viernes, 20 de marzo de 2015

Williamson ha consagrado un obispo


Williamson ha consagrado un obispo


Reproducimos la opinión de Marcelo González publicada en Panorama Católico sobre la reciente consagración episcopal realizada por el obispo Richard Williamson. El resaltado en azul –que aporta algunos datos y opiniones del director de Panorama- nos pertenece. 
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El tema de las consagraciones realizadas por Mons. Lefebvre en 1988 nos parece opinable.  Nuestra bitácora es independiente de la FSSPX; no tiene por finalidad realizar una defensa incondicional y obsecuente de todo lo dicho y hecho por el arzobispo en su vida. Nuestra “línea editorial” ha insistido mucho en evitar concepciones hipertrofiadas de la infalibilidad pontificia. Creemos, sí, que algunos actos de los papas son infalibles. Pero la fe católica no enseña la infalibilidad de un obispo aislado, ni el acierto prudencial en todas sus decisiones, ni mucho menos su impecabilidad. En nuestra opinión, el tema de las consagraciones de 1988 seguirá en debate por parte de los historiadores por mucho tiempo, tal como sucede con la validez de la excomunión de Savonarola.
El año pasado contactamos por correo privado al p. Gerald E. Murray. Le pedimos copia de su tesina de licenciatura, en la cual analizaba desde el punto de vista canónico las consagraciones de 1988. Nos respondió que prefería no publicarla ya que esa tesina no expresaba de modo completo su pensamiento sobre el particular, debido a que luego de su publicación parcial, decidió rectificar y clarificar algunas opiniones. Le sugerimos en otro correo que diera a conocer todos sus escritos sobre el tema. Lamentablemente, el p. Murray no aceptó nuestra solicitud.
Mons. Williamson ha consagrado un obispo
Circula en la red desde hace días. El iniciador de la noticia es Rorate Caeli, luego fue repetida por varios medios y subió fuertemente a las agencias de noticias porque la figura del "negador del Holocausto" vende ante todo público aunque no se interese en temas religiosos. 
Hoy, día de San José, en el Monasterio Benedictino de la Santa Cruz, de Nova Friburgo, Brasil, Mons. Richard Williamson, expulsado de la FSSPX en 2012, consagró obispo al P. Jean-Michel Faure, antiguo miembro de la misma asociación sacerdotal, también desvinculado hace ya cierto tiempo por propia voluntad. Asistieron también algunos sacerdotes de una autodenominada "resistencia" a lo que ellos llaman "la Neofraternidad San Pío X" que se han ido desgajando a lo largo de los últimos años.
El hecho de la consagración está acreditado por fotografías de la ceremonia reproducidas por sitios sedevacantistas de los que han proliferado cuando la FSSPX mantuvo conversaciones con la Santa Sede sobre los temas doctrinales que la congregación fundada por Mons. Lefebvre objeta como errores o novedades del Concilio Vaticano II, y sus consecuencias.
Estas conversaciones tuvieron lugar después de que el Papa Benedicto XVI accediera a las dos pre-condiciones solicitadas por los tradicionalistas: la liberación de la Misa Tradicional, que ocurrió en 2007 por medio del Motu Proprio "Summorum Pontificum", y el levantamiento de las excomuniones que pesaban sobre los cuatro obispos consagrados por Mons. Lefebvre en 1988.
Recordemos que estas conversaciones, que muchos llamaron "negociaciones", produjeron un alto nivel de tensión entre algunos sacerdotes de la FSSPX y como consecuencia entre algunos de sus feligreses también. Se dio a conocer por vía de filtración, una carta en la que se evidenciaba la falta de acuerdo entre los obispos sobre este tema, aunque las objeciones no respondían en todos los casos a la misma causa. Mientras que algunos parecían objetar los pasos prudenciales, Mons. Williamson puso una obstáculo radical a todo trato con las autoridades romanas: su absoluta ilegitimidad. 
El caso se dirimió en un Capítulo General Extraordinario en el que el Superior General, Mons. Bernard Fellay prohibió participar a Mons. Williamson como censura por sus reiterados comentarios públicos críticos, a veces en términos fuertemente despreciativos hacia quienes sostenían la necesidad de alentar estas conversaciones.
Poco antes de dicha reunión plenaria de una semana, el Papa Benedicto hizo saber a la FSSPX que no habría regularización canónica sin la firma de un documento (Preámbulo Doctrinal) que ya había sido rechazado por la Fraternidad. En la semana de deliberaciones de carácter reservado se realizó un análisis de lo sucedido y se dio a conocer un documento.
Recordemos que este deseo del Papa Benedicto de regularizar a la FSSPX tuvo a su vez una fuerte resistencia dentro de la Iglesia "oficial", y que sin duda fue parte de las críticas que le dedicaron no solo medios de prensa internacionales sino también eclesiásticos de alto rango, como el hoy célebre Card. Kasper. Y que no podría dejar de asociarse, al menos a modo de conjetura probable, con su inesperada renuncia, cuyas causas oficiales resultan poco creíbles vista la salud y lucidez que mantiene el papa renunciante.
La inquietud dentro de la FSSPX, sin embargo, pareció haber ganado a algunos sacerdotes de un modo definitivo. Por una vía u otra un porcentaje muy menor de los casi 600 que tendrá este año se fue desgajando, aunque no todos de común acuerdo, sino en muchos casos en discordia también entre sí.
Materialmente pueden parecer la misma cosa, sobre todo si no se conocen las circunstancias históricas y los hechos precedentes. Sin embargo, esta consagración parece estar, esta vez sí, fundada en un rechazo de la autoridad romana, no solo en objeciones a su modo de ejercerla. Es decir, en las mismas causas que pusieron a Mons. Williamson fuera de la Fraternidad.
La consagración del P. Jean-Michel Faure no tiene el mismo contexto que la de los, en su momento, cuatro obispos de Mons. Lefebvre. Hoy no existe una nueva institución, con o sin permiso de Roma, que trabaje por la formación sacerdotal, la conservación de la liturgia y el esclarecimiento doctrinal. El P. Faure será un obispo sin jurisdicción y sin misión. Su consagración no fue fruto de la negativa de la Santa Sede de permitir la continuidad de una institución previamente autorizada y luego suprimida sin causa justa ni debido proceso. ¿Para qué será obispo? ¿Repetirá la triste experiencia de la creación en serie de más obispos que se vivió en los años '70 y sus tristes derivaciones?
Está por verse el ejercicio que haga el P. Faure de tal consagración, que presumimos válida a priori, sin conocer más detalles. Por desgracia, este sacerdote de 73 años, de tan meritorio pasado apostólico, está retirado por razones de salud psiquiátrica desde hace muchos años. Vivía hasta hace algún tiempo como sacerdote sin función dentro de la Fraternidad y era incapaz de asumir responsabilidades sin sufrir un colapso psicofísico. La que acaba de tomar como obispo difícilmente le permita conservar el precario equilibrio en el que se solía desempeñar.
Damos esta noticia con pena. Hemos conocido a muchos de los protagonistas de esta penosa situación. Del P. Faure y de otros tenemos y tendremos siempre un afectuoso recuerdo.
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