia con las condolencias
y participación de Lilita en el reciente sepelio de Herrera de Noble.
La creación del ARI
Llegada la década de los noventa, y por
pedido de su padre Rolando “Coco”, un referente del radicalismo y amigo
del ex presidente Raúl Alfonsín, Lilita decidió saltar a la política
partidaria, como candidata para la Convencional Constituyente para la
reforma constitucional del año 1994.
Una vez electa, fue miembro de la
Comisión Redactora y de la Comisión de Tratados Internacionales. Así,
trabajó en la redacción de los artículos, amparados en los tratados
internacionales que avalan los Derechos Humanos. Tal como fue el caso
del Artículo 75 inciso 22 de la actual Carta magna.
Luego de su trabajo para la Reforma de la
Constitución Nacional, Lilita presentó por primera vez, su candidatura
para diputada nacional. En este caso, para la Unión Cívica Radical del
Chaco, del cual asumió como tal para el período 1995-1999.
En el año 1997, también participó de la
redacción de la Ley 24.820, donde se aprueba la jerarquía constitucional
de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas,
de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos
(OEA).
Ya para 1999, sería reelecta como
diputada para el período 1999-2003, con el apoyo de la Alianza,
encabezada por la fórmula del radical Fernando de la Rúa y del peronista
Carlos “Chacho” Álvarez. Al renovar su banca en el Congreso, asumió la
Comisión de Asuntos Constitucionales, donde ejerció una férrea crítica
pública al Poder Ejecutivo, reforzando las internas del inédito frente.
Diferencias que se agudizarían cuando el
presidente nombró en marzo de 2001 a Domingo Felipe Cavallo como
ministro de Economía, que ya lo había ejercido durante la presidencia de
Carlos Saúl Menem. Y la escisión final entre Carrió y De la Rúa, sería a
finales de ese mes de marzo, cuando el Congreso aprobó la iniciativa
del Poder Ejecutivo para otorgarle a Cavallo la delegación de facultades
extraordinarias, entre ellas, intervenir con sus propias manos el Banco
Central (BCRA). “Con la transferencia de estos poderes se va a consolidar cada vez más el Estado mafioso“, sentenció Lilita en una maratónica sesión del Cámara Baja.
Por esta razón, abandonó la UCR y juntó
diputados de centro-izquierda para armar un bloque propio por fuera de
la Alianza, de la talla del peronista Mario Cafiero y el socialista
Alfredo Bravo. Así, surgió como movimiento la fuerza Argentinos por una
República de Iguales: ARI.
En mayo de 2001, desde su rol como
diputada nacional, participó de una presentación del CELS (Centro de
Estudios Legales y Sociales) encabezada por el periodista Horacio
Verbitsky, contra el jefe del ejército Ricardo Brinzoni, debido a su rol
en la Masacre de Margarita Belén, provincia del Chaco, donde fue
secretario de la intervención en ese entonces. Una forma de lavar culpas
desde su rol como funcionaria judicial por ese entonces.
Sin embargo, hasta la fecha, Lilita nunca se presentó a declarar como testigo en los juicios a los represores.
Así como su primer período como diputada,
avanzó en las leyes de protección por los Derechos Humanos, para
mantenerse instalada en la esfera pública, en su segundo mandato lo
realizaría con las investigaciones sobre delitos financieros, que se
habían acumulando en la presidencia de Menem, y que detonarían para el
año 2001, con De la Rúa al frente.
Menem, Moneta, Magnetto… y Lilita
El Citicorp Equity Investment (CEI) fue
un grupo empresarial creada en 1993 con la unión del mega-banco
estadounidense Citybank, la familia Wertheim y el contador Raúl Moneta,
dueño de los bancos República y Mendoza, quien se convertiría en el
banquero favorito de Menem. Ya para 1998, el CEI se había apoderado de
Telefónica, que a su vez controlaba el canal de aire Telefé, parte de
las acciones del principal sistema de cables televisivo Cablevisión, la
productora Torneos y Competencias y la Editorial Atlántida. Incluso
trató de apoderarse de los principales diarios del país, entre ellos, La
Nación y Clarín.
Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín,
veía muy preocupado por el crecimiento del grupo CEI, que entraba en
competencia con Clarín.
Para finales de la década de los noventa,
la revista Veintitrés, fundada y dirigida por Jorge Lanata, empezó a
revelar los delicados balances de los dos bancos de Moneta. Estas
revelaciones, empujaron a dos diputados, la referente del ARI Elisa
Carrió, y el demócrata Gustavo Gutiérrez, a realizar viajes a Estados
Unidos en mayo de 2000, para que Estados Unidos tomara cartas en el caso
Moneta. Efectivamente, una de las conclusiones preliminares que sacó
una investigación de la Cámara del Senado de Estados Unidos fue de la
existencia de un banco offshore del Caribe, el Federal Bank, creado por
Moneta.
Así a partir de las supuestas influencias
de Lilita, Estados Unidos se comprometió enviar a la Argentina, los
documentos oficiales sobre la existencia de cuentas offshore que ligaran
a banqueros argentinos, y darían inicio a la famosa “Comisión
Antilavado” del 2001.
Estas investigaciones, que adquirieron
interés internacional de la mano de Carrió, concluyeron en el desguace
del CEI y el derrumbe de Moneta en la esfera pública. Cuando en marzo de
2001, desde EE.UU. brindaron las conexiones entre el banquero menemista
y los paraísos fiscales, el propio Raúl Moneta concedió una entrevista
al programa televisivo “Cuarto Poder”, de la señal P&E. Acusando a
Carrió y al Grupo Clarín de orquestar una operación contra él, en favor
del multimedio de Magnetto:
-Se convirtió en el símbolo de una era de negocios turbios.
-Esa idea es producto de una campaña mediática, que responde a otros intereses, que dirige desde hace cuatro años el grupo Clarín para “yabranizar” a Moneta (sic).
-Esa idea es producto de una campaña mediática, que responde a otros intereses, que dirige desde hace cuatro años el grupo Clarín para “yabranizar” a Moneta (sic).
-Pero también el Comité de
Investigaciones del Senado norteamericano hace referencia en dos
oportunidades a su participación en el Federal Bank.
-En realidad, ese informe no lo hace el
Senado norteamericano, sino un senador. Y dice que el Federal Bank
pertenece a tres banqueros de Bahamas.
(…)
– En la opinión pública se
afianzó la idea de que los sobornos que se pagaron en algunas
privatizaciones fueron enviados, a través del Federal, al Citi de Nueva
York, y que ese dinero regresaba, blanqueado, para ser invertido en el
CEI y comprar medios para defenderse.
-Esa es la mentira que trata de armar el grupo Clarín con Carrió.
-Esa es la mentira que trata de armar el grupo Clarín con Carrió.
-¿No le parece exagerado? Es
difícil pensar que la influencia de Clarín llegue al Senado de los
Estados Unidos. ¿O, acaso, esos senadores son ingenuos?
-Le repito que no es el Senado, es un
senador, que pertenece al bloque de la minoría y persigue al Citi.
Carrió y Gutiérrez descubrieron esa rendija que le interesa al (senador
estadounidense Karl) Levin y le llevaron cosas que pueden afectar al
Citi. Utilizaron la buena fe del Senado norteamericano.
-¿Por qué Clarín, grupo al que usted considera tan poderoso, se ensaña con el CEI?
-El CEI fue el único grupo que se atrevió
a competir con Clarín en 30 o 40 años. A Clarín, el CEI lo tiene muy
preocupado, porque algunos de los activos que conserva más algunos de
los que puede adquirir… usted sabe que en la Argentina, los diarios,
radios y revistas… está en venta lo que se le ocurra.
-¿Sale a comprar?
-No dije eso. Está preocupado porque
seguimos siendo accionistas importantes de Editorial Atlántida,
Fibertel, CableVisión y Torneos y yo no fui preso ni me procesaron.
Años después, Clarín se apoderaría, uno
por uno, de Fibertel, de Cablevisión y de Torneos y Competencias,
convirtiéndose en el gran multimedio oligopólico que es hoy día. Donde
tenía sustanciales participaciones Moneta, cuyo imperio se quebró
gracias a las supuestas influencias de Lilita en Estados Unidos.
Y no sería la primera vez que Lilita
lograría complicarle la vida a un banquero local, como fue el caso de
Eduardo Escasany, ex director del Banco Galicia. Denuncia que
curiosamente también beneficiaba a Clarín como se verá más adelante.
La Comisión Antilavado de la que los mega bancos norteamericanos se aprovecharon
El 15 de mayo de 2001, fue el debut de la
conformación de la comisión investigadora de operaciones de lavado de
dinero de la Cámara de Diputados de la Nación, también conocida como
Comisión Antilavado. En esa fecha, ya estaban lista las designaciones de
los diez diputados nacionales que participarían de ese ambicioso grupo
de trabajo, incluyendo su presidenta, Lilita Carrió, secundada por
Gustavo Guitérrez. Quienes tenían el contacto directo nada menos que con
el Senado de los Estados Unidos, que curiosamente fue el que aportó los
documentos desclasificados sobre cuentas bancarias donde figuraban
importantes nombres argentinos.
Los restantes ochos integrantes
designados fueron: Cristina Fernández de Kirchner (CFK), Graciela Ocaña,
Franco Caviglia, Horacio Pernasetti, Daniel Scioli, Carlos Soria,
Margarita Stolbizer y José Vitar.
“Las ocho cajas remitidas por un
subcomité del Senado norteamericano liderado por el demócrata Karl Levin
fueron alojadas en la bóveda del Colegio de Escribanos, a la espera de
que la comisión estableciera el mecanismo de trabajo y obtuviera una
respuesta de la presidencia de la Cámara de Diputados, a la que le
pidieron una mejor infraestructura para desempeñar la labor”, señaló el periodista José Ángel di Mauro, en una detallada crónica sobre el caso para el portal Parlamentario.com
Las cajas serían abiertas el 22 de mayo.
Durante la lectura de los documentos, especialistas de la AFIP habían
advertido a los legisladores sobre la “ley tapón”, que beneficiaba a los
evasores. “¿Qué es la ley tapón?”, había preguntado Lilita Carrió, a lo que Cristina le respondería: “¿No te acordás? Si vos la votaste”. Las chicanas entre ambas no terminarían.
De repente, en julio de 2001, se presentó
un supuesto oficial de inteligencia de la ONU en el despacho de Lilita
Carrió en el Congreso. Se hacía llamar Daniel José Díaz, alias “Chuck
Norris”, por su parecido con el actor norteamericano. El incógnito
sujeto le aseguró a la presidenta de la comisión contar con datos
fehacientes sobre las cuentas no declaradas del ex presidente Carlos
Menem, el ministro de Economía Domingo Cavallo, y otros ex funcionarios
menemistas.
Cuando Elisa Carrió les habló a Carlos
Soria y Cristina Fernández de la información “bomba” de Chuck Norris,
los dos justicialistas expresaron sus dudas. Cristina fue contundente: “Claramente te digo que esta es una operación. ¿Te parece que Menem y toda esta gente van a tener cuentas a su nombre?”.
Con la agudización de las diferencias
entre los diputados, Lilita había trasladado el material de las cajas a
su departamento, lo que condujo a que CFK, futura presidenta de la
Nación, la acusara de “llevarse la comisión a su casa”. Y fue en esa
vivienda, donde el enigmático Chuck Norris presentó sus pruebas a
Lilita.
La falsa denuncia de Carrió
El periodista Horacio Verbitsky relató
que un domingo de julio a la noche, Carrió se contactó con él por
teléfono para consultarlo respecto la información que le brindó este
personaje y que quería conocer su opinión: “Los documentos
probatorios que me mostró llevaban el sello de un organismo denominado
MIGA y me dijo que se los había entregado el coronel de las Naciones
Unidas Daniel Díaz Droulhon, con acceso a las bases de datos de
inteligencia financiera de la organización mundial, que contienen
información confidencial sobre cuentas secretas y sociedades de
cobertura. Para acceder a las bases, este hombre viajaba a Montevideo,
con pasajes y estadía pagados por Carrió”.
MIGA es la sigla en inglés del Organismo
Multilateral de Garantía de Inversiones, para facilitar a empresas que
desean invertir en países de economías de alto riesgo. Los puntos que le
empezaron a sospechar a Verbitsky, a partir de sus indagaciones a esos
documentos, entregados por Díaz Droulhon o “Chuck Norris” fueron:
- El mismo planteo que hizo CFK: la inverosímil existencia de cuentas compartidas con el nombre de sus titulares.
- El aporte de Jack Blum, experto en lavado y asesor en Washington al que Verbitsky lo consulto, que dijo que solo los países y no las Naciones Unidas tienen unidades de reunión de inteligencia financiera.
- También la respuesta que le dio Tex Harris, de la Asociación del Personal Diplomático de EE.UU., donde nunca escuchó nombrar al World Diplomat Council, que DD invocaba, y dijo que le sonaba a pantalla de otra cosa.
- Los expedientes judiciales, donde señalan el procesamiento a DD por estafa, por presentar grandes proyectos con avales “truchos” de Menem o de Naciones Unidas.
Lo más bizarro, es que cuando Verbitsky
le comunicó a Lilita sus primeras averiguaciones, los informes de DD
dejaron de originarse en el MIGA y empezaron a llegar con sello del
FINCEN (encargada del control de delitos financieros del Tesoro de
EE.UU.): “Le advertí que ese sello estaba tomado de
Internet, lo cual se verifica porque en uno de los documentos decía
‘Inside Fincen’, que es donde hay que cliquear para entrar en la página
de ese organismo”, señaló Verbitsky.
El jueves 9 de agosto de 2001, Lilita
empezó a llamar por la noche uno por uno a los integrantes del equipo de
investigación, para enviarles las copias del informe ya terminado para
que lo firmaran. No quería esperar después del fin de semana, así que
les exigió que lo leyeran completo esa noche. Tenía 989 hojas. “¡Vos estás loca! Mirá si me voy a quedar leyendo todo esto de un día para el otro”, se enfureció CFK.
Carrió insistía en que se tenía que
firmar cuanto antes, por la posibilidad de un posible boicot contra el
trabajo, sabiendo que estaban por implicar a altos funcionarios públicos
de la talla de Menem y Cavallo. El argumento no fue convincente.
Pero horas antes de haber realizado esos
llamados a sus pares, Lilita ya había presentado la denuncia judicial en
la fiscalía de Carlos Stornelli y en el juzgado de María Servini de
Cubría. “Cuando le pregunté (a Carrió) por qué lo había hecho si ya
sabía que (los documentos de Chuck Norris) eran falsos, me respondió que
como funcionaria tenía la obligación de denunciar y que las precisiones
sobre los hechos correspondían a la justicia. No hablé con ella desde
aquel día”, recordó Verbisky.
Así, un día después, el viernes 10 de
agosto de 2001, Carrió, Gutiérrez, Vitar y Ocaña presentaron
públicamente el informe preliminar y acusaron, en conferencia de prensa,
a Cavallo de tener una cuenta en las Bahamas. “Nuestra lucha no concluye con este informe, sino que continuará aun a riesgo de nuestras propias vidas”, sentenció Lilita.
El resto de la comisión se quedó con la
sangre en el ojo, a punto de hervir. No solo por haber presentado el
informe, sino porque la conferencia fue prácticamente un lanzamiento a
la campaña del ARI.
“Ese trabajo tenía una vocación de
ser serio, como premisa de todos los que la integrábamos. Terminó
frustrándose sobre todo por la intención de aprovechamiento que tuvo en
particular Lilita de ese tema y también en gran parte por esta necesidad
de competencia exagerada que se había planteado entre las dos”, escribió Margarita Stolbizer en un reciente libro publicado.
A fines de septiembre de 2001, Carrió
admitió la posibilidad de haber sido objeto de una operación, como
finalmente se comprobaría. Terminó siendo acusada por Domingo Cavallo
por falsificación de documento y falso testimonio. “Lo hice con la
convicción de que era documentación verídica y que no podía esconder
porque en ese caso incumplía el mandato de funcionaria”, se había defendido Lilita.
Luego, el resto de integrantes de la Comisión se dividieron y armaron sus propios informes. Para especialistas en labores parlamentarios, fue muy irrisorio que una comisión de diez integrantes, terminaran presentando cuatro informes distintos. Entre ellos, Cristina, Soria y Caviglia. En otra conferencia, CFK cuestionó el primer informe al remarcar contradicciones entre Carrió y Gutiérrez:
1) Según Cristina, Carrió “involucró a
Cavallo y al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, en operaciones de
lavado, pero después el diputado mendocino (Gutiérrez) aseguró que estos
funcionarios del Gobierno no tienen relación directa con maniobras de
lavado”.
2) También, CFK aseveró que el informe
sindicaba a Ana Mosso como accionista de la financiera Magitour, entidad
que estaría involucrada en las operaciones de narcotráfico conocidas
como Chimborazo y Transafec. Pero “sugestivamente en el informe no
figura el compañero partidario de Gutiérrez, el diputado demócrata
Carlos Balter, que era síndico de esa misma empresa”.
3) Carrió y Gutiérrez también habían
sostenido ante el Senado norteamericano que la jueza Servini de Cubría
no había colaborado en la investigación judicial sobre operaciones
sospechosas del mega-banco BCCI. Pero en su conferencia de prensa habían
destacado la “actitud de colaboración” de la magistrada.
La responsabilidad de Carrió en el saqueo financiero del 2001
Resulta llamativo el palo en la rueda o
autodescalificación que le efectuó Carrió a la Comisión Antilavado que
ella misma presidía, por la enorme confianza que depositó en Chuck
Norris, no obstante las advertencias que recibió tanto de sus colegas
–incluyendo al propio Gustavo Gutiérrez, que aun así decidió acompañar
su firma- en cuanto a la credibilidad de las pruebas. Y también el
lanzamiento del informe a las apuradas, con el supuesto justificativo de
un posible boicot. En paralelo, mientras eso ocurría, el Ministerio de
Economía trataba de mantener en pie el Plan de Convertibilidad.
Ya para el año 2000, se había planificado
el plan Blindaje, donde se extraerían del país 20 mil millones de
dólares de ahorro interno argentino, equivalentes a los Requisitos
Mínimos de Liquidez (RML) de los bancos. Estos eran las altas “reservas
prudenciales” del sistema financiero, que se habían establecido después
de la crisis financiera del Tequila de 1995, para asegurar su
funcionamiento. Los que supuestamente, a los efectos de garantizar su
efectiva disponibilidad, debían depositarse en el exterior en un banco
de primera línea. Quienes a su vez, casualmente, detentaban en sus
carteras sustanciales montos en títulos de la deuda argentinos.
Por ello, la maniobra de los bancos
norteamericanos, encabezados por el JP Morgan – Chase y el Citibank,
para zafar del default que avizoraban ante la imposibilidad de Argentina
de seguir pagando su deuda, era quedarse con los RML a cambio de
sacarse el clavo de los títulos públicos argentinos que tenían en su
poder.
En junio de 2001, un mes después de
crearse la comisión de Lavados presidida por Lilita, se lanzó el plan
Megacanje de Cavallo, y al mes siguiente arribo el farsante Daniel Díaz
Droulhon, alias Chuck Norris, con sus papeles truchos contra Menem y
Cavallo. Que le permitieron a la presidenta de la comisión anti-lavado,
Elisa Carrió, manchar definitivamente la labor de dicha comisión
posibilitada por la documentación enviada desde EEUU.
Con el Megacanje, con el que se
aumentaron los pagos de la deuda pública en 55.000 millones de dólares,
lo que se hizo fue introducir en el sistema financiero argentino los
bonos que detentaba la gran banca norteamericana, e iban a un seguro
default. A cambio de quedarse limpiamente con los RML, que eran
propiedad de los ahorristas de los bancos argentinos.
El plan también hizo caer el seguro de
liquidez o de “Pases Contingentes” para afrontar situaciones de
iliquidez por 7.300 millones de dólares. De esa manera los bancos
encabezados por el JP Morgan Chase, se desobligaron a cumplir con ese
contrato, cuando el BCRA más lo necesitaba. Decantando de esta manera en
el Corralito bancario de noviembre de 2001 y, luego, en las represiones
policiales y las respectivas renuncias de Cavallo y De la Rúa.
Dicha crisis financiera, que paralizó
enteramente el funcionamiento de la economía argentina y derivo en la
catástrofe del 2001, fue atribuida y es atribuida hasta el día de hoy
por parte de los grandes bancos y las asociaciones que los agrupan como
ABA (Asociación Bancos Argentinos) a la desconfianza en el sistema
financiero que introdujo la comisión de Lavado presidida por Carrió.
Diciendo que su labor e informes habían
precipitado una corrida de los depósitos de los ahorristas, que hizo que
supuestamente se evaporaran las RML que detentaban los mega bancos
norteamericanos. No siendo casual que el medio que le dio un notable
aire al informe de Lilita haya sido TN del grupo Clarín, pasandolo
reiteradas veces en su programación, como para por un lado justificar
esa corrida, y por otro lado golpear mediaticamente a su competidor
Moneta – CEI.
No obstante que la corrida de depósitos
había sido solventada con el recupero acelerado de créditos, poniendo
esto en graves dificultades el funcionamiento de la economía argentina.
Conforme lo demostraron en diversos informes y en el libro “La Argentina robada” el diputado Mario Cafiero y Javier Llores, comprobando que las reservas o RML birladas habían tomado otro destino.
O mejor dicho, se habían quedado en el
extranjero, a cambio de los títulos públicos basura que lucían los
bancos, que fueron cambiados por nuevos títulos con el nombre de
Préstamos Garantizados. Los que a su vez de esa manera, evitaron el
default decretado para los restantes títulos, evitando así que los
bancos locales y las filiales de bancos extranjeros salieran lesionados
por esa vasta maniobra de expoliación del país. Mediante la trasmutación
de las reservas de los ahorristas bancarios o RML, en papeles que iban
al default.
Luego en el año 2002, con la asunción
provisoria de Eduardo Duhalde como presidente, se puso fin a la
Convertibilidad, para seguidamente aprobar por presión del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y de los bancos, la derogación de la Ley
de Subversión Económica. Cuya figura penal atrapaba a los banqueros
incursos en esa maniobra de vaciamiento de las reservas de sus bancos.
Una visión en retrospectiva de esos
resonantes asuntos que conmocionaron al país, cuyas secuelas aún
persisten, pone en evidencia el deplorable y descollante papel
desempeñado por parte de Lilita. Dejando la sospecha si ella fue usada, o
se dejó usar por parte de los megabancos norteamericanos, que gracias a
su tonante histrionismo y a la documentación que le facilitó el Senado
norteamericano permeado por los intereses de los megabancos, obtenida
supuestamente por sus contactos directos con el parlamento
estadounidense, armaron preventivamente una coartada para explicar el
vaciamiento de las RML de los bancos. Y luego le suministraron el
antídoto de Chuck Norris, intoxicándola o dejándose intoxicar Lilita con
pescado podrido, para echar abajo las conclusiones de la comisión que
ella presidía.
Pero como si esto no fuera suficiente
para sospechar del desempeño de Carrio, luego en el año 2003 el ARI, en
sus bases programáticas para la elección presidencial de ese año, se
despachó con la postura de pagar los mencionados Préstamos Garantizados,
rematándose asi la maniobra de vaciamiento antes expuesta.
No obstante que en el 2001, la cúpula del
ARI encabezada por Lilita, había hecho una denuncia penal contra el DNU
(Decreto de Necesidad y Urgencia) que creo esos títulos. El cual
llevaba la firma del presidente Fernando De la Rua y sus ministros,
entre otros el de la ministra de Trabajo Patricia Bullrich, que poco
después pasó a integrar el ARI – CC (Coalición Cívica). Lo cual pone en
evidencia el pragmatismo amnésico en el que suele incurrir la fundadora
de esos partidos.
La disputa con Escasany y Clarín de por medio
Luego de la presentación del informe,
Lilita aseguraba a mediados de agosto de 2001, que existían pruebas
sobre transacciones brindadas por “un alto directivo de IBM” que
explicaría “cómo Escasany ordenó a sus gerentes a sacar dinero del país para volver a entrarlo”.
Se refería a Eduardo Escasany, presidente de la Asociación de Bancos
Argentinos (ABA) y director del Banco Galicia, quien estaba comprometido
en el caso de “la mafia del oro”. Consistente en maniobras de los años
noventa, donde entidades empresariales traficaban lingotes dorados, con
el objeto de cobrar reintegros al Estado.
En la última semana de agosto de 2001,
Lilita mantuvo una reunión con Escasany, que se realizó en la casa del
periodista Mariano Grondona. Al parecer, el banquero estaba interesado
en conocer los detalles de su investigación. Otras fuentes aseguran que
Lilita le había confesado estar apenada por el bochorno de “Chuck
Norris”, aunque luego lo desmentiría en los medios.
Luego de la crisis de diciembre de 2001,
Eduardo renunció a la presidencia del Banco Galicia. Y en marzo de 2002,
presentó ante la justicia una demanda contra Carrió, el periodista
Jorge Lanata, que en ese entonces conducía el programa televisivo Día D,
y su propia hermana, María Isabel.
En su escrito, aseguró que Banco Galicia fue agraviado “por su condición de banco privado de capital nacional” y que esa “campaña
descarnada y perseverante [fue] desatada por las señoras María Isabel
Escasany y Elisa Carrió, y acompañada por una operación periodística
encabezada por Jorge Lanata”, según transcribe un archivo del diario La Nación.
