Homilía: «Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo» por el R.P. Alfonso Gálvez Morillas
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Título: Homilía: «Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo»
Autor: R.P. Alfonso Gálvez Morillas
Traducción: Homilía correspondiente a la Misa del domingo 29 de junio de 2014. Publicado aquí sin el permiso expreso del autor
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El culto de los santos apóstoles Pedro y
Pablo se remonta a los orígenes mismos de la Iglesia. Padres de ésta en
la fe, seguirán siendo por siempre sus protectores y sus guías. Roma les
debe su verdadera grandeza; es la dirección providencial de Dios la que
les ha guiado a ambos para hacer de la capital del imperio, santificada
con su martirio, el centro del mundo cristiano, desde el cual
irradiaría la predicación del evangelio.
San Pedro sufrió el martirio bajo Nerón,
el año 66 o 67. Fue enterrado en la colina del Vaticano, donde
excavaciones recientes han descubierto su tumba, en el lugar mismo de la
basílica edificada en su honor por Constantino. San Pablo fue
decapitado en la vía Ostiense, en el lugar en que se levanta la basílica
que lleva su nombre. En el transcurso de los siglos las muchedumbres
cristianas no han cesado de peregrinar a las tumbas de los dos grandes
apóstoles. Ya en el siglo II y III venían a las tumbas de los dos
grandes apóstoles, al contacto con la Iglesia romana, a comprobar su
apostolicidad, a comparar su doctrina infalible con la de las otras
iglesias y a honrar la memoria de san Pedro y san Pablo.
La misa del 29 de junio expresa la
confianza de la Iglesia en la intercesión de «aquellos por quienes
recibió las primicias de la fe» (oraciones). Pone particularmente de
relieve las prerrogativas de Pedro (evangelio), la protección especial
de Dios sobre su persona (introito, epístola) y saben muy bien todos los
cristianos, al cantar el «Tú es Petrus», que las prerrogativas del
príncipe de los apóstoles han pasado a los papas, sucesores de Pedro en
la Sede de Roma, como también están seguros de la particular providencia
de Dios, que hasta el fin del mundo continúa asistiendo al vicario de
Cristo en sus funciones de jefe de la Iglesia. [Tomado del Misal Diario latín-español]
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«Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo»