"Está
implicado el hijo del gobernador, el senador y el del COPNAF”, denunció
la madre de la menor rescatada de manos de Gustavo Alfonso, al brindar
su testimonio ante Martha Pelloni, durante el Congreso sobre Trata en
Concordia. La actuación del Fiscal Mautone, en la mira.
Tras
un sostenido aplauso, Martha Pelloni (foto) expresó su gratitud a
Cristina Escobar: "Gracias por su valentía, gracias por tu lucha,
gracias a que sos mujer y podés hablar y luchar", le dijo.
PARANÁ
(U24 Entre Ríos). Una noticia que publica hoy en su portada
Elentrerios.com, sacude el tablero político de la provincia, ya que la
madre de la joven que fuera rescatada de manos de Gustavo Alfonso
denunció durante el desarrollo del Congreso sobre Trata que se realiza
en Concordia, al exponer delante de la monja Martha Pelloni.
PRESIONE "MAS INFORMACION" A SU IZQUIERDA PARA LEER ARTICULO
Según
la publicación se vivieron momentos de extrema tensión en el colmado
salón de actos de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), en
Concordia, durante la realización del "Congreso Binacional de
Sensibilización y Fortalecimiento Institucional frente a la Trata,
Tráfico, Violencia de Género, Abuso, Explotación Sexual de niños/as y
adolescentes".
Sobre
el mediodía, luego de explicar las características del grave problema
social de la trata de personas, la religiosa Martha Pelloni invitó a
pasar al escenario a una mamá, que había solicitado contar la
experiencia vivida con su hija, a quien pudo rescatar de manos del
locutor Gustavo Alfonso, hoy en prisión preventiva, a la espera del
juicio.
Si
bien el caso es conocido, ya que Cristina Escobar lo denunció en su
momento en los medios, el descarnado relato, esta vez de cara al
público, resultó conmovedor. En varios momentos, la voz se le quebró.
Ante
la escucha atenta de los asistentes al Congreso y, en especial, de
Martha Pelloni, esta madre no se calló nada, e insistió que en el caso
de trata que la tiene como víctima a su hija Sofía "están implicados el
hijo del gobernador, el Senador y el jefe del Copnaf".
Reveló
también que el Fiscal Mario Mautone intentó convencerla de que no
siguiera adelante con la denuncia, apelando a frases como estas: "Su
hija nombra a personas muy poderosas acá en Concordia, está el hijo del
gobernador, el Senador y el jefe del Copnaf donde ella está internada".
"¿No se da cuenta contra quiénes está queriendo luchar?". "Señora, desde
ya le digo que esto no se va a encaminar". "Aparte, su hija tiene 16
años, esto no es nada creíble" y "Está el efecto de las drogas".
Si
bien la madre no dio nombres, todos en Concordia saben muy bien a
quienes se estaba refiriendo y por eso por estas horas la novedad ya va
tomando ribetes de escándalo.
La desgrabación completa del testimonio
Yo soy Cristina Escobar, mamá de Sofía.
Mi
hija salía a bailar al boliche los fines de semana. Por la rebeldía
propia de la edad, se quedaba en casa de las amigas y el domingo a las 6
de la mañana, si veía que ella no regresaba, empezaba a averiguar dónde
estaba y la encontraba en casa de las amigas.
Ese
fin de semana no aparece. El domingo a la mañana entro en el face,
investigo con las compañeras de ella y veo que nadie sabía dónde estaba.
Empiezo a averiguar, averiguar, y me dicen que no sabían.
Pero
ella me había comentado que yendo al boliche había conocido a un señor,
de apellido Alfonso, cuyo sobrenombre es "Pelado", y que le habían
ofrecido para ser promotora del boliche, para vender anticipadas.
Entonces yo le digo 'Sofi, tené cuidado, porque yo no quiero que
trabajes en eso', porque ella tiene un bebé de un año y seis meses que
ahora está a cargo mío. Tenemos necesidades. Yo estoy separada. Pero le
digo 'Sofi, ya vamos a tener para el bebé, la leche, el pañal'. 'Y sí
mamá, pero yo te quiero ayudar con el bebé, con la ropa', me contesta.
'Pero yo no quiero que te metas en eso', le insisto.
Pasó.
Yo empiezo a investigar, investigar, y me decían que no me meta a
buscar a mi hija porque estaba en un lugar muy pesado. Yo les decía que a
mí no me interesaba dónde esté, que tenía que rescatarla. Pasó una
semana y yo me desesperaba. De noche no podía dormir.