Muchos años después, a mediados de 2017,
el inefable economista Guillermo Moreno, en un programa de Crónica TV,
planteó una peculiar hipótesis de por qué Lilita se había metido en las
internas de los hermanos Escasany:
“De repente explota un conflicto
inter-societario entre los hermanos. Y el Grupo Clarín toma partido por
uno de los hermanos. Casualmente, cuando el banco le había negado la
renegociación de la deuda al Grupo Clarín en el año 2000. Clarín tenía
deuda adentro y afuera; adentro, con el sistema financiero, uno de los
principales acreedores el Banco Galicia. Pide la renegociación de la
deuda, que luego la consigue por la Ley de Protección de Industrias
Culturales tiempo después. El Banco Galicia tenía sus problemas y quizás
por eso le dijo que no. Y de repente aparece un conflicto inter-societario, donde la señora Carrió tomó partido decididamente por una de las partes”.
Esa fue la respuesta que dio el ex
funcionario kirchnerista, respondiendo a la pregunta de la existencia de
un posible acuerdo espurio monetario entre Carrió y algún empresario, y
de un posible acuerdo con Clarín.
La división del ARI para la derechización del espacio
En julio de 2002, la prensa especulaba
una posible alianza entre el santacruceño Néstor Kirchner del PJ, el
porteño Aníbal Ibarra del FREPASO y Elisa Carrió. Pero en noviembre de
ese año, Lilita comenzó a armar una interna en el ARI, con el fin de
conformarse como partido autónomo. Así, en 2003, el ARI quedó en ruptura
y se conformó como partido político, cambiando el significado de sus
siglas por el de Afirmación para una República Igualitaria. Ya para ese
entonces, Graciela Ocaña había aceptado la propuesta de Néstor Kirchner
para ser la titular del PAMI y abandonar el ARI.
En una entrevista concedida a Página/12, en el año 2006, Ocaña aseveró que Carrió “sostenía
los mismos principios, los mismos valores, el mismo modelo de Argentina
que Kirchner. No sólo en palabras sino en hechos: la derogación de las
leyes de obediencia debida y punto final, terminar con la Corte
menemista, renegociar la deuda teniendo en cuenta los intereses de los
argentinos”.
De hecho, en el año 2003, se logró la
destitución del juez “menemista” de la Corte Suprema, Eduardo Moliné
O’Connor, algo inédito en la historia argentina. Y que luego ocurrió lo
mismo en el 2005 con el juez Antonio Boggiano. Otros tres magistrados,
directamente presentaron sus respectivas renuncias.
Esta fue la base, que tuvo como notable
actora a Carrió, para que el presidente Néstor Kirchner pudiera realizar
la indispensable reforma de la Corte Suprema de Justicia, que le
otorgara legalidad a la pesificación asimétrica sobre la que se había
basado la salida económica tras el vaciamiento bancario del año 2001.
Que significó un enorme beneficio para pequeñas y grandes empresas,
incluidas entre estas al grupo Clarín.
Bajo la pregunta del periodista a Ocaña
de por qué entonces Lilita decidió armar un partido propio, en lugar de
hacer una alianza con Kirchner, ella respondió: “Ya en el 2003
Carrió planteó, y en eso es testigo (Rafael) Romá (vicegobernador de
Eduardo Duhalde en Buenos Aires), que Kirchner iba sobre su electorado. Y
entonces se fue hacia la derecha. La misma Lilita sale a decir que ella
tiene que tener libertad para poder conversar con otros actores. Y
nombra a López Murphy”.
La persistencia de Carrió por derechizar
los espacios políticos, a costa de detonar internamente los propios, fue
una estrategia recurrente desde entonces, que culminó con la
conformación del bloque Cambiemos en 2015, con Mauricio Macri a la
cabeza.
Ya para las elecciones presidenciales de
2003, con la conformación del ARI como partido político, Lilita decidió
cambiar de domicilio, pasando de su ciudad natal de Resistencia a la
Capital Federal. La fórmula presidencial Carrió – Gutiérrez, obtuvo un
14% de los votos, ubicándose en el quinto lugar.
El asesinato de la “mafia pesquera”
20 de enero del año 2003. Ciudad de
Puerto Madryn, provincia de Chubut. Mientras realizaba su campaña
presidencial de gira por la Patagonia, Elisa Carrió se había reunido con
el empresario pesquero Pedro Raúl “Cacho” Espinosa, ex-vicepresidente
de la empresa Conarpesa (Continental Armadores de Pesca S.A.), dedicada a
la exportación de langostinos y calamares.
Diez días después, el 30 de enero de
2003, a la noche, Espinosa estaba cerrando el portón de su casa. “¡Che,
Cacho!”, escuchó a su espalda. Al darse vuelta fue ultimado de un
disparo por un arma 9 milímetros. Su esposa, embarazada en ese entonces,
fue testigo de su homicidio. Hasta el día de la fecha, no hay condenas
por el crimen. Solo tres absueltos luego de un juicio terminado en 2015.
Conarpesa había sido fundada por el
español Juan Álvarez Cornejo, cuyo presidente sigue siendo hasta la
actualidad su hermano, Fernando Álvarez Cornejo. A su vez, los Álvarez
mantuvieron negocios asociativos con Héctor Antonio, el hijo del
empresario peronista involucrado en diversos negociados, dueño de la
empresa española Pescafina, que operaba como representantes de
Conarpesa.
En 1993, Espinosa abandonó Conarpesa y fundó su propia empresa: Pesquera San Isidro S.A. “El móvil del crimen aparece como demasiado obvio. Los Álvarez trataban de quedarse con Pesquera San Isidro”,
había sentenciado Lilita Carrió en un informe preliminar de marzo de
2004, un año después del asesinato. El que luego amplió diciendo que en
realidad el que estaba detrás de esa adquisición era Héctor Antonio, el
dueño de Pescafina.
En ese mismo año Elisa “Lilita” Carrió
comenzó su campaña judicial contra el kirchnerismo. Desde su posición de
denunciadora pública, el oligopolio pesquero de Conarpesa, en supuesta
asociación con Pescafina, recibió las sospechas sobre posibles desvíos
de fondos para la campaña presidencial del Frente Para la Victoria. Cuya
triangulación partiría desde el puerto santacruceño de Caleta Paula,
que había sido inaugurada en 1998 por el gobernador de Santa Cruz de ese
entonces, Néstor Kirchner, y que después fue ampliada desde su rol como
presidente de la Nación.
Incluso, mientras avanzaba el juicio en 2011 por el asesinato de Espinosa, Carrió dijo sin pruritos como testigo que el kirchnerismo estuvo involucrado en ese asesinato.
No solo eso. Carrió planteó también las
posibles conexiones con el narcotráfico. Ya que Chubut había quedado
conmocionada por el “Operativo Langostino” (1988) donde se reveló el
tráfico de cocaína escondidas en cajas de pesca, para exportarlos a
Europa. Dichos productos llevaban el logotipo de la empresa quebrada
Estrella del Mar, vinculada con Héctor Antonio y con el mega-banco
desaparecido BCCI, sindicado por el “informe Carrió” como una financiera
lavadora de narco-dólares. Afirmación que llevó en 2007 a que el propio
empresario denunciara a la funcionaria por calumnias, de la cual fue
absuelta.
Estamos hablando de la primera
investigación de Elisa Carrió no solo sobre la posible conexión entre el
kirchnerismo y un asesinato, sino también con el narcotráfico. Sin
embargo, según se comenta, esa información sobre posibles fondos
“narcos” ya la habría recibido Lilita, en su época como candidata, por
el propio Espinosa en aquella reunión del 20 de enero, diez días antes
de su asesinato. Y que un año después, comenzaría a ventilar la “pista
narco” hacia la campaña K, ya con Kirchner como presidente.
La gran duda que surge es por qué Elisa
Carrió no profundizó la investigación en el momento en que recibió la
información en aquel mes de enero del 2003. En lugar de tomarse una
avión rumbo a Buenos Aires, dejando al intemperie a su contacto con una
gravísima denuncia, que terminó acabando con su vida.
Maniobra muy distinta a la que realizó en
el año 2015, con la operación “La Morsa es Anibal”, donde culpó al
candidato bonaerense Aníbal Fernández, de ser un narco-asesino, una
semana antes de las elecciones a gobernador por la provincia de Buenos
Aires, permitiendo el triunfo de Cambiemos en la región y, por efecto
dominó, en todo el país.
Situación que pudo ser un déjà vu, ya que
una cabeza como Carrió sabía que semejante denuncia contra Kirchner a
comienzos de 2003, podía significar su posible derrota frente al
balotaje con Carlos Menem. Y otra hubiera sido la historia reciente
argentina.
