Claudio Epelman Director Ejecutivo Del Congreso JudIo Latinoamericano
El terrorismo cumple con su objetivo cuando
paraliza, amedrenta y atenta contra el crecimiento de los pueblos, la
búsqueda de la verdad y la construcción de la identidad. El terrorismo
tiene éxito cuando infunde miedo y provoca silencio, indiferencia,
olvido. Cuando desalienta a mujeres y hombres a protestar, a exigir
justicia, a encontrar a los culpables.
El 18 de julio de 1994,
una camioneta cargada con 300 kilos de explosivos fue detonada contra
la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina, cobrándose la vida
de 85 personas y dejando más de 300 heridos. El edificio destruido era sencillo, y albergaba la esencia judía de la ayuda mutua y de la preocupación por el otro. Cuerpos desparramados, gente ensangrentada en shock, vidrios rotos, paredes rajadas, toneladas de escombros, todo contribuyó a cambiar el paisaje y la memoria para siempre.
Cada
nuevo aniversario del horror trae consigo un nuevo acto de reclamo
sollozante encarnado por los familiares de esos afectos cuyas vidas
cambiaron repentinamente de dueño. Los sentimientos de desamparo y
frustración se repiten y la falta de justicia invade el discurso de los
oradores. Los atribulados gritos de “presente” estremecen los oídos con
un eco interminable replicado en centenares de gargantas trémulas. Y el
abandono florece con la triste fertilidad que garantiza la falta de
respuestas.
A dos décadas de aquel trágico día, seguimos sin saber si alguna vez habrá justicia. Si alguna vez aparecerán los culpables. Seguimos sin saber.
Pero seguimos con la misma tenacidad y perseverancia que ha caracterizado a nuestro pueblo a través de la historia.
Renovamos nuestro compromiso de continuar la lucha incansable contra el
terror y su maldad asesina, acompañamos a los familiares de las
víctimas y les expresamos nuestra solidaridad. Para que no tengamos más
discursos desgarradores, frente a la sensación de impotencia adueñándose
de nuestro ser. Para que el dolor sea sólo un mal recuerdo, para que
cambiemos menos respuestas por más Justicia.
José
Petrosino
Miente alevosamente el sionista éste.
Es FALSO que: "...una camioneta cargada con 300 kilos de explosivos fue detonada contra la AMIA...".
Está archi-probado a esta altura de que LA EXPLOSIÓN FUE INTERIOR y que “el coche-bomba” es una mentira total para orientar las sospechas hacia musulmanes y justificar LA FALSA ACUSACIÓN(sin la mínima prueba verificable), que Israel le impuso INSTANTÁNEAMENTE como hipótesis única a seguir a "nuestros" débiles "gobiernos", de que fue Irán, quien nos metió ese ominoso bombazo.
Para sostener esta falacia es que hemos tenido 20 años de encubrimientos y todo tipo de perversiones y por eso NO APARECE “EL CULPABLE”(verdadero), porque NO ES IRÁN.
La única “justicia” que pretenden los sionistas es acusar FALSAMENTE A IRÁN, pero esto no se sostiene porque las pruebas indican lo contrario, de ahí “la vergüenza nacional”(finado pingüi dixit) del engendro AMIA que ha continuado hasta hoy.
Es FALSO que: "...una camioneta cargada con 300 kilos de explosivos fue detonada contra la AMIA...".
Está archi-probado a esta altura de que LA EXPLOSIÓN FUE INTERIOR y que “el coche-bomba” es una mentira total para orientar las sospechas hacia musulmanes y justificar LA FALSA ACUSACIÓN(sin la mínima prueba verificable), que Israel le impuso INSTANTÁNEAMENTE como hipótesis única a seguir a "nuestros" débiles "gobiernos", de que fue Irán, quien nos metió ese ominoso bombazo.
Para sostener esta falacia es que hemos tenido 20 años de encubrimientos y todo tipo de perversiones y por eso NO APARECE “EL CULPABLE”(verdadero), porque NO ES IRÁN.
La única “justicia” que pretenden los sionistas es acusar FALSAMENTE A IRÁN, pero esto no se sostiene porque las pruebas indican lo contrario, de ahí “la vergüenza nacional”(finado pingüi dixit) del engendro AMIA que ha continuado hasta hoy.