lunes, 19 de enero de 2015

NISMAN: UNA MUERTE ANUNCIADA

NISMAN: UNA MUERTE ANUNCIADA
 
El doctor Natalio Alberto Nisman tenía 51 años. Era fiscal en la investigación del atentado a la AMIA ocurrido en 1994 y donde murieron 85 personas.
Estaba separado de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado con quien tuvo dos hijos, actualmente al frente de un juzgado federal en San Isidro. 
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Nisman era muy conocido como fiscal en los tribunales de Morón. En mayo del 2008 había pedido la detención del ex presidente Carlos Menen y del ex juez de la causa José Galeano, lo que le permitió ser bien visto por Néstor Kirchner quien lo nombro en la fiscalía especial en la que se desempeñaba.
Cuando Esteban Righi dejó la Procuración General de la Nación, su nombre circuló para reemplazarlo. El kirchnerismo había optado por Daniel Reposo, pero su curriculum se cayó y apareció en su lugar Alejandra Gils Carbo.
Con vinculaciones con la Mossad, la CIA y con el jefe de inteligencia Antonio Stiusso, conocido como Jaime y que perdió la pulseada en la interna de Inteligencia con Pocino.
Su muerte se transformó en la noticia nacional e internacional del día. Sea suicidio, suicidio inducido o crimen, el hecho tiene dos lecturas. Una, la que hace el común de la población y los medios opositores, de atribuírselo al Estado.
La otra, a la Inteligencia externa.
Uno imagina lo ocurrido para evitar el escándalo donde el fiscal apuntaba a Cristina Fernández, al canciller Timerman, al jefe de la Campora, Larroque, y en grados diferentes al jefe de Quebracho Espeche y al dirigente piquetero oficialista D’Elia.
La otra, con participación extranjera, para romper el eje Buenos Aires- Teheran, que tiene terminales en Caracas y en Sucre.
En todo caso, en esta última se apunta la inteligencia israelí.
Son dos versiones. Lo concreto es una muerte, la del fiscal.
Mientras el hoy senador Carlos Saul Menen confiesa un crimen de Estado por la muerte de su hijo cuando era presidente, donde la mayoría se olvidó cuando Gustavo Beliz mostró por televisión la foto de Stiusso, violando la ley de Seguridad Nacional pese a ser ministro del Interior, y acusándolo de operar en su contra, o Tiempo Argentino que llamativamente fue el único que publicó la noticia impresa de la muerte del fiscal, siendo acusado varias veces por otros medios de recibir información y aportes de la Secretaria de Inteligencia.
O en donde el general Milani desarrolló un aparato de inteligencia interior prohibido por la ley. O mientras se robaron un misil de un cuartel de La Plata. O donde en plena democracia volaron una fábrica en Córdoba para tapar un contrabando de armas. O cuando en época de Alfonsín miembros de su gobierno activaron el Movimiento Todos por la Patria en La Tablada. O cuando en época de De la Rua los blindados llegaban a Ezeiza llevándose las reservas del pueblo argentino al exterior. O cuando Duhalde debió apurar su salida después de Kosteki y Santillán. O cuando la policía de Scioli mató en un operativo poco creible a un agente de inteligencia apodado El Lauchón, infiltrado en el narcotráfico.
Cuando siempre se habla de AMIA y casi nunca de la embajada, cuando de la pista siria pasamos a la pista iraní, y según Nisman estaba todo preparado para echarle la culpa a los carapintadas, cuando todo esto pasa en la Argentina en democracia sin contar los episodios de la dictadura, todo lo que usted quiera imaginar tiene derecho a hacerlo.
Ahora Fernando Pocino deberá estar atento con su agente misionero al que Nisman tenía detectado como enlace entre la Presidenta y la Secretaría.
El director de Reunión Interior es muy amigo de Cesar Milani quien últimamente recibió tecnología de avanzada de países extranjeros.
Sería importante que todo lo pongan al servicio de averiguar qué pasó con el fiscal en el piso 13 de la torre 2 de Le Parc en Puerto Madero.
Natalio Alberto Nisman le aseguró a varios interlocutores que en la investigación le iba la vida. Así fue.
La seguimos a partir del 2 de marzo por la radio. Belgrano AM 650. De lunes a viernes de 6 a 9.