La fundación de Lilita con fondos poco claros
Para el año 2004, Elisa “Lilita” Carrió
había inaugurado la Fundación Anna Harendt, a la que dirige hasta el día
de hoy. Se trata de un instituto sin fines de lucro, con la intención
de propagar mediante charlas, cursos y talleres, los principios del
republicanismo y el humanismo.
Desde su página web oficial, se define como un instituto “Independiente y preservado de la lucha política partidaria”.
Algo que no se concibe mucho con el fuerte personalismo que tiene el
portal, que gira alrededor de la propia Lilita. E incluso en su sección
biográfica, se (auto) homenajea su labor política, ya que “siempre estuvo marcada por la lucha contra la corrupción y por la construcción de un modelo republicano con justicia social”, y que las “problemáticas
centrales de su trabajo han estado asociadas a la construcción de una
República, que no puede pensarse sin democracia y a una democracia que
no es posible sin justicia ni verdad”.
De hecho, el “Anna Harendt” venía
teniendo el empacho de invitar solo a referentes de la política que
estuvieran apegados electoralmente a la figura de Lilita. Llegando a un
punto que, por ejemplo, ofrecieron una charla sobre políticas
energéticas con la participación de Fernando “Pino” Solanas, cuando
integraba con Lilita el Frente Amplio UNEN. Y un par de años después
sobre “Diálogo, confianza, inclusión y gradualismo”, con quien
era en ese entonces el ministro de hacienda Alfonso Prat Gay cuando ya
no existía el centro-izquierda UNEN y sí el centro-derecha Cambiemos.
Incluso, en el 2014, al celebrarse una década de la existencia del Instituto, según una crónica de Clarín, Lilita “tiró la casa por la ventana, en todo sentido”, ya que en la fiesta no solo estuvieron presentes los conductores televisivos Jorge Lanata y Mirtha Legrand, sino también los imitadores de Carrió y Pino Solanas en el programa Periodismo Para Todos (PPT), que conduce Lanata, en el sketch “Casada con Pino”.
También estuvieron presentes el
“opoficialista” Martín Lousteau; la escritora Beatriz Sarlo; su
“ahijada” política y sindicada de ser su financista Mariana Zuvic; su
futuro compañero de fórmula para las presidenciales 2015 y ex piquetero
Héctor “Toty” Flores; el CEO de la Shell y futuro ministro de energía
Juan José Aranguren; el periodista de Cadena 3 y luego del Grupo Clarín
Pablo Rossi; el artista Guillermo Roux y otros dirigentes que pasarían a
ser estrellas estelares del gobierno que luego encabezaría Macri: Prat
Gay, Mario Negri, Oscar Aguad, Iván Petrella, entre otros.
Pero una gran duda que existe sobre esta fundación es cómo se sostiene financieramente. “Nosotros no trabajamos de esa forma, así los partidos se transforman en empleados de los sectores económicos“,
sentenciaba hace unos años un dirigente ligado a Elisa Carrió, respecto
la existencia de fundaciones ligadas a partidos políticos, que reciben
financiamiento de empresas y entidades privadas. En el caso de Hanna
Arendt, que no hay dudas que es una fundación “partidista”, directamente
ni siquiera se sabe quién la financia.
Las versiones oficiales indican que se
sostiene por donaciones y préstamos otorgados por diputados ligados a
Lilita. Sin embargo, no se conoce ningún balance, ingreso o sponsor al
respecto. Y menos aún una página de Transparencia que acostumbran a
tener las ONG actualmente, para evitar sospechas. Esto arroja una gran
duda sobre su viraje financiero que, como se verá más adelante, también
encastrará a la figura republicana de Lilita, estando incluso
involucrada en la famosa “Ruta del Dinero K”.
De la Coalición Cívica al Frente Amplio UNEN
En 2005, Carrió fue candidata a diputada
por primera vez para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí, alcanzó
el 20% de los votos. En el trayecto del tiempo, Lilita trataba de
negociar con distintos espacios, pretendiendo ser una emulación del
progresismo, y tratando a la vez de cooptar a un público conservador,
como lo planteaba Ocaña en la entrevista anterior. Manteniendo
entendimientos políticos con representantes del Partido Socialista,
pasando por el radicalismo progre de Stolbizer, hasta dirigentes
ubicados en el otro extremo como Patricia Bullrich y María Eugenia
Estenssoro.
Finalmente, en el año 2007, lanzó la
Coalición Cívica (CC) para disputar las elecciones presidenciales,
conformada por una unión entre el ARI, el PS y otros. Cuya fórmula era
Carrió con el senador santafesino Rubén Giustiniani. El frente salió
segundo, por debajo del Frente Para la Victoria, liderada por Cristina
Fernández de Kirchner, enemistada con Lilita desde el desparpajo de la
Comisión Antilavado. Carrió obtuvo una cosecha de votos destacado, 23%.
Además, obtuvo el triunfo de la gobernación de las provincias de Santa
Fe y Entre Ríos.
Al año siguiente con motivo de la
resolución 125 firmada por el ministro de Economía Martín Lousteau, el
kirchnerismo empezó con su extenuante “conflicto con el campo”. Fue así,
que Lilita comenzó a descargar toda su artillería pesada por los
pasillos de tribunales contra el matrimonio Kirchner, denunciándolos de
asociación ilícita mediante una estructura de negocios, bajo el control
del ministro de planificación Julio de Vido, con la complicidad de
empresarios y “valijeros” de la obra pública. Desde entonces, serían
reiterativos los nombres de Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Cristóbal López,
entre otros.
Denuncias todas que tuvieron
repercusiones más mediáticas que judiciales, hasta el año 2016, a partir
del cambio de gobierno nacional. Mientras que en el plano
parlamentario, distintos bloques opositores conformaron el “Grupo A”,
para consensuar distintas estrategias contra el oficialismo, con
resultados poco destacables. Además, Lilita volvió a ser electa como
diputada en 2009, pero con el 19%, reflejando esto una división notable
en el voto opositor.
Seguidamente la muerte de Néstor Kirchner
en octubre de 2010, catalizó un fuerte crecimiento exponencial de apoyo
por parte del electorado al Frente Para la Victoria, garantizándole en
el 2011 un segundo triunfo a Cristina Fernández, con un 54% de los
votos. Mientras que la Coalición Cívica tuvo un catastrófico 2%.
A partir de entonces, Lilita empezó a cambiar sus estrategias.
La relectura de la situación comenzó al
observar quién salió segundo en los resultados: el socialista Hermes
Binner. De ahí, al observar un crecimiento del progresismo en el
electorado, Carrió empezó a atar distintos nudos de las cuerdas largas y
cortas, desparramadas en el espectro político, que miraban con malos
ojos al kirchnerismo por izquierda, sobre todo a partir de su sintonía
fina con el PJ.
Así, y con el aprovechamiento de la
reforma política que creó las Elecciones Primarias, Abiertas,
Simultáneas y Obligatorias (PASO) se propuso crear un gran frente de
centro-izquierda, donde se podía disputar los distintos espacios, a
elección de los propios votantes. Así surgió el Frente Amplio UNEN,
conformada por el CC, Proyecto Sur, sectores del radicalismo, el PS, GEN
(de Margarita Stolbizer) y otros ex funcionarios kirchneristas como
Martín Lousteau y Julio Cobos. Para la ciudad de Buenos Aires, se
propuso a Elisa Carrió como candidata a diputada y Fernando “Pino”
Solanas (Proyecto Sur) como senador.
La chacra de Carrió
En mayo de 2013, con el avance de FAUNEN en plena época electoral legislativa, la hoy extinta Revista Veintitrés, que en ese entonces la manejaba el grupo empresarial oficialista Sergio Szpolski, publicó en la portada de una de sus ediciones el título “La chacra de Carrió”. Se trató de un informe sobre la compra de una parcela, donde la dirigente de la Coalición Cívica construiría una vivienda, y que el artículo apuntaba a una posible incompatibilidad, en base a lo que ganaba como diputada nacional.
Se trata de Chacras de la Cruz, un club
de campo ubicado en la localidad de Capilla del Señor, provincia de
Buenos Aires. Según publicó Veintitrés:
“El precio total de la operación
ascendió a 49 mil dólares. De esta cantidad, 30 mil dólares corresponden
al valor de la parcela y los restantes 19 mil dólares son pagados por
el valor de la acción del Club de Campo. De acuerdo con la escritura con
fecha del 29 de febrero de 2012 –que la propia Carrió reproduce en su
sitio web–, se acuerda pagar estos 49 mil dólares de la siguiente
manera, 9.800 dólares en el momento de la firma del boleto y el saldo de
39.200 dólares en 48 cuotas mensuales, iguales y consecutivas de 816
dólares, ‘o entregando la cantidad de pesos de curso legal, equivalente a
multiplicar la cantidad de billetes dólares de cada cuota por el valor
que publique el Banco de la Nación Argentina para operación de cambio
tipo vendedor’, según se aclara en la escritura”.