Investigo,
investigo, hasta que llega una persona y me dice 'yo sé que vos estás
buscando a tu hija. Es muy feo adonde vos te vas a meter. ¿Vos estás
dispuesta?'. 'Es mi hija, yo necesito buscarla', le dije. '¿A dónde te
puedo ubicar?', me pregunta. Le digo 'en mi trabajo (soy ordenanza en
una escuela), en la parada de colectivo donde lo tomo todos los días, o
en mi casa'. '¿Dónde tomás el colectivo?', pregunta. 'En tal y tal
lugar', le dije.
Yo
pensé que nunca más sabría de esta persona. Pasan dos días, tres días,
tomo el colectivo y viene una persona y me dice '¿Vos sos Cristina
Escobar? Tengo los datos para tu hija. Pero ya movete. Te quedan dos
días. A tu hija te la matan o te la venden'. Cuando me dijo así, yo era
capaz de subir al colectivo y manejarlo yo, por la desesperación de
llegar a mi casa, a avisarle a mi ex marido.
Lo
llamo a mi hermano mayor que es remisero y le pido por favor que venga a
buscarme, que yo necesitaba ir a la Comisaría del Menor. Mientras
íbamos, le explicaba todo. 'Esperá, no te vas a ir sola', me dice mi
hermano. 'Yo me juego sola, como mamá', le contesto. Pero yo pensaba que
no sabía en qué situación la iba a encontrar y que tal vez me mataban a
mi hermano, a mi hija.
Llego
a la Comisaría del Menor y les digo 'vengo a rescatar mi hija que está
en la trata de personas, pero necesito por favor que me acompañen,
porque sola no voy a ir'. 'Señora, ¿usted sabe dónde está?', me pregunta
el policía. 'Yo lo único que sé, le explico, es que al tomar el
colectivo, una persona se me arrimó y me dijo que mi hija está en tal y
tal calle. ¿Ustedes me podrán acompañar?'. Me contesta que sí, que tenía
que hacer una denuncia. Yo le pregunto qué pasaría si íbamos a buscarla
y no me la querían dar. Le pido que me explique a dónde tenía que
dirigirme. 'Espere que voy a averiguar', me dice. Va y llama a un juez
de guardia y me cuenta que ese juez le había dicho que fuéramos a
buscarla y, si no me daban mi hija, él mandaría una orden de
allanamiento.
Subimos
al patrullero y nos vamos. Le digo que yo lo único que sabía es que mi
hija estaba en Tavella al fondo, que había que doblar y en la otra
curva, que viene a ser la de Gilardoni -me había dicho ese hombre-,
íbamos a ver la Hostería San Gabriel. A 100 metros hay unos
departamentos y que allí tenían a mi hija.
Llegamos
ahí y era tal cual como me lo había dicho la persona esa. Había un Bora
blanco y una motocross roja. Yo les digo al oficial y a la mujer
policía que iban conmigo, que no quería bajar del auto. 'Porque yo no sé
qué actitud puede tomar este hombre hacia mí', les digo. '¿Me puedo
quedar acá detrás de los vidrios polarizados para que él no me
conozca?'. 'Sí señora, tiene razón, quédese por seguridad'.
Toca
el portero eléctrico el policía, sale el hombre. Cuando lo veo -porque
el instinto de madre es algo inexplicable- a mí me pegó en el pecho
algo, yo lo vi como un monstruo. El oficial le dice que estaba buscando a
una menor, Sofía Siandra. 'Sí, está aquí', contesta. Yo pensé 'gracias a
Dios que mi hija está viva'. Vuelve, cierra la puerta, no tardó ni dos
segundos, abre la puerta, sale él y ella venía detrás de él. Cuando veo a
mi hija, la veo teñida, el semblante totalmente horrible, las ojeras
todas negras, así (señala alrededor de sus ojos), de un tono marrón
oscuro, por efecto de las drogas. Con un pantaloncito. Tenía, de la
ingle hasta la rodilla, todo negro, un hematoma. Tengo fotos. Era un
hematoma negro, negro, bien como un huevo, con algo redondo, amarillo.
El
oficial le pregunta por qué tenía a una menor. 'Es mi empleada
doméstica y yo le pago 100 pesos por día', le dice. Mi hija gira y lo
mira a él como reprochándole 'qué estás diciendo'. Me doy cuenta que él
estaba mintiendo. El oficial le dice que firme la notificación de que la
menor estaba ahí. Firma y mi hija sube al auto. No sabía que yo estaba
en el auto. Mi hija me mira, yo la miro, no le dije ni hola, nada,
porque a mí me pareció que era lo correcto, porque uno no sabe cómo debe
tratar a una persona en un momento así, si me quería como madre o no me
quería. Por eso preferí el silencio.
