LA
DEUDA MACRI: EL COSTO DE ENMASCARAR UN NUEVO DEFAULT
Por Héctor
GIULIANO (12.10.2018)
La política del presidente Macri de
gobernar con deuda ha llevado a una nueva situación de default del Estado
Argentino, un impago que la administración macrista trata desesperadamente de no blanquear porque sería el
reconocimiento de un triple fracaso propio, un fracaso no heredado sino
producto de su gestión:
- El fracaso por la irracionalidad financiera de haber sobre-endeudado aceleradamente y en gran escala al país sin capacidad alguna de repago, ni de capital ni de intereses; con intereses que aumentan más que proporcionalmente en relación al aumento del principal y a tasas récord locales y del mundo.
- El fracaso por la culpabilidad de haber aumentado la bola de nieve de la deuda cuasi-fiscal de Lebac en forma paralela al aumento de la deuda del tesoro y bajo condicio-nes igualmente inmanejables.
- El fracaso por haber llevado al estrangulamiento del perfil de los vencimientos de la deuda, tanto del Banco Central como de la Tesorería, producto de la toma sistemática de obligaciones a plazos cada vez más cortos, resultado lógico de su total dependen-cia financiera.
Este esfuerzo desesperado del gobierno
Macri busca diferir un inexorable nuevo mega-canje (total o en cuotas) dentro
del sistema de deuda perpetua que rige sobre nuestro país un sistema donde las
crisis periódicas de deuda son parte de los ciclos de la deuda, tra-tando para
ello de ganar tiempo merced al sostenimiento con un préstamo stand-by ampliado
del Fondo Monetario Internacional, que le permita una artificial sobrevida
finan-ciera y política para poder completar su mandato en el 2019.
DESARME
DE LA DEUDA POR LEBAC
Originariamente la idea de las autoridades
era ir reemplazando gradualmente la deuda de Lebac (que están en pesos) por
deuda en letras de la tesorería nacional (LETE), que en su mayoría se toman en
dólares y/o indexadas por tipo de cambio.
Esta dolarización directa o indirecta (que
se sigue dando con gran parte de las obliga-ciones que vencen) constituye un
cambio particularmente gravoso desde el punto de vista financiero en un momento
en que la devaluación ha venido licuando las deudas en pesos y su traspaso a
nuevos compromisos en moneda extranjera deviene, por lógica, más caro y más
peligroso para el Estado.
En la actualidad, empero, el grueso de la
deuda de Lebac no es derivado a Letes sino a Leliq, que son Lebac a sólo siete
días y pagan tasas superiores de interés; siendo además que una parte relevante
de esas Lebac (la parte que no se renueva mensualmente) deriva en fondos
retirados de pesos que se cambian por dólares y salen del país.
Este mecanismo de canje de doble destino (Leliq
y Letes, sin contar con el pase a dóla-res) no sólo es costosísimo para el
Estado sino que deviene equívoco en su instrumentación.
La
lógica del denominado desarme de la bomba
de las Lebac no está formulada e imple-mentada en forma muy clara porque el
enorme stock de las letras del BCRA no se ha reducido sustancialmente todavía
sino que se ha subdividido e incluso agravado por mayores tasas y menores
plazos:
a)
El stock de los títulos
emitidos por el BCRA suma al 30.9 de este año (última infor-mación oficial
disponible) unos $ 800.000.000.000 (21.600 MD), integrados por dos grandes
rubros: LEBAC/NOBAC y LELIQ.[1]
b)
El saldo de Lebac es de $ 358.000.000.000
(10.000 MD) y paga una tasa del 60 %, lo que representa $ 222.000.000.000 en un
año: un promedio de $ 600,00.000 por día.
c)
El saldo de Leliq es de $
428.800.000.000 (11.500 MD) y rinden más del 70 % de interés
anual (hasta 73-74 %), que representan $ 300.000.000.000 anuales: un promedio
de $ 830.000.000 por día.
O sea, que la suma de intereses promedio
diarios por ambos títulos del BCRA implica el pago de más de $ 1.400.000.000 por día o $ 42.000.000.000 por mes (que en el
caso de las Leliq es más aún porque permiten la capitalización por anatocismo
por períodos semana-les). El Banco Central garantiza a sus acreedores un piso de tasa de
política monetaria del 60 % por lo menos
hasta diciembre del corriente año.
