MALVINAS. Por qué Gran Bretaña relanza el tema de las islas.
26/03/2015Política internacional
Ofrecemos el análisis de Juan Manuel Karg, Licenciado en Ciencia
Política de la Universidad de Buenos Aires, periodista e investigador
del Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.
Los motivos de una nueva escalada británica en Malvinas
JUAN MANUEL KARG / RUSSIA TODAY
El gobierno de Gran Bretaña anunció un plan para “reforzar y
modernizar” la defensa militar de las islas Malvinas ante cualquier
“amenaza” que pueda surgir. Lo hizo a través de una intervención del
ministro de Defensa inglés, Michael Fallon, ante la Cámara de los
Comunes: allí dio a conocer la inversión de unos 180 millones de libras
—268 millones de dólares— en un plan que constituye apoyo militar y
nueva infraestructura en telecomunicaciones y puertos.
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Entre las medidas
más relevantes está el envío de dos helicópteros Chinook, que
trabajarían en tareas de entrenamiento con los 3000 agentes de la
infantería británica que revistan tareas en el lugar.
Consultado por la cadena Sky News, Fallon, afirmó que “vamos a reforzar las defensas allí para tranquilizar a los isleños. Estamos completamente comprometidos con la defensa de las islas y el deseo de sus habitantes de seguir siendo británicos”. Como si ello fuera poco, luego intentó vincular a este refuerzo con un supuesto aumento de la presencia de fuerzas rusas a lo largo y ancho del globo. Fallon dijo que “los rusos nos amenazan a nosotros y a la OTAN en muchos y muy diferentes lugares. Por eso es que nos hemos comprometido en la OTAN a crear una fuerza de reacción para tranquilizar a los países en el este de Europa y asegurarnos de que podremos ir a ayudarlos si hay alguna agresión rusa. Esperamos que Rusia sea un socio para nosotros y que respete las reglas del sistema internacional. Pero es evidente que está compitiendo con nosotros y se está volviendo más agresivo en distintas partes del mundo. Tenemos que dar una respuesta a eso”.
Consultado por la cadena Sky News, Fallon, afirmó que “vamos a reforzar las defensas allí para tranquilizar a los isleños. Estamos completamente comprometidos con la defensa de las islas y el deseo de sus habitantes de seguir siendo británicos”. Como si ello fuera poco, luego intentó vincular a este refuerzo con un supuesto aumento de la presencia de fuerzas rusas a lo largo y ancho del globo. Fallon dijo que “los rusos nos amenazan a nosotros y a la OTAN en muchos y muy diferentes lugares. Por eso es que nos hemos comprometido en la OTAN a crear una fuerza de reacción para tranquilizar a los países en el este de Europa y asegurarnos de que podremos ir a ayudarlos si hay alguna agresión rusa. Esperamos que Rusia sea un socio para nosotros y que respete las reglas del sistema internacional. Pero es evidente que está compitiendo con nosotros y se está volviendo más agresivo en distintas partes del mundo. Tenemos que dar una respuesta a eso”.
La estrategia discursiva de Fallon resulta similar a la planteada previamente por el diario —¿o pasquín?— sensacionalista The Sun.
Allí se afirmaba que “la inestable Argentina se está rearmando 33 años
después de la Guerra de Malvinas con la ayuda de Vladímir Putin. Se cree
que el presidente ruso estaría trabajando en un acuerdo para prestar 12
bombarderos de largo alcance a la Argentina, lo que ha incrementado los
temores de una nueva invasión de las islas Malvinas”. Sin embargo,
resulta llamativo que el propio gobierno de Cameron tenga que aludir a
esta disparatada teoría de The Sun para justificar el envío de dinero y nuevos helicópteros.
Dos cuestiones influyen en este ‘relanzamiento’ de Gran Bretaña de la
‘Causa Malvinas’. En primer lugar, la cercanía con las elecciones del
próximo 7 de mayo, donde el propio Cameron buscará su segundo mandato,
con vías a ser el primer ministro hasta el año 2020. Algunas encuestas
marcan que, al momento de escribir estas líneas, hay una paridad entre
conservadores y laboristas de cara a esa elección, con poco más del 30%
de la intención de voto para ambos. Así, la ‘política doméstica’ también
podría estar detrás de esta decisión del gobierno británico, en vías a
reforzar un ‘voto nacionalista’ frente a una supuesta amenaza externa
—algo paradójico, visto y considerando que el que ocupó las islas en
1833 fue precisamente Inglaterra; y que Argentina ha reforzado
fuertemente las labores diplomáticas en relación a su soberanía sobre
dichos territorios—.
Otro elemento a considerar es la soledad geopolítica de Londres
respecto a la ‘Causa Malvinas’ en los últimos años, que contrasta con
los múltiples apoyos que Argentina consiguió en relación a la necesidad
de negociar —en especial, del G77 + China y del grupo BRICS—.
Involucrando a Putin en el tema —aunque la teoría suene disparatada
desde el vamos— Cameron podría buscar nuevos apoyos en EEUU en relación a
Malvinas, sobre todo de cara a las próximas elecciones presidenciales
que tendrán lugar allí en 2016. Aquí hay un punto bien claro: para
Washington, Rusia constituye un nuevo ‘blanco’ de denuncia en la nueva
geopolítica norteamericana —sobre todo, luego de los sucesos de Crimea y
el este ucraniano—. Para Cameron, un hipotético nuevo gobierno
republicano en EEUU le podría brindar nuevos apoyos en relación a la
‘Causa Malvinas’, tema en el cual Obama —junto a líderes de la UE— ha
decidido no involucrarse, sobre todo luego de los reiterados
incumplimientos británicos sobre el tema en el marco de la Organización
de Naciones Unidas.
El aislamiento del Reino Unido en el plano internacional respecto a
la ‘Causa Malvinas’ ha sido evidente: en el ilegal referéndum realizado
en 2013, donde se intentó poner por encima a la autodeterminación —¡de
una población implantada!— por sobre la integralidad territorial
respaldada por la ONU en el tema, Gran Bretaña solo contó con el apoyo
explícito de Canadá para la realización de esta ‘consulta’. Intentando
‘anexar’ a Putin a las demandas diplomáticas que la Argentina ha
encabezado desde 2003 hasta la fecha, Cameron juega un partido interno
—las elecciones— y otro externo —intentar aumentar la legitimidad
británica sobre el tema, cuestionada fuertemente en estos años—. De
cualquier modo, de esa forma continúa incumpliendo las sucesivas
resoluciones de la ONU que instan a Gran Bretaña a negociar sobre el
tema a la brevedad.