Según la réplica de Carrió, a la que
acusó a la revista de ser cómplice de una operación orquestada por el
gobierno K, pudo solventar el pago del mismo mediante la venta de su
departamento en Barrio Norte para comprar el lote.
Para la revista, a eso había que sumarle los costos de la construcción de la vivienda: “Una
construcción así, de acuerdo con consultas realizadas, puede significar
un costo final de unos 400 mil dólares. (…) En su declaración jurada
correspondiente al período 2012, Carrió declara que sus ingresos
–brutos– por la Cámara de Diputados fueron anualmente de 478.453 pesos.
En su última declaración de Bienes Personales –que Lilita subió a
Internet–, la legisladora dice que tiene bienes inmuebles en el país por
un total de 362.795 pesos”.
Inmediatamente después de la publicación
de Veintitrés, el abogado Gustavo Ogni presentó una denuncia contra
Carrió por este terreno y cuya causa quedó en manos del juez Sergio
Torres. Pocos días después, AFIP realizó unos allanamientos en ese
barrio privado, con motivo de una investigación contra la empresa
inmobiliaria Urbaland, entidad que le había vendido a Lilita el terreno,
por supuestamente subfacturar las ventas de sus lotes.
Finalmente, ante el temor que Lilita
parece inocular a jueces de dudosas conductas, las denuncias en contra
de ella y Urbaland no solo fueron desestimadas, sino que se revirtió
contra los funcionarios de la AFIP que había dispuesto el allanamiento.
Pero por su parte, Lilita no pudo terminar la construcción total de la
vivienda en 2016, supuestamente por falta de fondos. Algunos medios
aseguraron que ese era su lugar para planificar en soledad sus próximas
denuncias judiciales.
Nisman y el origen de Cambiemos
La crisis de UNEN se agudizó por los
intentos de Carrió de hacer entrar a esa lianza al partido PRO de
Mauricio Macri, planteo que fue rechazado por gran parte del espacio, en
especial Pino Solanas. El día 11 de agosto de 2014, el quiebre quedó
registrado durante un acto en donde el referente de Proyecto Sur, con
micrófono en mano, dijo enfáticamente que en UNEN “no hay espacio para los ajenos y la derecha moderna”. Empujando inmediatamente a Lilita a levantarse de la mesa y retirarse del acto.
Acorde al sketch que emitía el programa
televisivo Periodismo Para Todos (PPT) producido por el grupo Clarín y
conducido por Jorge Lanata, denominado “Casada con Pino”, esta parodia
humorística tinellinezca predijo “el divorcio” entre Fernando “Pino”
Solanas y Elisa Carrió, y la unión de ella con Mauricio Macri. “Me
di cuenta de que había actores de UNEN que jugaban con el PJ, entonces
me di cuenta de que había que hacer algo más grande. Lo primero que hace
UNEN es querer encerrarme en la izquierda, y yo lo aplaudía a ‘Pino’,
pero yo ya estaba armando una estrategia”, aseguró Lilita por televisión, mucho antes del triunfo de Macri en 2015.
Carrió siguió así curiosamente el guión
del sketch de Clarín y Lanata, que versaba sobre el matrimonio entre
Pino Solanas y Carrió, que parió a la beba República, pero que luego lo
traicionaba con Macri. Mientras que en ese sketch, merodeaban los
personajes de Ernesto Sanz y Gabriela Michetti, quién según los cables
de Wikileaks, tienen una “cálida” llegada a la embajada de EEUU.
Siendo alucinante para la alicaída
política argentina, que esa parodia luego se haya cumplido al pie de la
letra, como si la ficción periodística condujera la realidad argentina: “Dejo
entonces de ser candidata de UNEN y en diciembre, cuando todos se van
de vacaciones, hacemos la alianza con Mauricio, en enero. Y la hago para
condicionarla a la asamblea [radical] de Gualeguaychú. De esa
conversación personal salió un acuerdo político que se iba a concretar
de acuerdo a la decisión de la UCR. Ahí cambiamos la elección de
Gualeguaychú, donde Ernesto Sanz tuvo un rol esencial”, se ufanó la diputada en el programa Animales Sueltos.
Así, Carrió arrastró al radicalismo tras ella, liderado por Ernesto Sanz, con franca llegada a la embajada de EEUU.
Coincidentemente el 18 de enero de 2015,
apareció muerto el fiscal Alberto Nisman, con un tiro en la cabeza,
quien al día siguiente debía presentarse ante el Congreso de la Nación
para justificar su denuncia contra la presidenta CFK de haber encubierto
a los supuestos responsables iraníes del atentado a la AMIA.
Ver Memorandum con Irán: la prueba de la falsedad de la denuncia de Nisman y que todo es obra de Stiusso
Ver El suicidio de Nisman predispuesto por Stiuso y sus móviles locales e internacionales
Una de las primeras en decir
enfáticamente que fue un asesinato fue Elisa Carrió, quien sin tapujos
dijo por televisión, que “estaba claro que esto iba a ocurrir”, en
referencia a que el homicidio se debió a su investigación contra la
mandataria, a la par que se ufanaba de estar actuando con “estrategia”
dejando asi de lado sus invocaciones a la moral. Compartió asi la teoria
del súper agente Antonio “Jaime” Stiusso, con quien Lilita según ella
le reconoció a Pino Solanas, mantiene una sigilosa amistad, y quien en
realidad sería el verdadero responsable de la falsa denuncia y posterior
suicidio de Nisman. Y a pesar de que en el 2001, como parte de su
informe antilavado, existían conexiones con personajes implicados en la
“pista siria” de la AMIA, teoría que siempre fue rechazada por Nisman,
al aferrarse desde siempre a la “pista iraní”.
De esa manera, a la par que Macri
afirmaba que la muerte del fiscal Alberto Nisman era una “bisagra” en la
historia, que traería un antes y un después en Argentina, se disolvió
el frente de centroizquierda UNEN. Y se consagró la alianza de
centroderecha Cambiemos, integrada con el PRO de Macri, la Coalición
Cívica de Carrió, y la UCR de Sanz.
Poniendo a la cabeza a un dirigente como
el hijo de Franco Macri, que siempre había recibido, tanto al padre como
al hijo, el dedo acusador de Lilita, por ser parte de la “patria
contratada”. Tal como lo señalan los distintos testimonios en sus
respectivas fechas:
-2003, sobre la derrota de Macri en elecciones a jefe de gobierno porteño: “Qué
haya sido derrotado Macri, la verdad… Ha sido un parto. Realmente, yo
no lo podía creer. No sabía cómo iba a explicarles a mis hijos que
empresarios ligados al robo del país pudieran ganar”. (Día D)
-2007, sobre posible alianza con Macri o Jorge Sobisch: “No
es lo mismo Carrió que Macri; no es lo mismo Carrió que Sobisch. No
pidan un rejuntado para un picadito de fútbol en la esquina. Se trata de
cambiar un país. (…) La sociedad no nos puede pedir que nos juntemos
con corruptos (…) Yo recuerdo que en un tiempo ser militar era una forma
de acceder a la presidencia; ahora una forma de acceder a la
presidencia es ser presidente de un club de fútbol, y eso marca la
ligazón entre política, dinero y negocios” (Entrevista con M. Ruiz Guiñazú, Radio Mitre)
-2010, sobre el escándalo de las escuchas ilegales que involucraba a Macri:
“El hecho de que nosotros cuestionemos a (el juez Norberto) Oyarbide no
quiere decir que los hechos que se le imputan a Macri no sean ciertos.
Las escuchas existieron, Macri designó a quien designó, y lo hizo
sabiendo que (Jorge) Palacios era un delincuente y esos hechos son muy
graves”. (Declaraciones radiales, según Clarín)
-2011, sobre los candidatos a presidente:
“Hay dos candidatos que garantizan la impunidad. Cristina por un lado,
con todos los negocios del kirchnerismo, de su propio esposo. Y Macri,
por todos los negocios de su padre (Franco Macri) con el kirchnerismo, y
de su primo (Ángelo) Calcaterra con el kirchnerismo. No olvidemos que
Calcaterra es socio de Lázaro Báez”. (Radio La Red)
-2012, sobre el conflicto de trabajadores del Subte:
“Está claro que Mauricio Macri tiene una incompetencia feroz. Alguien
le tiene que decir: ‘You are stupid”. Nadie puede ser tan incompetente. (A dos voces, TN)
–2014, luego del lanzamiento de UNEN y sobre un posible acercamiento de Macri: “Yo no lo votaría, pero tampoco votaría a muchos que son candidatos del propio frente”. (Lanata sin filtros, Radio Mitre)
La morsa es Aníbal
Ya conformado el bloque Cambiemos, la
causa “Yo soy Nisman” fue cayendo en el interés en la población. Por
eso, como encargada de diagramar las decisiones más pragmáticas, Carrió
que seguía unfanándose de actuar con “estrategia”, empezó a trabajar en
dar un golpe fuerte, capaz de tener garantizado el triunfo de su
flamante bloque.
El 2 de agosto de 2015, una semana antes
de las elecciones a gobernador por la provincia de Buenos Aires, el
programa PPT realizó un informe de enorme impacto, titulado “La Morsa es
Aníbal”, siendo el hashtag que más se viralizó por las redes sociales.
El programa acusó al candidato bonaerense por el Frente para la
Victoria, Aníbal Fernández, de ser el autor intelectual del llamado
triple asesinato de la efedrina, ocurrida en el año 2008.
Entre los condenados, estaba Martín
Lanatta, que fue entrevistado por el propio Jorge Lanata, donde aseveró
en la cárcel frente a la cámara que el candidato Fernández estaba
involucrado en el negocio ilegal de la efedrina, utilizada como
precursor para la fabricación de drogas ilegales y fue quien ordenó el
triple homicidio. Un segundo entrevistado fue José Luis Salerno, quien
fue uno de los socios de una de las víctimas del sanguinario asesinato.
Aunque en su caso, en ningún momento dijo explícitamente que el
candidato Fernández podía haber sido el responsable del crimen.
Aun así, el programa optó por creerle
ciegamente a Lanatta, y por eso fue lo más comentado en Twitter: el
candidato kirchnerista resultó ser un narco-asesino.
Luego se comprobó que Salerno fue
entrevistado en el interior de la vivienda de Elisa Carrió. Para muchos,
esto destapó que el programa fue una operación llevada a cabo por
Carrió y Lanata, con el afán de lograr que el bloque Cambiemos, de la
mano de María Eugenia Vidal, obtuviera el triunfo.
Dicho y hecho, el Frente para la Victoria
perdió frente a Cambiemos. El propio Aníbal Fernández reconoció que el
programa de televisión pudo haber influido en la toma de decisión del
electorado a último momento.
Por primera vez, desde la caída de
Alfonsín en 1989, el peronismo perdió el gran bastión bonaerense. Y como
la elección de la provincia de Buenos Aires es considerada como “la
madre de todas las batallas”, se generó un efecto dominó que, a nivel
nacional, garantizó el triunfo de Mauricio Macri a la presidencia.
Mientras tanto, nunca prosperó la causa
penal contra Aníbal. Lanatta y otros dos condenados habían logrado
escaparse de prisión pocos días después de la asunción de Macri, pero
luego fueron re-capturados. Y el tema quedó en el olvido y todos dejaron
de hablar de la Morsa.
Los fondos de Lilita ¿en la Ruta del Dinero K?
Mariana Zuvic es actualmente la
parlamentaria del Mercosur por el bloque Cambiemos. Es peronista,
acaudalada y santacrueña. Y es la “ahijada” política de Lilita. Desde su
tierra natal, fue una de las primeras en denunciar los negocios de
Lázaro Báez. Esta actualmente casada con el empresario radical y
diputado nacional Eduardo Costa, quien viene insistiendo en ser
gobernador de Santa Cruz y es el dueño de la cadena Hipertehuelche.
Ambos, fueron unos grandes paladines en
la lucha contra el kirchnerismo en Santa Cruz, bajo el calor del
“madrinazgo” de Carrió. A tal punto, que se sospecha que esta pareja es
la que le ha bancado los fondos de su campaña.
Las sospechas de que la pareja
Zuvic-Costa son los “financistas” de Carrió se debe a una plétora de
denuncias ligadas a manejos espurios de fondos, que se comenzaron a
disparar con mayor intensidad a partir del destape de los Panamá Papers.
En abril de 2016, fueron denunciados por
Gustavo Vera, de la fundación La Alameda, por la compra de acciones de
El Tehuelche por parte de una empresa radicada en Uruguay, de nombre
Holmen SA, que no tiene registrado ninguna actividad comercial, cuya
causa está en manos del fiscal Marcelo Delgado y del juez Julián
Ercolini. Esa empresa estaría a nombre de Gustavo Larriera Mendivil, que
a su vez opera una sociedad llamada CFC Group, que a su vez absorbió a
CFC Holding, en cuya nómina figuraría la subdirectora de la Agencia
Federal de Inteligencia, Silvia Majdalani, la mano derecha de Gustavo
Arribas.
El enigmático Larriera Mendivil tiene más
de 50 sociedades offshore, desparramados por distintos paraísos
fiscales. Entre ellas, figura como accionista de la panameña Latin
American Assets Managment Group, que sería una de las tantas
ramificaciones de la “Ruta del Dinero K” para el reintegro de los
supuestos 65 millones de dólares fugados por la financiera Helvetic
Group, sospechada de ser manejada por testaferros de Lázaro Báez.
Por si fuera poco, según publicó Andrés
Ballesteros para InfoBae, el directorio de Latin American… figuraba
también Daniel García Belhot, quien era titular de Dusbel SA, la
sociedad uruguaya accionista de The Old Fund, la empresa de la ex –
Ciccone comprada por Alejandro Vandenbroele, sindicado de ser el
testaferro del ex ministro Amado Boudou.
¿Los fondos de campaña de Lilita, atrapados en la “Ruta del Dinero K”?
Por lo pronto, en julio de este año, la
Cámara Federal de Apelaciones rechazó el sobreseimiento de Costa por
esta causa. Mientras tanto, Costa trata de taparlo presentando en
televisión supuestos documentos que involucran al ex ministro Julio de
Vido por la mega usina santacruceña de carbón del Río Turbio.
La operación “amarilla” para presionar a Aranguren
En noviembre de 2016, Elisa Carrió había
presentado una denuncia contra tres funcionarios del Ministerio de
Energía y Minería, encabezado por Juan José Aranguren. Se trata de José
Luis Sureda -quien era secretario de Recursos Hidrocarburíferos-, Pablo
Popik -subsecretario de Refinación y Comercialización- y Luis Barile
-director nacional de Gas Licuado de Petróleo-. Los acusó de
“negociaciones incompatibles con la función pública”. Fue a partir de un
artículo de Perfil.com, titulado “Energía eximió a empresas de su aporte para las garrafas sociales”, donde se mencionan a compañías en las que trabajaron estos tres funcionarios, como Esso, Pan American y Bridas.
La denuncia fue llamativa, ya que no
había alcanzado al mismísimo Aranguren, sabiendo que la petrolera Shell,
del cual su filial Argentina lo tuvo como CEO, también fue una de las
más beneficiadas por esta política energética macrista. Aun así, medio
año después, en junio pasado, el secretario José Rueda había presentado
su renuncia por razones que se desconocen hasta el día de hoy. Mientras
que Lilita, el año pasado, había acusado a Aranguren por beneficiar a
Shell, de la que era accionista todavía, por la obtención de una
licitación para la compra de gas.
Sin embargo, una hipótesis filtrada por
el portal Urgente24, da cuenta de los intereses detrás de Elisa Carrió,
referidos a la cartera que maneja el negocio del gas.
Se sabe que hubo una interna entre Sureda
(ex vicepresidente de PAE) y Popik (ex gerente de planificación de
Axxion), ya que el primero acusaba al segundo de haber recibido coimas “provenientes de empresas productoras de GLP (Gas Licuado de Petróleo) que habrían recibido permisos especiales para vender la llamada garrafa social en el mercado”, explicaba InfoBae que, a su vez, asegura que hubo seis funcionarios de Pupik que fueron suspendidos o sumariados.
Según Urgente24, Lilita se metió en esta disputa interna, con graves acusaciones de cohecho, para poder meter en medio de la tramoya a una empresa chaqueña, del mismo territorio que se crió Lilita, denominada Amarilla Gas, especializada en el fraccionamiento y la comercialización del GLP.
Esta empresa fue creada en 1962 y es
dirigida por Alejandro Miedvietzky. Actualmente, es una empresa
oligopólica que concentra el negocio de la venta de garrafas en el
litoral argentino.
Sobre la familia Miedvietzky, se viene
sospechando de fuertes lazos con la diputada Carrió. Sobretodo cuando la
revista Caras, en mayo de 2016, difundió una fotografía de Lilita junto
con su ahijada política Zuvic y Lili Miedvietzky, esposa de Alejandro,
sacada en la ciudad de Nueva York.
