martes, 15 de julio de 2014

El miedo de Macri de utilizar la Metropolitana para reprimir incidentes o desalojar okupas Por Guillermo Cherashny

El miedo de Macri de utilizar la Metropolitana para reprimir incidentes o desalojar okupas

julio 15, 2014
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En marzo pasado, punteros políticos cercanos al cristinismo ocuparon un predio en Villa Lugano. Entonces el juez Gabriel Vega y el fiscal Gabriel Unrein (de la Ciudad) ordenaron en primera instancia el desalojo y cuando la policía metropolitana se disponía a utilizar la fuerza pública para echar a los ocupas, un grupo de legisladores cristinistas y de la Coalición Cívica se pusieron de barrera. De este modo le dieron motivo al jefe de gobierno Mauricio Macri y al fiscal Unrein para decir que, como los delincuentes estaban drogados y armados, era riesgoso reprimir. En realidad, se trata de un argumento absurdo ya que, si había bandas armadas y drogadas, se hacía aún más urgente la intervención policial, porque se estaba ante delitos de la mayor gravedad. Pero la doctrina instalada por el cristinismo de “no criminalizar” la protesta social se hizo carne hasta en la oposición. En este contexto, Macri se habría comunicado con la presidente para que ella le convalidara el arrugue, cosa que ella hizo de inmediato, porque su coherente política fue siempre no reprimir.

La nueva política no reprime

Guille-3-14-2El caso es que Macri, que dice ser la nueva política muy diferente a la de los últimos 30 años, tendría un temor reverencial de que Página 12 y el multimedios de Sergio Szpolski lo caractericen de represor. Esto pasó con el caso del Hospital Borda, donde la Metropolitana fue agredida pero para los medios fue al revés. De ahí en adelante, el jefe de gobierno tiene a su policía muy bien pertrechada pero tan sólo de adorno, como se advierte todas las semanas en la autopista Illia, donde 30 o 40 personas cada tanto cierran el paso de los automovilistas y el gobierno de la Ciudad no hace nada. Para disipar ese temor al periodismo progre, el macrismo utiliza la Radio 110 am y el canal 2 de la Ciudad, donde emplea con sueldos altos a periodistas de la izquierda no kirchnerista, y el día que se sepa lo que gasta la Secretaría de Medios a cargo de Miguel Godoy para comprar de este modo la opinión progre se produciría un escandalete similar al que cada mes genera el matutino La Nación, al revelar cómo se reparte la publicidad cristinista. Anteayer, después que el seleccionado nacional obtuviera el subcampeonato y la gente masivamente saliera a festejar y unos cientos de atorrantes armaran lío, el mismo empezó en Libertad y Corrientes, donde estaba uno de los móviles de TN. Allí, unos 20 drogados empezaron a bailar arriba del camión, ante la indiferencia de la Federal y la Metropolitana. Ya sabemos que el Secretario de Seguridad Sergio Berni en la Ciudad se hace el distraído y no reprime, como sí lo hace en la Panamericana, porque allí la izquierda revolucionaria desafía a conducciones gremiales amigas. En esas zonas no trepida en dar palos a doquier. El caso es que el Gobierno de la Ciudad, que transformó la calle Corrientes en un lugar extraordinario de comedias musicales y restaurantes dignos de elogio, cuando hace años esa zona estaba desolada, esta vez dejó que los vándalos destrozaran bares, negocios y teatros, en una actitud vergonzosa, por temor a que se produjera una muerte, ya que los vándalos estaban borrachos y drogados. En principio se supone que no estaban armados pero basta que revoltosos u okupas estén borrachos y drogados y desafíen a la autoridad policial tirando piedras para que el jefe de gobierno se asuste y dé la orden de mirar a un costado. Cabe pensar qué pasaría si fuera electo presidente, si dejaría hacer como hasta ahora. Todo hace suponer que seguirá con la misma conducta, ya que la izquierda periodística seguirá existiendo. Por caso la Unión Cívica Radical, a la cual se la acusa de desgobernar el país en las presidencias de Arturo Illia, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, no dudó en su momento en reprimir incidentes callejeros y el peronismo, salvo este gobierno, también reprimió revoltosos.