domingo, 22 de marzo de 2015

Ciencia humana vs. Sabiduría Profética LA CONSAGRACION EPISCOPAL DEL PADRE FAURE Y EL ESTADO DE NECESIDAD EN LA IGLESIA O…¿DE APOSTASÍA UNIVERSAL?


OSKO: Ciencia humana vs. Sabiduría Profética

Ciencia humana  vs.  Sabiduría Profética

LA CONSAGRACION EPISCOPAL DEL PADRE FAURE
Y EL ESTADO DE NECESIDAD EN LA IGLESIA
O…¿DE APOSTASÍA UNIVERSAL?
Nos ha llegado un comunicado desde nuestra Oficina de Asuntos Canónicos que contiene datos y considerandos muy interesantes, que deseamos compartir con los lectores de Radio Cristiandad. Por supuesto que no les daremos la fría letra elevada hasta nuestro despacho por los circunspectos señores que se ocupan de esas cuestiones, a los que la perseverancia de años ha convertido en seres insensibles, y a los que forzosamente hemos de mantener controlados y acotados, so pena de tener que soportar sus puntillosos alegatos juridiscistas hasta altas horas de la madrugada.
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Antes que eso, prefiero mil veces quedarme dormido apoltronado en un sillón viendo una de John Wayne.
No obstante, creo que vale la pena leer y analizar las siguientes consideraciones:
La Consagración Episcopal del Padre Faure, por parte del Obispo Williamson, tiene y tendrá una serie de implicancias a las que se debe prestar atención.
En especial aquellas consideraciones relacionadas con el, a veces, manoseado ESTADO DE NECESIDAD; mencionado por muchos; utilizado no poco sin el debido discernimiento.
Negado en los hechos… por quienes, a pesar de sostener una actitud “resistente”, sostienen que la situación es la que sigue: a) La iglesia Conciliar y Oficial continúa siendo la Iglesia Católica. b) Los llamados Papas Conciliares son verdaderos y legítimos Pontífices. c) Pronto habrá un “gran Triunfo de la Iglesia”.
Negado explícitamente, con hechos y palabras, por las actuales autoridades de la FSSPX y, por supuesto, por todos los sectores conservadores, línea media, Ecclesia Dei, Summorum Pontíficum, e tutti quanti.
El ESTADO DE NECESIDAD en la Iglesia, además de ser harto evidente, resulta ser fundamental, si acaso se analizan las cuestiones jurídico-canónicas en cuanto a las atribuciones-obligaciones-deberes de los sacerdotes u obispos. Ese es el caso que nos ocupa.
Y, sobre todo, en referencia a la LEGITIMIDAD de los actos de los mencionados.
Nos parece que, si bien la vida de la Iglesia y la Iglesia misma se encuentran muy por encima de la Ley Eclesiástica, no obstante no debe ser ignorada esta última tan ligeramente, como si no existiera.
Para que el ESTADO DE NECESIDAD pueda ser invocado con el objeto de justificar la Consagración Episcopal en cuestión, de modo tal que no se incurra en la figura (al menos subjetiva) del delito de desobediencia y configurarse en un acto de apariencia cismática, es necesario:
1º) que verdaderamente existía un estado de necesidad;
2º) que se haya intentado remediarlo recurriendo a los medios ordinarios;
3º) que el acto “extraordinario” realizado (o futuros por realizar), no sea intrínsecamente malo y que no resulte del mismo un daño para el prójimo;
4º) que, en la violación de la ley, se permanezca dentro de los límites de las exigencias realmente impuestas por el estado de necesidad;
5º) que no se ponga en cuestión de ninguna manera el poder de la autoridad competente y que, al contrario, se pueda presumir razonablemente que en circunstancias normales dicha autoridad habría dado su asentimiento.
Respecto de 1º) Incuestionablemente existe tal estado. Más bien diríamos que se trata de un estado de necesidad EXTREMA en atención a las almas, a su salvación; a la supervivencia de la Fe.
Respecto de 2º) Nos parece que es indiscutible también que numerosos actores, de muy distinta condición y estado, han intentado remediar la gravísima situación recurriendo a los todos los medios ordinarios posibles, y esto sin resultado ninguno; por el contrario, los Papas Conciliares y, conjuntamente, toda la jerarquía han persistido contumazmente en el camino del error y la apostasía.
