La mayoría de los sacerdotes católicos alemanes apenas se confiesan y no rezan a diario
abr 23
Reproduzco aquí la noticia aparecida en el día de hoy en el portal Infocatolica, (blog de Juanjo Romero, aquí) sobre la situación de la Iglesia en Alemania. Alarmante y iluminadora a la vez para entender mejor la realidad.
Que no te la cuenten…
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Hace unos días que trato de buscar un enfoque positivo, del que soy incapaz, a lanoticia que me comentaba E.O.:
- el 54% de los sacerdotes alemanes se confiesa una o ninguna vez al año
- sólo el 58% de los sacerdotes rezan (oran, hacen oración) al menos una vez al día
Estos datos se desprenden del «análisis sobre el ministerio pastoral alemán» que publicó la Conferencia Episcopal de Alemania el pasado jueves 16 de abril. La base del estudio es una encuesta a 8.600 sacerdotes católicos y asistentes pastorales a tiempo completo («Pastoralreferentin»).
Quizá nos pueda ayudar a entender algunos motivos que expliquen por qué la Iglesia en Alemania es capaz de negar los sacramentos y la vida de la Iglesia a quien no pague impuestos para ellos, asimilando tal condición a la apostasía, y a la vez pretenden hacer la vista gorda con el adulterio amparándose en una peculiar concepción de la misericordia.
¿De verdad una persona no ‘necesita’ pedir perdón al Señor
frecuentemente? Permíteme que lo dude (aunque sólo sea por mi triste
experiencia). ¿Qué puede predicar, transmitir y administrar un sacerdote
que no lo vive?
Los datos son coherentes. El roce hace el cariño.
Rezar (hacer oración mental) es tratar con el Señor. Quien lo hace Le
quiere más. Lógico que quien no lo hace no vea la necesidad de estar más
pegado a Él. Probablemente en el fondo subyace un concepto distinto de
la misericordia divina, algo más inmanente, típico de la cultura
germana. Muy luterano. Como si la oración y los sacramentos fuesen algo
superfluo; importante, pero decorativo.
Pero tener estas claves no mitiga la preocupación por la grey a ellos encomendada.Desde luego debe ser acicate para rezar más por los sacerdotes. Egoístamente, también, nos jugamos mucho.
Me quedo con ese porcentaje de sacerdotes que lucha por querer más al Señor, como decía San Josemaría:
«Un secreto. —Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos».
Tú y yo, porque se nos da muy bien ‘echar balones fuera‘