miércoles, 17 de octubre de 2018

Día de la Hispanidad / Abascal vs José Antonio

 
 

Día de la Hispanidad / Abascal vs José Antonio

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Día de la Hispanidad: orgullo de ser español vs leyenda negra

por Víctor Viciedo
Tal día como hoy, el 12 de Octubre de 1492, tras dos meses y nueve días de angustiosa travesía y al borde de amotinarse, un grupo de Españoles navegando en tres carabelas, capitaneadas por Cristóbal Colon, alcanzaban las costas Americanas. << ¡Tierra! ¡Tierra a la vista!>>, gritó desde lo alto del mástil mayor de la Pinta el marinero Rodrigo de Triana. Los españoles habían llegado a una pequeña isla, de lo que hoy son las Bahamas, denominada en lengua de los indios taínos,  “Guanahaní” y a la que Cristóbal Colón bautizó como San Salvador.
Con este pequeño descubrimiento se inicia la Conquista de todo un continente al que dimos nuestra religión, nuestra cultura y nuestra lengua. Una Conquista modélica  de la que, como herederos de todos aquellos héroes, debemos de sentirnos orgullosos. Orgullosos de ser españoles, orgullosos de un gran pasado, orgullosos de unos grandes monarcas y orgullosos de  haber formado parte del imperio más grande de la historia. Un imperio formado todo él por ciudadanos libres; no hubo esclavos, no hubo colonias explotadas por España, no hubo expolio. Con los nuevos territorios se formó un gran Reino de España, dividido en Virreinatos, para su mejor gobierno, en donde España sacó menos recursos de los que invirtió en ciudades, catedrales y universidades, convirtiendo un mundo salvaje y cruel, en el territorio más civilizado y avanzado de la época.