Respecto de 3º) Parece que el acto “extraordinario” llevado a cabo por el Obispo Williamson no es intrínsecamente malo en sí mismo (consagrar un Obispo es un acto de bien); ni de él se seguiría un daño para el prójimo en circunstancias normales. Sin embargo, sobre este punto tenemos algunas RESERVAS *
* Nuestras reservas respecto de este punto son importantes. ¿No se sigue acaso un grave mal al prójimo cuando se le induce al error? Creemos que el Obispo Williamson y quienes le secundan llevan al error a miles de almas toda vez que les imponen o sugieren continuar aceptando que Jorge Mario Bergoglio es un verdadero Papa de la Iglesia Católica. Se trata de un error que conduce a dañar la FE. No se niega un dogma específico al invitar a aceptar a Bergoglio como pontífice, sin embargo se los expone a la confusión, a las falsas doctrinas y finalmente al desaliento y la pérdida de la Fe.
Respecto de 4º) No negamos que el acto de Consagrar un Obispo, en este caso por Monseñor Williamson, se encuentra dentro de los límites de las exigencias que impone el gravísimo Estado de situación actual, pero creemos que dicho estado excede en mucho a lo que pudiera haberse previsto anteriormente.
Respecto de 5º) He aquí nuestra posición que por supuesto contiene mucho más que simples “RESERVAS”, como en el punto ).
El asunto es mucho más complejo. E inclusive lo es muchísimo más que en el año 1988, cuando las consagraciones episcopales llevadas a cabo por los Obispos Marcel Lefebvre y Antonio De Castro Mayer.
No existen diferencias sustanciales, si nos remitimos a consideraciones respecto de cuestiones de la Fe. En efecto, era tan heterodoxo Wojtyla como lo es Bergoglio, y con ambos la situación de la jerarquía eclesiástica es similar.
Sin embargo, el tiempo transcurrido juega un papel en toda esta cuestión.
No se puede prescindir del enorme abismo de más de 25 años transcurridos desde aquellas consagraciones a esta de hoy.
Puesto que es perfectamente visible que la destrucción ha llegado a ser casi completa, mientras las resistencias a la vorágine revolucionaria son cada vez menores, en cantidad y en calidad.
La Apostasía resulta ser hoy visiblemente más concreta y universal.
Es posible realizar un cuadro que demuestra que la situación se ha trocado de GRAVE a GRAVÍSIMA, e incluso totalmente IRREVERSIBLE.
Es imposible desconocer, entre muchas otras cosas, que la diferencia no es tan sólo de grado, toda vez que sobre el usurpador Wojtyla no existían dudas de sus válidos y legítimos sacerdocio y episcopado; en cambio, respecto del usurpador Bergoglio existen no solamente dudas, sino que estudios serios constituyen certezas respecto de la ausencia del Orden Sagrado, y esto en virtud de la destrucción del sacramento del Orden operada por los revolucionarios ocupantes del Estado Vaticano, hace ya varias décadas atrás.
La Apostasía no sólo no decrece, sino que aumenta exponencialmente, y no existe la menor duda de que continuará haciéndolo; ni hay un solo dato que permita pensar que se detendrá.
Las señales que son de conocimiento público son elocuentes por sí mismas y eximen de mayores precisiones.
El actual ocupante de la Silla de Pedro, ostenta un absoluto y completo desprecio por la Fe, por la Iglesia, por la salvación de las almas y por Dios mismo. No creemos necesario iniciar una larga perorata demostrativa al respecto.
Sin embargo…
Ante semejante situación, el Obispo Williamson TODAVÍA NO CONSIDERA oportuno manifestar públicamente lo que es evidente en grado de flagrancia.
En esta situación gravísima él persiste en confundir a los fieles, OCULTANDO lo que es una verdad INNEGABLE.
Se resiste a reconocer la realidad y engaña a los fieles con falsas esperanzas puestas en supuestas restauraciones o reconquistas (al igual que su colega FELLAY; de quien, sin embargo, intenta presentarse como antagónico).
Sin embargo, ambos mencionados prelados creen exactamente lo mismo. Únicamente difieren en UN PUNTO… ¿Cuál es ese punto? LA METODOLOGÍA a emplear en cuanto a ROMA.
Solamente se trata de una cuestión metodológica y no sustancial.
En lo sustancial, ellos dos están de acuerdo: a) La Iglesia Conciliar y Oficial ES LA IGLESIA CATÓLICA. b) Los obispos conciliares son válidos y legítimos obispos de la Iglesia Católica, y, por lo tanto, c) Bergoglio ES PAPA.