Nos
vamos hasta la comisaría del menor. Para eso ya estaba esperando una
psicóloga de la comisaría y le dice 'Sofía, ¿qué te pasó?'. Entonces
ella se larga a llorar, con un llanto desgarrador, que yo no les puedo
explicar. Se larga a llorar, a llorar, a llorar, y no podía hablar.
Entonces me corro y le digo 'Sofi, acá está mamá. Por favor, contanos
todo lo que te pasó. Mamá está acá, te va a ayudar, te va a cuidar y
nadie te va a hacer más nada'. Entonces se larga a llorar sobre mí y
dice 'me tenía encerrada, secuestrada, me drogaba y me pegaba'. Empieza a
hablar, a contar. Le levantamos la remera y en toda una parte tenía
hematomas, la parte de la cola, más el hematoma de la pierna, que fue
producto de un día en que ella se quiso escapar y que el hombre este la
atropella con la motocross, a ella y a otra chica.
La
llevan al hospital a control médico y la revisan. Eran las 2 de la
tarde cuando yo voy a rescatarla. A las 5 vuelve ella del hospital,
donde supuestamente le habían hecho toda la revisación. Ahí ya estaba la
psicóloga del Copnaf. Vienen dos psicólogas y la entrevistan a ella en
privado. Vuelven y me dicen 'su hija acaba de contar cosas, ¿usted
sabe?'. Les contesto que yo había ido a rescatar a mi hija, la atendimos
y de ahí la llevaron al hospital, recién vuelve y ustedes le toman
declaración. Yo no sé nada qué pasó. Me acerco y le digo 'Sofi, ¿qué
pasó?'. Y me dice 'Mamá, pasó esto y esto y esto y esto', y yo dije
'¡por favor!'.
'Ahora
ella tiene amenaza de muerte, ella, usted y el bebé', me dicen las
psicólogas. Entonces yo les pregunto qué podía hacer. Me contestan que
llevarían a Sofía al Copnaf por seguridad, 'porque usted no la puede
llevar a su casa'. 'No -les digo-, yo la quiero en mi casa'. Me explican
que debía dejarla en el Copnaf porque ella es menor y corría riesgo su
vida.
Ella
se va al Copnaf y yo llamo a mi hermano y le digo 'esto no va a quedar
así'. Me dicen en la policía 'usted tiene que firmar la denuncia, porque
si no queda como cómplice'. '¿Cómplice de qué -le digo-, si yo fui a
rescatar a mi hija, si yo no sé nada de lo que está pasando acá'. Firmo
todo y después me dirijo al fiscal de turno. 'Vaya al fiscal -me dicen- y
cuéntele todo lo que hizo y lo que su hija acaba de contar'.
Me
voy a fiscalía, se hizo las 10 de la noche. El policía de guardia no me
quería dejar pasar. Me dice que no estaba el fiscal y yo le digo que
cómo no va haber uno, que debía ser igual que en el hospital donde hay
médico de guardia. En eso bajaba el fiscal, que le habían avisado que yo
iba, y le dice al policía que me dejara pasar.
El
fiscal me escucha. Me dice 'venga mañana a las 8 de la mañana que el
fiscal Mautone, que está de guardia, la va a escuchar'. Yo esa noche no
dormí. No puedo explicar los nervios, el cansancio. Un montón de cosas
que se te juntan. Me desperté temprano y a las 8 estuve al otro día. El
fiscal no me puede atender porque justo ese día ocurre un homicidio y
estaba muy ocupado. Me dicen que vuelva una hora más tarde.
Les
dije que a las 12,30 iba a ir. Pero yo ahí pensé que estaban preparando
algo. Me voy a casa de mi mamá, me tomo un té, me voy a ver a mi hija
al Copnaf y me dicen que no estaba ahí. '¿Pero cómo la llevaron si es
menor de edad y no la pueden mover sin mi autorización?', les digo. La
llevaron a hacer una cámara Gesell, me dicen. Pregunté qué era eso y me
dicen que ella contaría todo ante dos o tres psicólogos.
Me
quedo en el Copnaf esperando y aparece mi hija que me cuenta que le
habían hecho la Cámara Gesell. 'Yo conté todo mami, conté todo, todo.
Vos no sabés nada', me dice. Son las 12 y media y me voy. Antes le pido
que se cuide y que no hable más con nadie.
En
fiscalía me atiende el Doctor Mautone y me dice 'Buen día señora,
¿usted está segura lo que está por hacer?' '¿Por hacer qué? -le digo-.
Yo vengo acá a que me tome la declaración, porque vine anoche y no me la
tomaron, vine hoy a las 8 de la mañana y usted no me podía atender,
entonces vengo ahora para que sepa lo que le pasó a mi hija'.
El
fiscal me dice que le habían hecho la Cámara Gesell a las 10 de la
mañana y yo le digo que me acababa de enterar porque venía del Copnaf.
