domingo, 6 de julio de 2014

Entre la entelequia, la falacia y el fraude moral

Entre la entelequia, la falacia y el fraude moral

julio 5, 2014
Por
 PRESIONE A SU IZQUIERDA "MAS INFORMACION" PARA LEER EL ARTICULO

 
simbolos patrios de Argentina
“Hay que construir una sociedad que funcione para todos”, Mauricio Macri.
En la Cámara de diputados se votó la ley que impone como símbolo patrio -junto a la Bandera, el Escudo, la Escarapela y el Himno Nacional- al pañuelo de las madres de Plaza de Mayo.
Solo un “tonto de culo”, como llaman los españoles a aquel que es bobo sin remedio ni futuro, podía suponer que algo así no iba a pasar. Como no lo iban a hacer si en esta década se permitieron salir de sus covachas para dedicarse de lleno a la venganza que desde años venían imaginando, si no les tembló el pulso para cargarse la Constitución Nacional, si han convertido a la justicia en foros delirantes donde la acusación sin pruebas es la norma, donde se condena por simple sospecha y donde jueces prevaricadores o cobardes sentencian en función de sus intereses ideológicos o de sus miedos.
No, pensar que no se atreverían a encajarnos un símbolo “patrio” de esta naturaleza para seguir fogoneando la desunión de los argentinos era no conocerlos.
Pero no es en esos ubicuos alcahuetes de la lucha armada- simples alcahuetes nomás ya que la vista de una pistola les unta, seguramente, malamente los calzoncillos- donde está la gravedad de la acción perpetrada sino en sus secuaces. Ni siquiera es posible considerar como grave la payasada montada por los diputados de la Nación Argentina en un remedo ridículo, que seguramente desconocían, de la sesión del Reichstag del 15 de setiembre de 1935 donde los nazis, acompañados de otros sumisos diputados oficializaron la “Nationalflagge”- la bandera nacional- con la esvástica en el centro.
Tampoco reside la gravedad de esta acción en la consuetudinaria desorientación ideológica de radicales o en el izquierdismo pueril de otros diputados. Eso era cosa sabida, tan sabida como es conocido el hecho que les ha sido imposible dejar de tener un pie en el pasado y no saber dónde meter el otro.
No, acá lo grave es la actitud de once diputados de Unión-PRO. Esos que han batido el bombo diciéndonos que ellos son el futuro y que han venido para ser los enterradores de la “vieja política”, que dicen querer construir una sociedad para todos pero que han preferido, por mero cálculo político, cometer el desatino de entronizar a un sucio pañal- sucio por la sangre de los crímenes que los hijos cometieron pero sucio también porque en los últimos años ha sido el símbolo de estafas y exacciones- como símbolo patrio.
Jose Luis MiliaLo que votaron, sin fe ni vergüenza, es algo que, como símbolo faccioso, ensucia a los Símbolos Patrios, pero son estos mismos, los que han sido incapaces de interesarse en las condiciones miserables en que cientos de presos políticos viven, pues el miedo a ser  “incorrectos” en sus planteos, los paraliza.
La única manera de revivir la política es despreciando lo “políticamente correcto” y diciendo, sea como sea, la verdad. Pero esto tiene un inconveniente importante, exige poner cojones u ovarios sobre los pupitres de la cámara y los corderos nunca han sido capaces de algo así.