En atención a estas consideraciones, nos encontramos entonces frente a un Obispo, Mons. Williamson, que sostiene que la Iglesia Católica, Esposa Inmaculada de Cristo, puede defeccionar de modo ostensible, público y constante, durante la friolera de más de 50 años.
Esto significa que el obispo Williamson NO CREE EN LA INDEFECTIBILIDAD DE LA IGLESIA (o que al menos profesa una extraña idea respecto de la naturaleza de dicha INDEFECTIBILIDAD) y difunde el ERROR de que la IGLESIA CATÓLICA puede enseñar, sistemática e ininterrumpidamente, durante varias generaciones y por tiempo INDEFINIDO (puesto que no pueden definir cuándo tendrá fin esta catástrofe), una doctrina que difiere de aquella que consta en la Revelación (en las Sagradas Escrituras y en la Tradición de la Iglesia) y fuera definida por el Magisterio de la Iglesia.
Mons. Williamson y quienes lo secundan contribuyen de ese modo con el estado de CONFUSIÓN de los fieles; y, como ya dijimos, PROMUEVEN Y DIFUNDEN UNA ERRÓNEA IDEA O CONCEPCIÓN RESPECTO DE LA NATURALEZA DE LA IGLESIA FUNDADA POR CRISTO.
La Iglesia Católica, la Iglesia fundada por el Divino Redentor NO PUEDE ENGAÑARNOS. Razón por la cual, no es posible identificar como MIEMBROS DE LA IGLESIA CATÓLICA a varias generaciones de pseudo-Obispos y pseudo-Papas, que viven en la Apostasía y profesan sistemáticamente la HEREJÍA MODERNISTA; por lo que, “obispos y papas” lo son sólo en apariencia, ya que todos ellos, SIN EXCEPCIÓN, adhieren a un Concilio Modernista, el Vaticano II.
Mientras tanto, la Iglesia Católica ha sido ECLIPSADA, y estando privada de pastores está siendo preservada en el desierto de la Fe.
Por los motivos expuestos, ante la consagración episcopal del Padre Faure, expresamos lo siguiente:
a) Mons. Williamson NO CUESTIONA LA VALIDEZ Y LICITUD DE JORGE MARIO BERGOGLIO.
b) Esto significa que lo reconoce como Papa de la Iglesia Católica en ejercicio del cargo apostólico y con todas las atribuciones que le corresponden como tal.
c) Esto significa que también reconoce como válido y lícito el Poder de Jurisdicción y Gobierno (Munus Regendi) de Bergoglio.
d) Por lo tanto, consciente y deliberadamente, Mons. Williamson, realizó un acto subjetiva y objetivamente delictivo, porque no hay en él una razón valedera que sustente esa desobediencia.
e) La única manera de subsanar este grave problema hubiera sido una DECLARACIÓN previa, donde expusiera con claridad el actual estado de cosas, sin subterfugios ni medias verdades expresando, por lo menos, que admite la posibilidad de la vacancia de todos los cargos eclesiásticos usurpados.
f) Dado que tal Declaración no tuvo lugar, su acto constituye un claro acto de desobediencia SUBJETIVA.
g) Razón por la cual, todo fiel católico debe apartarse del Obispo mencionado, no porque él esté desobedeciendo a Bergoglio, sino porque desobedece en esto a FRANCISCO, a quien reconoce como Pontífice; con el agravante de que Bergoglio es uno de los peores heresiarcas que haya debido padecer la historia humana… Y el más grotescamente evidente, tal vez.
A las objeciones, respecto de que los Obispos Monseñores Lefebvre y de Castro Mayer incurrieron en el mismo acto de desobediencia (calificado de cismático en aquel momento) hace ya más de 25 años, responderemos con los argumentos anteriores, expresados en este y otros artículos.
No estamos hablando de una situación igual; ni siquiera parecida.
Mons. Lefebvre había declarado “Roma está ocupada por Anticristos” y “Tal vez estemos en la situación de tener que decir que el Papa, no es el Papa”.
El tiempo transcurrido permite ver mucho más claro en 2015 que en 1988.
La Apostasía se encuentra en un estado mucho más avanzado (diríamos TERMINAL), y a menos que uno viva encerrado en un claustro, sin información exterior de ningún tipo, esto es tan evidente, como evidente es lo grave del acto que protagonizara el Obispo Williamson.