'¿Por qué le hizo eso sin autorización mía?', le pregunté. 'A nosotros
nos corresponde' me dice.
'Yo
estuve escuchando la Cámara Gesell, pero ella no sabe que la escuché',
me dice Mautone. Y agrega 'Su hija nombra a personas muy poderosas acá
en Concordia, está el hijo del gobernador, el Senador y el jefe del
Copnaf donde ella está internada'. Entonces yo le pregunto '¿Qué me
quiere decir con eso?' 'Señora, no se da cuenta, contra quiénes está
queriendo luchar', me dice. 'Yo no estoy queriendo luchar contra nadie',
le aclaro, y en segundo lugar yo quiero que este hombre pague por las
condiciones en que me entrega a mi hija, y si hay alguien culpable, la
justicia sabrá. Entonces me dice 'Pero señora, desde ya le digo que esto
no se va a encaminar'. '¡Pero cómo usted que es fiscal me viene a decir
eso!'. 'Aparte -me dice- su hija tiene 16 años, esto no es nada
creíble'. 'Pero fiscal, cómo Usted me va a decir una barbaridad, usted
me está diciendo que a mi hija nada se le cree'. 'Aparte está el efecto
de las drogas', agrega. 'Ajá -le contesto-, ¿por qué tiene el efecto de
las drogas?, ¿quién le proveyó esos 20 días, los golpes, las palizas, lo
que ella contó de las drogas, quién le dio eso?', le digo. Terminamos
casi discutiendo.
Salgo
de ahí y voy y hablo con mi madre y ella me recomienda que vaya a la
Federal y haga la denuncia porque quizá ahí me ayudarían más. Para eso
eran como las 2 de la tarde y me dirijo a la Federal. Cuando llego,
tardó una hora en venir la orden del Juzgado Federal de Concepción del
Uruguay. A mi hija la trasladan del Copnaf, porque tuve que estar yo
presente, al hospital, le hacen toda la revisación médica, la medicaron
contra todas las enfermedades venéreas, le dieron una medicación de 30 y
pico de días. Eso nos llevó hasta las 12 de la noche de ese día. Empezó
la investigación, y bueno, que está implicado el hijo del gobernador,
el Senador y el del Copnaf.
Al
segundo día yo tengo intimidaciones en la puerta de mi casa, de una
persona de mucho poder, que es de Federación, porque acá en esto están
implicados intendentes... porque yo les tengo que decir la verdad de lo
que yo escuché de mi hija, porque yo no estuve ahí. Yo sé que mi vida
está en riesgo continuamente. Me dicen que voy a terminar como el caso
Nisman. Yo no quiero eso, quiero luchar por lo que le hicieron a mi
hija... Esto es toda una red, gente de mucha plata, mucho poder, te
puedo nombrar Puerto Yeruá, La Criolla, un montón de lugares, la mayoría
son intendentes, hay mucha gente involucrada en esto. Está todo en la
causa, en el expediente está todo eso.
Los
autos llegan a la puerta de mi casa. Autos muy lujosos, con vidrios
bien polarizados, que usted no puede ver nada. Llegaban hasta el portón
de mi casa, bajaban los vidrios hasta la mitad, te intimidan y se van. Y
si no, una moto que a las dos o tres de la mañana va y viene hasta la
esquina de mi casa, va y viene.
Podría
seguir contando cosas que me he enterado y cada día me entero más. Pero
logré, gracias a Dios, que este hombre esté con prisión preventiva. Más
allá de que muchos dicen que está en libertad, no está en libertad.
Está en la parte penal de la Federal, acá en Concordia, y tiene prisión
preventiva hasta que salga el juicio. Y el juicio sale a fin de año.
¿Por qué? Por la campaña política.
Martha Pelloni: “En Concordia tienen una trata muy pesada”
Tras
un sostenido aplauso, Martha Pelloni expresó su gratitud a Cristina
Escobar: "Gracias por su valentía, gracias por tu lucha, gracias a que
sos mujer y podés hablar y luchar", le dijo.
Enseguida,
extrajo una primera conclusión: "Lamentablemente, tengo que decirles
-recién llegada aquí- que en Concordia ustedes tienen una trata muy
pesada, muy pesada. El colectivo tiene que empezar a funcionar ya mismo,
a partir de mañana. Es urgente. Porque esta pobre mujer sola, golpeando
puertas, es muy bravo. Además, hay que ser expeditivo. Esto no puede ir
un año de reclamo, de lucha, de patear puertas. Además, yo les aseguro,
les vuelvo a decir, que cuando las organizaciones pesan... Todo esto
tiene que salir a la luz".
|