Hoy, indigenistas, independentistas, populistas anti-sistemas y enemigos de lo español de todo el mundo,  han rescatado la vil Leyenda Negra que presenta esta colosal hazaña como el principio de un gran genocidio indígena que nunca existió; una obscena Leyenda Negra que pretende robarnos nuestro orgullo y nuestra identidad.
La llamada “Leyenda Negra”, la inventaron los enemigos de España, para dar una imagen diabólica de los españoles. Concretamente, podemos centrar su inicio en la guerra en los Países Bajos (1568) con Guillermo de Orange. Luego se incorporó a la Ilustración y más tarde, lo asumieron el liberalismo y la izquierda. Posteriormente, lo adoptaron los movimientos indigenistas. Y seguirá existiendo porque permite echarle la culpa a otro de las desdichas del presente. Es mucho más cómodo culpar a la Historia que asumir la propia responsabilidad.
Todos los pueblos de hoy son producto de las luchas y conquistas del pasado. Puesto que ningún pueblo se deja someter, todas esas conquistas fueron realizadas con violencia y tras ellas, normalmente acudimos al nacimiento de un nuevo pueblo, mezcla del que había y del que llegó. Centrándonos en el caso de España una de las conquistas más cruenta que hemos padecido es la de los romanos, que arrasaron ciudades completas como Cartagena o Numancia y posteriormente nos dejaron su cultura, nos dieron la ciudadanía romana y formamos parte de su imperio como la Provincia romana de Hispania. No veo muchas diferencias con el caso Americano salvo que hoy sería ridículo quejarse de la invasión romana y en cambio es “progre” condenar como un gran genocidio (que no existió) la Conquista de América, negándose a celebrar el “Día de la Hispanidad” o cambiándole el nombre por “Día de la Resistencia Indígena”. Y es que no se puede ser más tonto, ni más ignorante, ya que es desconocer cómo ocurrieron los hechos. Y yo pregunto a esos iluminados ¿A qué resistencia Indígena se refieren, a la Tlaxalteca,  a los totonacos y los Chalcas que se aliaron con Cortés o a la de los Mexicas (Aztecas) que los torturaban esclavizaban y sacrificaban?
Aunque toda conquista se lleva a cabo por motivos expansionistas de territorio y obtención de recursos que le den al Conquistador mayor riqueza, en el caso americano, basado en documentos y no en opiniones, tenía también una motivación religiosa de expansión del Cristianismo como fe verdadera, en 1493, el Papa Alejandro VI reconoce mediante la bula «Inter Caetera» la propiedad de la recién descubierta «terra nullis» (tierra de nadie) a los Reyes Católicos, a condición de que evangelicen a los nuevos súbditos.
A los Conquistadores se les dibuja por parte de los detractores, como unos personajes crueles, bestiales y codiciosos, cuyas acciones solo buscaban su propio enriquecimiento, y efectivamente hubo casos como el Conquistador López de Aguirre, pero no fue ni mucho menos la generalidad. En realidad, para entender el perfil del conquistador hay que entrar en la mentalidad de la España de la Reconquista, que había luchado durante siglos contra el infiel y culminado con los RRCC en la toma de Granada. Por lo tanto el perfil del Conquistador es el de un hombre duro, fiel a sus Reyes, con espíritu aventurero  y una fe rocosa que le confería un valor heroico y un desprecio de la propia vida, que estaban dispuestos a perderla luchando en nombre de Cristo y por la evangelización de otros pueblos.
La prueba más concluyente del trato dado a los indígenas y del verdadero propósito de la Corona Española desde los Reyes Católicos a su biznieto Felipe II, está en los documentos y legislación de la época, ya que los casos particulares únicamente representan a quien los cometen, mientras que las leyes representan la voluntad de quien dirige y gobierna. Como todo el mundo sabe el principal motivo del viaje de Cristóbal Colon fue encontrar una ruta más corta hacia las Indias para el comercio de las especias. Pero una vez descubierto el Nuevo Mundo, los RRCC, redactaron muchas directrices sobre su voluntad respecto de los indígenas, y en donde se pretendía su evangelización, un trato respetuoso y que se les considerara súbditos de la corona al mismo nivel que el resto de españoles. Un ejemplo muy claro es el testamento que la Reina Isabel la Católica dirigió a sus súbditos, decía: «Y no consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, más manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien». Se trata sin duda de un deseo que choca con la imagen cruel que la Leyenda Negra ha propagado del Imperio español por todo el mundo.