Ya que estamos en estas…
El C.I.C. modernista, el promulgado en 1983 por Wojtyla, y al cual Mons. Williamson debiera referirse, expresa:
1382: El Obispo que confiere a alguien la consagración episcopal sin mandato pontificio, así como el que recibe de él la consagración, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica.
No creemos que Mons. Williamson goce del “mandato” de aquel que reina en Roma y que, según el Obispo Inglés, sea el único que puede otorgar la jurisdicción y, en este caso, el MANDATO.
No creemos que tenga la anuencia de Bergoglio. ¿O sí…?
Si se pretende que el C.I.C. bueno es el del año 1917, diremos que… se lo vayan a contar a Bergoglio…
El asunto es que para Mons. Williamson, Bergoglio es SU JEFE…, un jefe “equivocado” y modernista, empecinado en el error sincero…, pero SU JEFE A FIN DE CUENTAS. De manera que tendrá que aceptar éso, ya que no está dispuesto a reconocer que Bergoglio es una suerte de ALI BABÁ con sotana blanca, y los “cuarenta ladrones” son el séquito de “cardenales” y “obispos” que lo secundan, que lamentablemente son algo más que cuarenta…
Y…, si Williamson no tiene el “MANDATO”…. ¿será declarado “excomulgado” por vez segunda, por SU JEFE?
Y, en ese caso, ¿procederá, una vez más, como en enero de 2009, solicitando, aceptando y agradeciendo el levantamiento de la excomunión?
POST SCRIPTUM
Al final no me dejaron ver la de John Wayne…
¿Por qué?
Porque los circunspectos señores de nuestra Oficina de Asuntos Canónicos me vinieron, a última hora, con aquello que dice el punto 5º) de las condiciones establecidas en referencia al ESTADO DE NECECIDAD, que establece lo siguiente:
Que, además, “…se pueda presumir razonablemente que en circunstancias normales dicha autoridad habría dado su asentimiento.”
Esta cuestión resulta ser importante en las actuales circunstancias; mucho más que por las implicancias canónicas, lo es porque es determinante para ver qué creen los resistentes de Mons. Williamson, con él a la cabeza.
En efecto, resulta imposible presumir que las autoridades de la Iglesia Conciliar y Oficial darían su consentimiento en unas hipotéticas e imposibles “circunstancias normales”.
Es imposible presumirlo, puesto que las circunstancias actuales son completamente distintas de todo lo visto anteriormente y de lo previsto por la Ley Eclesiástica, y solamente puede ser asumido desde aquella sabiduría que no desprecia la ciencia apocalíptica.
Puesto que tales “circunstancias normales” implicarían la desaparición de la OCUPACIÓN DE ROMA por parte de las tropas modernistas, sea porque fuesen desplazadas (¿quién daría ese “GOLPE” institucional?) o porque, sencillamente, dichas autoridades, de repente y contra toda previsión, se convirtieran a la Fe Católica, abandonando el error y la herejía modernista.
Obviamente que, si la OCUPACIÓN desapareciera y se constituyeran en Roma nuevamente autoridades católicas, NI SIQUIERA SERÍA NECESARIO INVOCAR EL ESTADO DE NECESIDAD…
Pero… ¿“se puede presumir razonablemente” que esto pudiera ocurrir en el avanzado estado de APOSTASÍA en que nos encontramos?
Aquí está el punto que nos diferencia y distancia:
Ellos creen que eso no sólo puede suceder, sino que VA A OCURRIR en poco tiempo.
Nosotros creemos que se trata de un monumental error. Que se trata de un engaño, sin fundamento teológico ni escriturístico.
En suma, nos encontramos transitando un tiempo en el que se han superado ciertas instancias, inclusive aquellas del ESTADO DE NECESIDAD, o las que la Ley Canónica establece para tal situación.
El ESTADO DE NECESIDAD puede ser aplicado en circunstancias que podrían ser llamadas “normalmente previstas”, en comparación con las actuales. En la actual situación, tal estado (no negamos su existencia) ha alcanzado connotaciones diferentes y muchísimo más graves, puesto que nos encontramos en un ESTADO DE APOSTASÍA UNIVERSAL.
Lo que hoy debe ser asumido, si es que se quiere preservar la Fe, es que transitamos tiempos apocalípticos escatológicos, de los cuales la evidente y actual Apostasía Universal, es una de sus características distintivas.