EL AÑO NO SANTO DEL SABOTAJE
No
nos equivoquemos: el recién anunciado Año Santo extraordinario de la
Misericordia será una fiesta de la herejía y del sabotaje a todo lo
católico. Este escandaloso Papa,
probablemente, se esté dando cuenta de que no se van a lograr sus
obscenos propósitos en octubre y esté preparando, por si fracasa el
Sínodo, una venganza mezquina típicamente bergogliana: el incesante
trompeteo de un pobre y blandengue Dios lamentándose de que no somos
conscientes de lo mucho que nos ama, acabará por extirpar
quirúrgicamente el sentido de la Justicia y de los castigos a los
hombres. [Nos ama a todos] a menos, por supuesto, de que usted sea un verdadero católico; en
cuyo caso usted es de los que “están muertos por dentro”, porque no
tienen misericordia, y reniegan de Dios y cosas por el estilo. Todo
esto, por supuesto, ad maiorem gloriam Francisci.
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Este es un año santo creado con un propósito impío: hacer sabotaje. Nada bueno saldrá de él, por lo menos en la intención de quien lo promueve.
Me
voy a dedicar durante todo el año a clamar insistentemente la
existencia de la Justicia de Dios, y a recordar a mis lectores la
realidad de la muerte, del juicio, y del infierno. Un
infierno en completo contraste con la imagen de Dios como tierno
adolescente que no para de enviar flores y cartas de amor a la chica de
su corazón esperando durante días una sonrisa de su amor; lo cual es, en definitiva, lo que Francisco quiere que pensemos de Dios.
Alguien debería explicarle a Francisco el significado de las palabras Dies irae, dies illa, o Rex tremendae majestatis, y preguntarle después si piensa que pueden aplicarse a alguien que no sea mafioso, violador de niños, o un católico cumplidor.
Este Año No Santo es una campaña más de la guerra de Francisco contra el catolicismo. Será
una contraofensiva si su ejército es derrotado en octubre, y una guerra
triunfal si las cosas logran el objetivo del Sínodo.
Un día, este hombre va a conocer quién es el Dios es la Misericordia y de la Justicia.
Tal y como ahora vemos las cosas, no creo que le vaya a gustar mucho ese día.