El miedo de Macri de utilizar la Metropolitana para reprimir incidentes o desalojar okupas
PRESIONE A SU IZQUIERDA "MAS INFORMACION" PARA LEER EL ARTICULO
![incidentes_obelisco_mundial_dyn_01](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vqeLA1uIcuxVtJrvVsJp7h6AdOIakRyIJ-KSf6CDiNnlzhEzpU5X8iUw9Y9_jwWilDiLe37T36HZUghiLvkerskfyeUwDrOwbafPIyQbowMcUxXoRVYMPSoFAGPid5UQoQpxmD78wosA0icMNbgKz9bkZ0KsL36ZosoID1Rpfz9hp6GgO9ZA=s0-d)
En marzo pasado, punteros políticos cercanos al cristinismo ocuparon
un predio en Villa Lugano. Entonces el juez Gabriel Vega y el fiscal
Gabriel Unrein (de la Ciudad) ordenaron en primera instancia el desalojo
y cuando la policía metropolitana se disponía a utilizar la fuerza
pública para echar a los ocupas, un grupo de legisladores cristinistas y
de la Coalición Cívica se pusieron de barrera. De este modo le dieron
motivo al jefe de gobierno Mauricio Macri y al fiscal Unrein para decir
que, como los delincuentes estaban drogados y armados, era riesgoso
reprimir. En realidad, se trata de un argumento absurdo ya que, si había
bandas armadas y drogadas, se hacía aún más urgente la intervención
policial, porque se estaba ante delitos de la mayor gravedad. Pero la
doctrina instalada por el cristinismo de “no criminalizar” la protesta
social se hizo carne hasta en la oposición. En este contexto, Macri se
habría comunicado con la presidente para que ella le convalidara el arrugue, cosa que ella hizo de inmediato, porque su coherente política fue siempre no reprimir.
La nueva política no reprime
El caso es que Macri, que dice ser la nueva política muy diferente a
la de los últimos 30 años, tendría un temor reverencial de que Página 12
y el multimedios de Sergio Szpolski lo caractericen de represor. Esto
pasó con el caso del Hospital Borda, donde la Metropolitana fue agredida
pero para los medios fue al revés. De ahí en adelante, el jefe de
gobierno tiene a su policía muy bien pertrechada pero tan sólo de
adorno, como se advierte todas las semanas en la autopista Illia, donde
30 o 40 personas cada tanto cierran el paso de los automovilistas y el
gobierno de la Ciudad no hace nada. Para disipar ese temor al periodismo
progre, el macrismo utiliza la Radio 110 am y el canal 2 de la Ciudad,
donde emplea con sueldos altos a periodistas de la izquierda no
kirchnerista, y el día que se sepa lo que gasta la Secretaría de Medios a
cargo de Miguel Godoy para comprar de este modo la opinión progre se
produciría un escandalete similar al que cada mes genera el matutino La Nación,
al revelar cómo se reparte la publicidad cristinista. Anteayer, después
que el seleccionado nacional obtuviera el subcampeonato y la gente
masivamente saliera a festejar y unos cientos de atorrantes armaran lío,
el mismo empezó en Libertad y Corrientes, donde estaba uno de los
móviles de TN. Allí, unos 20 drogados empezaron a bailar arriba del
camión, ante la indiferencia de la Federal y la Metropolitana. Ya
sabemos que el Secretario de Seguridad Sergio Berni en la Ciudad se hace
el distraído y no reprime, como sí lo hace en la Panamericana, porque
allí la izquierda revolucionaria desafía a conducciones gremiales
amigas. En esas zonas no trepida en dar palos a doquier. El caso es que
el Gobierno de la Ciudad, que transformó la calle Corrientes en un lugar
extraordinario de comedias musicales y restaurantes dignos de elogio,
cuando hace años esa zona estaba desolada, esta vez dejó que los
vándalos destrozaran bares, negocios y teatros, en una actitud
vergonzosa, por temor a que se produjera una muerte, ya que los vándalos
estaban borrachos y drogados. En principio se supone que no estaban
armados pero basta que revoltosos u okupas estén borrachos y drogados y
desafíen a la autoridad policial tirando piedras para que el jefe de
gobierno se asuste y dé la orden de mirar a un costado. Cabe pensar qué
pasaría si fuera electo presidente, si dejaría hacer como hasta ahora.
Todo hace suponer que seguirá con la misma conducta, ya que la izquierda
periodística seguirá existiendo. Por caso la Unión Cívica Radical, a la
cual se la acusa de desgobernar el país en las presidencias de Arturo
Illia, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, no dudó en su momento en
reprimir incidentes callejeros y el peronismo, salvo este gobierno,
también reprimió revoltosos.