Este altísimo costo por pago de servicios
financieros de la deuda del Banco Central se suma a los intereses a pagar por
la deuda del gobierno central (que es la sola deuda pública a la que se alude tradicionalmente
(que en este año supera ya los u$s 350.000.000.000 y de-venga intereses a pagar
por más de $ 400.000.000.000 anuales (21.000 MD al tipo de cambio del
Presupuesto 2018 de 19.30 pesos por dólar), lo que da un promedio diario de más
de $ 1.100.000.000 por día.
Pero la realidad es hoy peor que la
prevista en el Presupuesto en curso porque ha habido una fortísima devaluación
de por medio y porque los títulos en pesos del Tesoro que se es-tán colocando
(Letes y/o Bonos) lo hacen a muy corto plazo (4 a 6 meses) y a tasas superio- res al 50 % anual en pesos, lo que eleva
mucho más aún el quantum de los
intereses a pagar. Esto quiere decir que en la actualidad la Argentina, sumando
Tesoro y Banco Central, esta-ría abonando más de $ 2.500.000.000 por día de
Intereses. Ningún país del mundo abona tasas de este nivel a los capitales
financieros que lucran con el endeudamiento fiscal y cuasi-fiscal del Estado.
EL
COSTO DEL NO-DEFAULT
A los fines de no blanquear la cesación de
pagos la administración Macri ha venido adop-tando toda una serie de medidas que
en lugar de aliviar la situación la vienen agravando:
a)
Dado el corte de las
renovaciones totales de la deuda por parte de los acreedores extranjeros del
Estado desde abril de este año el gobierno macrista pidió al FMI un apoyo de emergencia
para poder sustituir deuda externa privada por deuda con el organismo internacional
para no caer en default. Pero se trata de más deuda que no se destina sólo a
sustituir vencimientos de terceros privados sino también a sostener el tipo de
cambio y el pago de intereses adicionales del Banco Central y del Tesoro. Una
nueva deuda (con el FMI) que, por otra parte, nadie sabe cómo ni cuándo se
podrá cancelar.
b)
Esta situación se vio
precipitada fundamentalmente no por el lado de la Tesorería sino por el lado
del Banco Central, que bajo la conducción de Federico Sturzenegger llevó la
deuda-cuasi fiscal del Banco por Lebac (a mediados de Abril) a niveles incon-trolables
superiores a un billón y medio de pesos.
c)
En coordinación con los
grandes bancos y los fondos especulativos tenedores de las Lebac el Banco
Central fue renovando gradualmente el stock de estos títulos a plazos cada vez
más cortos y elevando las tasas de interés, con el agravante de realizar sus
colocaciones con curva de rendimientos invertida (tasas más altas a corto que a
más largo plazo).
d)
La deuda inmanejable de la bola de nieve o bomba de las Lebac por
parte de su administración fue el detonante de la nueva crisis de deuda que
llevó al presidente Macri a solicitar en forma sorpresiva la ayuda de
emergencia del FMI a los fines del salvataje
financiero del Banco Central y del auxilio de la Tesorería para cubrir el
monto creciente de los intereses a pagar por ambas vías y poder llegar al fin
de su mandato en el 2019.
e)
Para ello, el FMI (actuando
en forma muy discutible respecto de sus funciones estatu-tarias) le desembolsó
al gobierno Macri u$s 15.000.000.000 en Junio que (en 100 días de gestión
Caputo) entraron por una ventanilla del BCRA y salieron por la otra vendiéndose
para financiar la fuga de capitales.
f)
El Banco Central comenzó un
programa acelerado de reducción del stock de Lebac (por subastas de renovaciones
mensuales y por recompras en el mercado secunda-rio) a un costo financiero
altísimo y sustituyendo más de la mitad de las mismas por Leliq. Esto es, traspasando
deuda en Lebac con plazos a 30 días a deuda en Leliq a sólo 7 días de plazo y a
tasas de interés más caras (más del 70 % anual).
g)
El nuevo presidente del Banco
Central, Guido Sandleris, ha dejado en claro que el nanco elevará estas tasas
de interés todo lo que sea necesario para retener la mayor parte de los fondos
existentes y contener a la vez el pase de los pesos no renovados a la compra de
dólares.
