PROCESO
"La experiencia política desarrollada en la Argentina , que se
denominó Proceso de Reorganización Nacional, constituyó el punto de
partida de un "procedimiento" , que culminó con el sometimiento de la
República al sistema globalizador denominado Nuevo Orden Internacional.
Ese "procedimiento" tuvo tres etapas, minuciosamente diagramadas, donde
se jugaron todos los valores humanos, desde las emociones de algunos, el
amor a la Patria de otros, y la tenacidad en el cumplimiento de sus
deberes de los últimos. Este programa logró instalar ideas radicales,
con su consiguiente etapa de violencia, a partir de las emociones de
quienes creyeron que estaban luchando por el fin superior de las
sociedades. Fue fácil, pues el contexto internacional presentaba un
panorama más que propicio. Hubo milicianos que mataban en nombre de la
libertad, paradójicamente, durante el ejercicio de gobiernos
constitucionales. El caos y la anarquía se instalaron. Este nefasto plan
incorporó, a continuación, los ataques directos a miembros de las
Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad y Policiales. Se asesinaron a
militares, familiares, en actividad y retirados; se atentó sobre sedes
institucionales y de recreación, etcétera. Todo valía. Esa parte del
programa tuvo como objetivo principal, el de involucrar a las Fuerzas en
el conflicto, para que, dadas las particularidades de sus operatorias,
culminen su intervención asumiendo el control del Estado. Y eso fue lo
que efectivamente ocurrió. Las FFAA intervinieron, primero dentro del
orden Constitucional, y por fin, la toma del Estado.
Ese punto
fue el deseado por los gestores de esta cruel novela. Los militares se
hicieron cargo del gobierno de la Argentina. Mientras algunos intentaban
restablecer el orden, al caos generado por la maniobra subversiva, los
otros, los que estaban esperando el momento, accedieron al control de
los bienes de la Nación.
Minuciosamente fueron progresando en el
control de las Finanzas: se obtenían créditos imponentes, sin razones
categóricas que lo demandaran. A eso le siguieron el despilfarro, el
empleo turbio de esos fondos, hasta llegar a trasladar a la
responsabilidad del Estado ( y el de los habitantes del país) toda la
secuela de corruptos manejos y la suma casi total de una deuda privada
dudosa.
Así, mientras algunos gritaban ¡Victoria! sobre el
enemigo marxista, dejando jirones de sus carnes y de la honra de sus
uniformes, los otros, los profesionales del saqueo de los Pueblos,
también gritaron su victoria, por los logros obtenidos en el
traspasamiento de los patrimonios de toda una Nación, a los poderosos
del orden financiero mundial, encubiertos en ese pomposo título del
Nuevo Orden. Cuando el objetivo se hubo cumplido, los directores del
"sistema" decidieron acabar con los gobiernos militares. Pero debía de
ser total, hasta el último vestigio de ética militar debía desaparecer.
Ya los habían usado y ahora debían desaparecer. Siguió el paso
"Malvinas"; ahora correspondía atacar a aquella clase de militares
Profesionales, Patriotas y con Ética elevada. Para eso fue necesario que
estos Militares fueran derrotados en su propia materia, la Guerra.
Los engaños y las traiciones se agudizaron, militares y civiles
gestaron este episodio hasta en los menores detalles: desembarco
triunfal, humillación y derrota ignominiosa. De esta manera, ningún
Militar tendría, ahora, cabida en la Argentina del Nuevo Orden, ni los
soberbios (generalato), ni los Éticos. El Plan se había cumplido
cabalmente.
Lo que siguió fue más de lo mismo. Los sucesivos
gobiernos constitucionales aseguraron esta dependencia hasta el extremo
en el que hoy vivimos, de que sus ministros y gerentes son nombrados por
el FMI.
En síntesis, el "PROCESO DE REOGANIZACIÓN NACIONAL" fue
la mayor maniobra, la más cruel y mentirosa estafa, que permitió
doblegar el Espíritu Nacional, humillarlo, enfrentar a su Pueblo, crear
la desconfianza y sembrar la miseria".
< Coronel Mohamed Alí Seineldín;