jueves, 08 de noviembre de 2018
El sinónimo entre gremialismo y delincuencia debe acabar

El viernes pasado una horda sindical paró las operaciones del
aeropuerto Jorge Newbery bajo la máscara de una “asamblea gremial”, con
lo cual disimulan una huelga que podría verse interrumpida de inmediato
por la intervención del ministerio de trabajo.
Unas tres mil personas quedaron en tierra y unos 40 vuelos tuvieron que ser cancelados o reprogramados.
¿Hasta cuando la Justicia argentina va a permitir que estas conductas
continúen sin castigo? Los delincuentes sindicalistas se están riendo
de nosotros en la cara con la complicidad de los órganos del estado que
deberían poner las cosas en su lugar.
Es otro de los ejemplos que pone de manifiesto el triunfo gramsciano
en el país: se pueden hacer cosas que están mal porque las instituciones
encargadas de confirmar que esas cosas están mal aplicando sanciones,
no lo hacen; por lo tanto se ha instaurado en el país la tácita
mentalidad de que esas cosas están bien y de que quienes las hacen
tienen derecho a hacerlas.
Pues bien: no tienen ningún derecho. Están transgrediendo la ley y la
Constitución y para peor lo hacen con un ardid a todas luces burdo que
la Justicia, al quedar sin acción alguna, endosa.