h)
Ergo, el gobierno no está
eliminando el peso de la deuda por Lebac sino que lo está redistribuyendo entre
renovaciones de Lebac, pasaje de Lebac a Leliq y pases pasi-vos y cancelaciones
coordinadas con la colocación de Letes, que hoy pagan más del 50 % de interés
anual y tienen vencimientos entre 130 y 240 días.
i)
Las Leliq son letras de liquidez
a muy corto plazo (7 días) tomadas solamente por bancos y éstos pueden
utilizarlas para integrar el aumento de los encajes obligatorios que viene elevando
el Banco Central, con la merma consiguiente de la garantía oficial sobre los
depósitos inmovilizados, que pasan de este modo a estar en efectivo y también
en títulos.
j)
Paralelamente, el Banco
Central, siguiendo los dictados del nuevo Acuerdo con el FMI (cuyos términos
todavía se desconocen en detalle), ha establecido un nuevo régimen de tipo de
cambio variable o flotante por banda cambiaria, inhibiendo que el Banco Central
intervenga en el mercado dentro del rango de cotización $ 34-44 por dólar, lo
que deja al Gobierno expuesto a las variaciones diarias derivadas del
movimiento de los grandes operadores del Mercado del Dólar Mayorista.
k)
La combinación entre dólar
estabilizado con bandas cambiarias y altísimas tasas de interés locales renueva
y potencia así , una vez más, el negocio de bicicleta
financiera para fuertes capitales especulativos internacionales, que desde
Agosto pasado han reiniciado sus operaciones por cifras relevantes en la
Argentina.
Hasta aquí la síntesis de las nuevas
decisiones-clave del gobierno Macri frente a la nueva Crisis de Deuda que su
administración ha provocado.
CONSIDERACIONES
DE BASE
Estas medidas oficiales (en función de lo
acordado con el FMI y con el apoyo explícito del gobierno norteamericano ) son
totalmente favorables al accionar de los capitales golondrina (alentados por las
colocaciones de corto plazo de deudas del Banco Central y del Tesoro) y
configuran el cuadro inmediato de situación del que depende la administración
Macri para seguir ganando tiempo mientras la inflación reduce los salarios reales
de la población argentina, las altísimas tasas de interés provocan mayor
recesión en la economía física o real y las presiones oficiales tarifarias y tributarias
estrangulan la demanda agregada para lograr la gran ecuación buscada por las
autoridades: el ajuste fiscal para poder afrontar el costo creciente de los
Intereses de la deuda del estado.
Con el agravante que este mecanismo de
succión financiera se retro-alimenta porque las altas tasas de interés
estimulan el ingreso de más capitales
golondrina y estas divisas ayudan a sostener una estabilidad coyuntural del
dólar en función de reservas internacio-nales expuestas a una perfecta volatilidad
financiera basada (una vez más en la historia argentina) en el arbitraje
clásico entre tipos de cambio y tasas de interés.
Es el costo del enmascaramiento del
default producto del fracaso de la administración Macri y su desemboque en una
nueva crisis de deuda en sólo dos años de gestión.
Una crisis que el gobierno espera diferir
con la ayuda del FMI para no caer en un default formal y no tener que encarar
consecuentemente un nuevo mega canje de deuda en las postrimerías de su mandato
(como el que precipitó en su momento la caída del gobierno De la Rúa en 2001).
Una crisis de deuda cuyos efectos directos
Macri atenúa con el adelanto de los desem-bolsos de un préstamo del FMI por más
de u$s 50.000.000.000 que le servirán a
este gobierno para llegar a las elecciones del 2019 pero que deberá pagar el
nuevo gobierno electo el año que viene.
Tales son las consecuencias fácticas de
la nueva inserción de la Argentina en el
mundo proclamada e instrumentada por el gobierno de la alianza Cambiemos.
Lic.
Héctor L. GIULIANO
Buenos
Aires, 12.10.2018
Archivo:
GIULIANO ARTICULO 2018 10 12 NVO MC MACRI
[1]
Las Lebac son letras del BCRA a corto plazo - la gran mayoría están colocadas a
30 días - las Nobac son Notas del BCRA - a plazo mayor de un año pero hoy de
muy escaso monto – y las Leliq o Letras de Liquidez, instrumentadas hace poco
tiempo, son Lebac a sólo 7 días de plazo, como los Pases Pasivos