¡QUE VIVA EL DOTOR!
Ya que el Gobierno Argentino ha reconocido a la F$$PX administrativamente canónicamente, veamos qué frutos se obtienen de las “concesiones” de la iglesia católica oficial, la conciliar, para con aquellos que solicitan esas prerrogativas y las agradecen. He aquí una reciente noticia que nos
llega desde los Estados Unidos, y que seguramente será aprobada
laudatoriamente por quienes promovieron el expediente 9028/2015 y por
aquellos que buscarán (cuando salga el próximo avión para la Ciudad
Eterna) esa preciada regularización que sólo Roma puede otorgar.
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Al final de cuentas, esta novedad sólo es posible y se genera a partir de aquella primera merced vaticana del siglo XXI llamada Summorum Pontificum,
tantas veces reclamada por los jerarcas tradicionales, que apetecían la
engañosa limosna de un “permiso” para celebrar la Misa Tridentina.
Veamos, pues, lo que nos llega desde Madison (Wisconsin):
PETICIÓN AL PAPA FRANCISCO: ¡Declare a San Juan Pablo II “Doctor de la Iglesia”!
Publicado el 12 de Abril de 2015 por el Padre Juan Zuhlsdorf.
Yo,
Padre Juan Zhulsdorf, efectúo por este medio una petición a nuestro
Santo Padre, Francisco, para que declare a San Juan Pablo II
Doctor de la Iglesia.
Solicito
que Juan Pablo II, quien instituyó la Fiesta de la Divina Misericordia,
sea declarado Doctor de la Iglesia en la Fiesta de la Divina
Misericordia de 2016, un año litúrgico a partir de hoy, y que sea
honrado con el título de
Doctor Misericordiae.
San Juan Pablo II debe ser un Doctor de la Iglesia, debido a la excelente calidad y la amplitud de su opus, que abarca filosofía, teología, poesía, e incluso drama.
El
Magisterio de San Juan Pablo II sirve, entre otras cosas, como un
comentario autorizado y comprehensivo sobre el Concilio Vaticano II.
Sus
numerosas encíclicas tocan casi todos los aspectos de la vida
humana. Consideremos su defensa de la vida, su defensa de la verdad de
la doctrina católica, sus esfuerzos hacia la liberación de millones de
la tiranía comunista, su corrección misericordiosa de teólogos errantes
para la protección de los fieles, su doctrina social y su defensa del
matrimonio y de la familia (por ejemplo, en la Encíclica Familiaris consortio).
Él publicó el Catecismo de la Iglesia Católica y revisó el Código de Derecho Canónico, tanto
para la Iglesia Latina como para las Orientales. Por encima de todo,
consideremos su defensa de la verdad de la fe a través de todo el cuerpo
de su enseñanza, en cuanto aplicable de manera adecuada a nuestros
tiempos, no sólo para los 26 años de su pontificado, sino para el siglo
XXI.
Decenas de millones, de hecho cientos de millones, ven a San Juan Pablo II como un punto firme de la verdad católica.
Por
otra parte, Francisco, quien canonizó a San Juan Pablo II, con este
gesto puede manifestar una relación especial, durante su pontificado,
con el Magisterio perdurable del santo.
Como Francisco mismo escribió en la bula de convocación del Año jubilar extraordinario de la Misericordia, Misericordiae vultus (11):
San Juan Pablo II puso de relieve el hecho de que nos hemos olvidado el tema de la misericordia en el medio cultural de hoy…
Insto
a todos los fieles que lean esto a orar para que esto suceda y que
ellos, a su manera, promuevan esta petición ante el propio Francisco,
así como entre sus obispos y pastores locales.
¡San Juan Pablo II, ruega por nosotros!
*.*.*
El Padre Juan Zuhlsdorf, conocido en el
ambiente de su actuación como el “Padre Z” (algo así como un superhéroe
de la modernidad tradicionaloide; un Zuperman de la hibridez Novus
Ordo-Summorum Pontificum), es nacido en Minneapolis (Estados Unidos); se
encuentra incardinado en la diócesis de Velletri-Segni (Roma, Italia)
—casualmente la sede episcopal que ocupaba el Cardenal Joseph Ratzinger
al momento de ser elegido para ocupar el Trono de San Pedro— aunque al
presente desempeña sus funciones en Madison (Wisconsin), también de los
Estados Unidos, donde preside la “Tridentine Mass Society of Madison”.
El Padre Zuhlsdorf es un ex-protestante
convertido al catolicismo al escuchar una polifonía de música sacra en
una estación de radio (?). Fue colaborador de la Comisión Ecclesia Dei y
del semanario The Wanderer, y tuvo apariciones en EWTN y en Fox New
Channel.
Aboga por la celebración reverente de ambas formas autorizadas del rito romano de la Misa, la forma ordinaria y la extraordinaria.
Véanse los siguientes enlaces:
Es asombroso comprobar, gracias al Pater
Ω, ¡perdón! Z, que Juan Pablo II ha descubierto la Misericordia, que
nosotros, ingenuamente, creíamos que campeaba en toda la Sagrada
Escritura, y por ende en la Eternidad, como atributo esencial de Dios
Nuestro Señor:
1) Desde la primera muestra de Misericordia Divina en el Protoevangelio de Génesis, III, 15.
2) Pasando por la
primera aparición estricta del vocablo en Génesis XIX, 19, donde Dios la
despliega al salvar a Lot de la destrucción de las ciudades perversas.
3) Siguiendo por la propia Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, que además de sentenciar “Nadie puede tener amor más grande que dar la vida por sus amigos”
(Juan XV, 13), entregó la suya en el Calvario aun por sus enemigos,
para doblegarlos por su infinita Misericordia; hija ésta consustancial
de la Caridad, identificada indivisiblemente con la Esencia Divina.
4) Finalizando en el
Apocalipsis, donde el pasaje de XXII, 3-5 es un resumen de la
Misericordia definitiva de Dios Nuestro Señor en la Eternidad, para con
sus elegidos bienaventurados.
Pero, dice Fray Z, Wojtyla descubrió la
Misericordia que está más allá del tiempo… abandonada en el tiempo
cultural actual… Sencillamente brillante; no sólo el hallazgo de Juanpa,
sino también el del otro Juan, que propone como lumbrera teológica al de labores solis.
Ahora bien; ¿podía esperarse que los
sacerdotes conciliares que adhirieron al insultante Motu proprio (como
surge de la campaña Zuhlsdorfiana), realmente tuvieran nociones
teológicas claras como para discernir cuándo un escritor hace verdadera
doctrina, santa, íntegra, pura, perfecta?
Esto es imposible, y sólo se comprende a
la luz del hallazgo fundamental del modernismo pos-Juanpa: la
igualación, en el Sacramento Supremo instituido por Nuestro Señor
Jesucristo, entre un rito santo y uno bastardo.
Por eso no fue posible que esos clérigos, como esperaban algunos…, promovieran la Misa Tridentina y execraran el Novus Ordo a partir del documento pontificio que bastardeó, injurió y basureó a la Misa verdadera.
¡Y este sacerdote es tenido por tradicionalista católico! Por algo se puso la “Z”; es de lo último…
En un próximo artículo veremos algunas declaraciones del Año 2007 (en que se promulgó Summorum Pontificum)
de ciertos personajes que ponderaron el Motu proprio, aguardando y
augurando frutos distintos de los que, como el que delatamos en el
presente artículo, se han seguido directamente de ese documento
ratzingeriano, solicitado desde la pseudotradición con insistencia y
alabado con elocuencia por sus máximos representantes.