Una vez fallecida la Reina, Fernando el Católico quiso legislar sobre las nuevas tierras, y lo hizo con “Las Leyes de Burgos” (1512-1513), que trataban de conciliar el derecho de conquistar América con la prevención de los abusos mediante, entre otras cosas, la creación de la encomienda, en la que ciertos españoles se les concedían indígenas para su protección y evangelización. Las Leyes de Burgos son los primeros instrumentos legales creados para la protección de los habitantes de territorios colonizados, y precursores del derecho internacional, adelantamos varios Siglos al resto del mundo. No obstante la figura jurídica del encomendero no resultó de la forma esperada, ya que algunos colonos en América transformaron dichas encomiendas en instrumentos encubiertos de esclavitud de indígenas.
Dichos abusos fueron denunciados entre otros por Fray Bartolomé de Las Casas y fruto de estas denuncias Carlos I, para blindar los derechos de los indígenas dictó “Las Leyes Nuevas ” (originalmente Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por su Majestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los Indios) son un conjunto legislativo promulgado el 20 de noviembre de 1542 que pretende mejorar las condiciones de los indígenas de la América española, fundamentalmente a través de la revisión del sistema de la encomienda y brindando una serie de derechos a los indígenas para que vivan en una condición mejor y que reafirman que el indígena es un hombre libre. También Carlos I convocó la Junta de Valladolid donde se libró el debate que tuvo lugar en 1550 y 1551  entre los defensores de la humanidad de los indígenas y sus detractores: la primera, representada por Bartolomé de las Casas, considerado hoy pionero de la lucha por los derechos humanos; y la segunda, por Juan Ginés de Sepúlveda, que defendía el derecho y la conveniencia del dominio de los españoles sobre los indígenas, dando el Rey Carlos I la razón al primero. Por todo lo dicho es difícil de creer lo del genocidio indígena, porque es imposible cometerlo con unas leyes que los protegen.
Tampoco es posible cometer un genocidio con la cantidad de españoles que formaban las expediciones, entre 400 y 500 españoles conquistaron el imperio Azteca de millones de indígenas. Pizarro con una cantidad similar conquistó el imperio Inca. Todo ello no hubiera sido posible sin la diplomacia y las alianzas con los indígenas, no con el exterminio de millones de ellos, que encima es imposible.
Tanto Cortés como Pizarro respetaron a la nobleza indígena, dejaron que lideraran a los suyos, más que conquistadores se comportaron como libertadores, construyeron ciudades, les protegieron y se casaron con sus mujeres al igual que otros conquistadores como Ponce de León y Alvarado. La hija de Pizarro fue la primera noble mestiza que llegó a España, Francisca Pizarro Yupanqui, algo único en la historia universal.
A cambio en los años que España gobernó los Virreynatos de America se dejó una cultura avanzada con ciudades, catedrales, bibliotecas, universidades (…) Una Religión mucho más humana de la que tenían y económicamente más prosperas. En cambio en la cultura indígena no solo se practicaban sacrificios humanos, sino también el canibalismo. De hecho, cuando cogían a un prisionero lo sacrificaban y le devolvían el cuerpo a la familia del que lo había capturado para que se lo comiera. Sacrificaban y se comían a unas 250.000 personas al año. En Tzitzén Itza, una de las siete maravillas del mundo, te explican cómo tomaban a niños de 3 a 11 años y los lanzaban por el cenote sagrado para que lloviera o hubiera buenas cosechas. Verdaderas aberraciones en auténticos parques de atracciones del horror y la sangre.
Otro dato que demuestra la falsedad del genocidio es que en México, por ejemplo, un 60 por ciento de la población es mestiza, un 30 por ciento es indígena y un 10 por ciento blanca, en cambio en los EE UU, no hay mestizos y los indios están metidos en reservas.
En cuanto a la mal llamada explotación de los recursos americanos, España extrajo menos de 200.000 kilos de Oro, en todo el periodo que duró el imperio, mientras que actualmente sólo Perú extrae 173.000 kilos de oro al año. El 80% de ese oro se dedicó a la construcción de edificios públicos como Catedrales, Bibliotecas, Universidades…. Y sólo el 20% se llevó a España
Por último y como curiosidad, el único lugar del continente americano donde no se encuentran indígenas es en el Sur y es que mientras que los españoles protegieron a los indígenas, tras la Independencia, los mal llamados Libertadores, en la campaña denominada Conquista del Desierto entre 1878 y 1885, conquistaron grandes extensiones de territorio que se encontraban en poder de las tribus mapuche, ranquel y tehuelche exterminándolos,  y es curioso que justo el populismo argentino es uno de los más beligerantes contra la hispanidad. Simple y llanamente ignorancia.
Por todo ello, orgulloso de nuestro pasado y de nuestra españolidad no dudes en celebrar el día de la hispanidad colgando una bandera española de tu balcón.
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Vista Alegre vs La Comedia… Abascal vs José Antonio

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por Josele Sánchez
Ayer se producía en la Plaza de Toros de Vista Alegre la gran puesta de largo de VOX, ese engendro ultraderechista, es decir, ultraliberal que encarna un Santiago Abascal que jamás ha pegado palo al agua y que, como el resto de políticos parásitos del sistema, desde los 18 años vive de los grandes emolumentos conseguidos por pertenecer a un partido político.

Las gradas, medio llenas, ovacionaban emocionadas las palabras demagogas de los intervinientes. ¡Qué fácil resulta hablar de la patria cuando se cobran 6.000 euros limpios al mes!; qué lustroso suena apelar a la unidad de España cuando te importa un carajo que más del 60 % de la población española viva con salarios de miseria.
El 29 de octubre de 1.933 se producía, también, la primera aparición en escena de un político precoz que con sólo 29 años, y teniéndolo todo, lo abandonaba para entregarse al servicio de su patria: José Antonio Primo de Rivera.
Al margen de que comparar intelectualmente a José Antonio Primo de Rivera con Santiago Abascal viene a ser como comparar al mismísimo Dios con un yihadista musulmán, nada que ver entre los ambientes respirados en un acto y otro.
Ayer miles de buenos españoles acudían a la llamada de quien se ha hecho pasar por el regenerador de la patria, de quien se “ha vendido” como el mesías de la unidad nacional y de la lucha contra la corrupción; él y su partido, VOX, nacido de la propia corrupción, amamantado en las tetas de la nada corrupta Esperanza Aguirre y el más casposo Partido Popular y financiado por el Estado de Israel –como demostraremos en La Tribuna de España-. Y es que no resulta nada complicado, tal y como están los tiempos, que los falsos mesías embriaguen con sus deliciosos aromas al buen pueblo español que anhela patria, pan y justicia, lo mismo que anhelaba hace 85 años en ese primer acto político de José Antonio Primo de Rivera en el Teatro de La Comedia.
Abascal ya lo tenía todo; su padre –imputado en el caso Gürtel- y que reconoció haber cobrado dinerito en negro, de esos que entregaba en sobres el PP- ya metió de adolescente al chico en este buen negocio de vivir de la política. Por el contrario, José Antonio, hijo del que había sido dictador en España, renunció a su Marquesado de Estella y a su clase social de señorito porque entendió España de abajo hacia arriba, porque de verdad anheló una España ancha y justa para todos.­
Ayer en Vista Alegre escuchamos todos los viejos tópicos, los catalanes son malos, los socialistas peores, la solución está en la Constitución y hasta emocionados ¡Viva El Rey! Por su parte, el primer acto político de José Antonio en el Teatro de la Comedia supuso la mayor crítica hacia la institución monárquica que –como hoy- se había aprovechado de los españoles hasta llevarlos a la más absoluta de las ruinas, rompía moldes ideológicos, hacía una crítica feroz al liberalismo, entendía el nacimiento del marxismo y proponía superar todas las diferencias de partidos políticos y de clases sociales creando una nueva España –no un marco constitucional- una España del trabajo y del deber, una España del pan y de la justicia, una España grande sobre todo para aquellos que nada tenían (y que nada siguen teniendo).
España está al límite de su destrucción moral, económica, política y territorial y esto no lo van a solucionar los viejos políticos de siempre, por mucho que se presenten con nuevas formas. España precisa de una revolución de arriba hasta abajo, de una transformación profunda y radical de todas sus estructuras, desde la propia inútil, ladrona y putera Jefatura del Estado, hasta la última concejalía del pueblo más pequeño. España necesita cambiar su modelo productivo, replantearse su modelo económico, establecer otro sistema más justo de repartición de la plusvalía, recuperar su soberanía política y económica ¿Va a traer esto VOX?
Por favor, no nos tomen el pelo.
Queremos patria, queremos pan y queremos justicia y jamás la derecha (ni la ultraderecha) tuvo la menor noción de lo que de verdad significan estos términos.
Nosotros sabemos –yo sé- que antes o después en España llegará el momento de la verdad, el de decidir entre seguir juntos o suicidarnos como nación, el de apostar por mantener a toda esta corte de vividores de la política (los de VOX incluidos) o parir un nuevo sistema político donde el objetivo sea, simplemente, que los hombres sean más felices en una sociedad más justa, algo tan utópico como lo que pregonaba Jesucristo.
Abascal habla de votos: José Antonio hablaba de poesía. Ocurre que cuando el dedo del sabio señala la luna, el idiota mira el dedo…
Desde luego, mal lo tiene España si han de ser estos corruptos de VOX (que han perdido el sueldo público y aspiran a recuperarlo) los que nos saquen de pobres.
Decía José Antonio en el acto de La Comedia el 29 de octubre de 1.933:
Yo creo que está alzada la bandera. Ahora, vamos a defenderla, alegremente, poéticamente. Porque hay algunos que frente a la marcha de la revolución, creen que para aunar voluntades conviene ofrecer las soluciones más tibias; creen que se debe ocultar en la propaganda todo lo que pueda despertar una emoción o señalar una actitud enérgica y extrema. ¡Qué equivocación! A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡ay del que no sepa levantar frente a la poesía que destruye, la poesía que promete!”
En La Tribuna de España apostamos por la poesía, por la poesía que promete.