A su vez, Lili es la directora de una agencia de viajes chaqueña llamada FunTime. Según un archivo del Diario Norte: “FunTime
pertenece a la agencia Firenze viajes de quien Lili Miedvietzky es la
directora. Estas dos empresas pertenecen al grupo empresario Amarrilla,
quien hoy está liderado por Miedvietzky –esposo de Lili-. Además de la
agencia de viaje, están en la construcción de una de los edificios más
lujosos y altos que tendrá la ciudad de Resistencia, las Torres Harmony,
ubicadas por la calle Formosa”.
Por esta razón, se sindica a la familia
Miedvietzky como la encargada de pagarle a Lilita sus vuelos
internacionales, ya sea de trabajo o para vacacionar, lo que en el
código penal se conoce como dadivas a un funcionario público.
Por si fuera poco, se sospecha que
Amarilla Gas ha sido una de las tantas empresas que sacaron facturas
truchas a nombre de Austral Construcciones, la nave insignia de Lázaro
Báez. Esto se acrecentó a partir de una publicación de Clarín, de abril
de 2016, tomando fragmentos de las declaraciones de Leonardo Fariña,
supuesto “valijero” de Báez, que mencionó la posibilidad de “las
maniobras de facturación apócrifa” de Amarilla Gas.
¿La Ruta Del Dinero K, nuevamente cruzándose en el apoyo financiero para Elisa Carrió?
Lo llamativo es que a finales de 2016,
Carrió recibió una par de denuncias penales referidas a su
enriquecimiento ilícito. Una por parte de un obrero de apellido Paz,
quien a mediados de este año, confesó ante la justicia que en realidad
no había leído su presentación, y le habían pagado una suma de 1.500
pesos para realizarlo.
Y una segunda denuncia semejante por
parte de un abogado, en base a la publicación de un blog llamado
eldatoclaveblog.wordpress.com, que implicaba a Lilita. En junio de este
año, la Cámara Federal porteña desestimó ambas presentaciones. Sobre el
segundo caso sin analizar para nada los hechos y las pruebas, los
vocales consideraron al referido blog como un “ignoto portal de
internet”.
Fallo que pone en evidencia el notable
sesgamiento por parte de la justicia federal, y el temor que les inspira
a los dudosos jueces federales los exabruptos y denuncias de Lilita,
que de esa manera ha adquirido una especie de indemnidad para decir y
hacer cualquier cosa.
Ya que a título de ejemplo, a la par la
misma justicia dio curso a una denuncia absolutamente anónima efectuada
contra la Procuradora General, Alejandra Gils Carbo, por supuestos
negociados en la adquisición de la sede de esa Procuración. Sin
preocuparse por los remilgos si se trataba de un sicofante o denunciante
pago, o de un aún más ignoto denunciante anónimo.
Lilita asegura que es diputada para poder
decir y denunciar cualquier cosa, aprovechando la inmunidad de opinión
que tiene un legislador. Esta posibilidad de dañar y no ser dañada, de
imputar y no ser imputada, de blandir la lanza sin ser herida con sus
discursos y denuncias volcánicas, la ha tornado una aliada indispensable
para Jaime Durán Barba, a quien dice despreciar porque se tiñe el pelo,
pero que en su obra “El arte de ganar”, preconiza “como usar el ataque
en las campañas electorales exitosas”.
De allí el interés del PRO de
incorporarla y mantenerla como aliada, en base vaya a saber qué
promesas, y hechas vaya a saber por quién. Circunlando a la par la
información, de que su hijo Enrique Santos residente en México, se halla
en serios apuros y bajo la mira de la DEA norteamericana, por estar
vinculado con el narcotráfico y el cartel de Jalisco. De ser cierta esta
información, ella podría aportar una explicación a los inusitados
zigzageos políticos que Lilita emprendió a partir del 2014, renegando de
sus posturas contra el macrismo, y cumpliendo al pie de la letra el
sketch del programa PPT de Lanata Clarín.
http://realpolitik.com.ar/nota/24175
Mientras tanto, Lilita sigue gozando de
sus placenteros viajes a distintos puntos del planeta, comprando ropa de
alto valor, durmiendo en hoteles de lujo, y degustando la gastronomía
fina, de la mano de su amiga Lili y su ahijada política Zuvic. Estándar
de vida que en relación a cualquier otro funcionario público, ya habría
despertado sospechas y denuestos. No obstante que declara un patrimonio
inferior a la de muchos otros funcionarios con título de abogado, sin
tener un automóvil propio, y llegando a gatas al pago del alquiler de su
vivienda.
El parto de Lilita
Para este año, Lilita volverá a renovar
su banca como diputada nacional de la CABA porteña, con un apoyo que
llegaría al 50%, su mejor performance. Mientras tanto, mantiene con
firmeza su postura de defender al presidente Mauricio Macri.
Tal como es el caso de los Panamá Papers,
donde bordeando el ridículo salió en defensa del presidente Macri,
mostrando una planilla Excel recién impresa en la computadora, para
echarle las culpas a su padre Franco, diciendo que este las había
declarado a la AFIP, lo que luego no se corroboró.
O la previa designación de los ministros
de la Corte Suprema por decreto, en la que para disimular ese enorme
furcio presidencial, propuso ante el Congreso modificar unos decretos
leyes de la dictadura, que nada tenían que ver con el asunto. Como para
dejar establecido que Macri no había errado, porque en el asunto había
dos bibliotecas.
O su defensa en la Cámara de Diputados
del fallo de la Corte del 2×1, en beneficio de los que cometieron
delitos de lesa humanidad, mediante impresionar a sus ignorantes y
perplejos colegas diputados, esgrimiendo un fallo de la anterior Corte
Suprema, que nada tenía que ver con los delitos de lesa humanidad.
Mostrándose así como una “chanta” en términos técnicos, que disimula
mediante su audacia y envidiable destreza verbal.
Y también debe destacarse la labor de
acoso denunciativo que ha concretado sobre el presidente de la Corte
Suprema Ricardo Lorenzetti, para disciplinarlo a él y a la Corte
Suprema, conforme las necesidades del presidente Macri. Comportándose
así eficazmente como el rottweiler de Cambiemos, aunque la finalidad de
sus atemorizantes ladridos nada tengan que ver con la ética republicana
que declama.
Y cada tanto también, para conservar y
afianzar ante la platea su papel como rottweiler de la moral, lanza
algunos ladridos y tarascones contra funcionarios o candidatos de medio
pelo de Cambiemos.
En una reciente entrevista a Clarín, le
preguntaron sobre esta contradicción de haber sido una crítica de la
familia Macri y ahora pasar a apoyar a uno de ellos como presidente,
Lilita respondió:
“Aprendí una cosa. Para salir del
autoritarismo y del saqueo tan terrible que había, alguien tenía que
perder para unir. Estaba en la tumba de Urquiza, (que perdió Pavón para
que la nación ganara) y entendí, al lado de su cajón, que para que la
nación gane, alguien tiene que perder. Y dije ‘yo voy a perder’.
Nosotros perdimos diputados, todo. Y propiciar desde ese lugar de
grandeza una interna para quedar diferenciados, pero posibilitar un
canal a través del cual el pueblo se exprese en su cambio. Y se expresó
por Mauricio, y me dediqué a cuidar Cambiemos, y no me voy de Cambiemos
porque es como mi bebé. Es como el parto de la República”.
Así como tal, Lilita parió una República
forjada por decisiones tomadas que han saciado los intereses
inescrupulosos de más de uno. Arrancando con su pasividad como
funcionaria judicial de la Dictadura; cumpliendo un rol funcional para
la gran banca norteamericana en la tremenda fuga de capitales con que se
vació al país en 2001; eliminando a la par a la posible competencia del
Grupo Clarín; especulando entre las variantes progres y conservadores,
dependiendo de los distintos cuadros de situación; dotando de un aurea
de honestidad a un presidente como Macri, que nada tiene que envidiarle a
la forma en que se enriqueció Lázaro Baéz; poniéndose a la defensa de
un modelo económico que lleva a un endeudamiento externo atroz, que
cargarán las próximas generaciones; con funcionarios públicos
incompatibles por sus interés comerciales; y avalando causas judiciales
que solo hacen mover a los magistrados que han visitado con orgullo la
Embajada de Estados Unidos.
No es ni una desequilibrada, producto de
su fanatismo religioso. Y menos aún una adalid de la lucha por la
verdad, la moral y la justicia. Sino, una gran operadora para ciertos
intereses con una enorme capacidad de actuar oblicuamente para disimular
su verdadero rol. Amén.