Tres videos que impactan (y hacen pensar). Por María Lilia Genta
En estos días he tenido oportunidad de
ver tres videos realmente impactantes. El primero, seguramente filmado
con un celular, lo pasaron sin editar, apenas sucedido el hecho, por el
noticiero de A 24. Luego se viralizó y llegó a nuestros teléfonos. En
Córdoba y San Martín, en la ahora CABA, la policía detuvo y redujo a dos
delincuentes. Los transeúntes se fueron sumando hasta formar una
creciente ronda de curiosos (¿o furiosos) que gritaban a toda voz:
¡Dale, tirale a la cabeza así no j… más! ¡Si no estuviera la cana el tiro te lo tiraba yo, basura! Cuantos
más se sumaban al grupo, más furia de la gente y más apoyo a la
policía. Me sorprendió que al final el coro se uniera al grito de ¡Si aquí hubiera un Bolsonaro…! Y Bolsonaro de aquí y Bolsonaro de allá.
El segundo video me llegó por WhatsApp y
explica perfectamente esos gritos de exaltada envidia. En él se lo ve a
Bolsonaro entrando en una escuela militar o de policía (no se entiende
bien el audio en portugués). Un grupo de muchachos en pleno
adiestramiento. Bolsonaro les habla con pasión y empatía. Luego, les da
una orden. Los jóvenes se tiran en tierra, Bolsonaro también se tira con
ellos; y todos realizan ejercicios (exigentes flexiones del cuerpo sólo
apoyado en los brazos) con destreza y como si no les costara ningún
esfuerzo. Todo un gesto si se tiene en cuenta, además, el estado físico
tras el atentado y la edad. Esos hombres, llegado el caso, darán sus
vidas por Bolsonaro.
Por último, como argentina, me conmovió
mucho recibir, gracias a la tecnología, algo realmente reconfortante.
Fue el día de la Inmaculada: un video (el tercero) en el que se ve a
soldados de nuestro Ejército, al mando de un oficial, entrando por una
calle de la ciudad de Catamarca, al trote militar, rezando el Ave María
gritado por su voces varoniles. No todo está podrido en Argentina. Oh qué buen vasallo si oviese buen Señor. Me uno a ese Ave María de nuestros soldados, rogando que por aquí surja un buen Señor.
Nuestros
políticos, nuestros periodistas que se asombran por el avance de las
“derechas incorrectas” en Europa, el Brexit, y en América de Trump o
Bolsonaro, ¿no se preguntan el porqué de estos avances? Me preocupan un
tanto ciertas derechas europeas. Algunas recuerdan cierto rictus pagano
de las del siglo XX. Como España siempre fue “la de los frutos
tardíos”, ahora, de repente, surge Vox. También como las españolas del siglo pasado esta derecha me suena católica y muy familiar.
De todas maneras pienso que si los
enjundiosos analistas políticos se hicieran preguntas y se animaran a
ser, siquiera por una vez, “políticamente incorrectos”, concluirían que
asistimos a la erosión del Globalismo.
Hemos asistido a la caída del Muro de Berlín. No pierdo la esperanza de que asistamos a la caída del Globalismo.