domingo, 18 de septiembre de 2016

Perdona nuestras deudas

Publicado por Revista Cabildo Nº118
Mes de Agosto de 2016-3era Época


ECONÓMICAS

Perdona nuestras deudas
Con respecto a las deudas ex­ternas, veamos lo que dicen algunos de los padres de la criatura.
En una carta del año 1913, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Byrnes, le decía a Woodrow Wilson: "si Estados Unidos se ofre­ce a prestarles su crédito (a las naciones sudamericanas) en el grado que ese préstamo sea segu­ro, podría hacerse que los bonos rentaran para ellas una economía inmediata. De esta manera podrí­amos aliviarlas de las deudas que las agobian y esto les permitiría construir los ferrocarriles que son absolutamente indispensables pa­ra el desarrollo de sus países. La ventaja sería que el plan daría a nuestro país una influencia tal so­bre ellas que podríamos impedir las revoluciones, fomentar ¡a ins­trucción y estimular la implanta­ción de gobiernos justos y esta­bles".


Traducido esto al criollo: impo­ner la colonización pedagógica, es decir, educarnos desde pequeños para aceptar la sumisión al poder hegemónico, obviamente castrán­donos.

Por su parte, y para disipar posi­bles dudas, Wilson afirmó que "un país es poseído por el capital invertido en él". La Revista "Ti­me", de abril de 1991, también encomia la política de pedir más deuda para cubrir la anterior, ya que eso daría al país deudor la oportuni­dad de endeudarse más aún para su desarrollo. Pero conviene al respec­to recordar el empréstito de la Ba-ring, que se tomó para construir un puerto, e instalar aguas corrientes en la ciudad de Buenos Aires, establecer pueblos de frontera, etc., etc.; pero no se hizo nada y el emprésti­to se terminó de "honrar" a princi­pios del siglo XX, con una retribu­ción superior al 1000% del capital nominal. La revista "Time" equi­para luego la situación descripta con la de un hombre que vende su casa para comprar un auto nuevo; más tarde, cuando este se descom­pone, ya no le quedan huevos en la canasta.

Conviene agregar asimismo otras manifestaciones para aclarar estos puntos, tratando en lo posible de dejar hablar a los propios actores para mayor claridad. Por ejemplo, veamos las palabras de James Warburg, de 1956, ante la Comisión del Senado Norteamericano para Asuntos Extreriores: "el gran inte­rrogante de nuestros tiempos no es si one world puede ser alcanza­do o no, sino si one world puede ser alcanzado por medios pacífi­cos o no, nos guste o no tendre­mos one world. El interrogante es sólo si mediante acuerdo pacífico o con violencia".

Estas afirmaciones siguen los li­ncamientos generales de la Con­ferencia de Dumbarton Oaks para la fundación de las Naciones Uni­das, donde se fijaron las estructuras básicas para un futuro gobierno mundial. Es bueno recordar que la banca alemana Warburg, junto con el banquero norteamericano Jacob Schiff fueron los principales finan­cistas de la Revolución Bolchevique de 1917, con 10 y 20 millones de dólares respectivamente, conjunta­mente con las bancas Morgan y Rockefeller.

También resultan ilustrativas las palabras del profesor Carol Quigley,docente en la escuela para el Se vicio Exterior de Estados Unidos mentor de Bill Clinton, quien dii en "Tragedia y Esperanza": "¡ poder del capitalismo mundial tiene un objetivo trascendental; nada menos que crear un sistema de control financiero mundial en manos privadas, capaz de dominar sistema político de cada pueblo, la economía como un todo, e influir sobre los políticos colaboracionistas mediante recompens posteriores en el mundo de los negocios".

Estas  manifestaciones  no  nos pueden tomar de sorpresa, ya que se encuentran en la línea de todos los gobiernos que hemos padecído en ya largas décadas.   Todos el coincidieron en el intento de hacernos renegar de nuestros instintos" más firmes, como, principalmente el de defensa del territorio.   Basta recordar las palabras del tristemente célebre estadista y filósofo riojano cuando nos quería inculcar que significaba una buena suerte que presidente Bush ofreciera cantidad de deuda por naturaleza, preparandonos para entregar nuestro patrimonio, supuestamente para pagar la deuda fraudulenta e inexistente.

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Esto sin olvidar a su predecesor Alfonsín, a su vez sucesor de Martinez de Hoz, quien no escatimó fuerzos para vaciar YPF, prepardonos así para aceptar su entrada por parte del riojano. Recorder que el radicalismo cuestionó la poltica tarifaria de Martínez de Hoz que llegó a cobrar un impuesto 68% por litro de nafta, pero pronotamente la aumentó a un 73%, con que se dejó a YPF un monto valor tanque equivalente al de mitad de una gaseosa, sin mencio­nar las ventajas en los contratos a las transnacionales por los Decretos 3870/84, 57/85 y 1457/85, au­mentando el desembolso extra de YPF a 214 millones de dólares anuales.
Uno de los artículos predilectos de los violadores de la Constitución, es el 29°: "el Congreso no puede conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias ni la suma del po­der público, ni otorgarle sumisio­nes, o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la respon­sabilidad y penas de los infames traidores a la Patria".

Recordemos que Carlos Menem asumió su cargo cinco meses antes de lo correspondiente, en inobser­vancia de la Ley de Acefalía y en violación del Artículo 29, ya que lo hizo por una Facultad Extraordina­ria del Congreso, lo que transforma su ascensión en usurpación del cargo y a todo lo actuado por él en viciado de nulidad insalvable, parti­cularmente su Ley de Reforma del Estado 23.6%, por la que puso en "venta" empresas y organismos del Estado, aunque mejor sería llamarla obsequio o donación.

Cabe acotar que anteriormente, el 23 de febrero de 1984 el Con­greso, a través del senado, aprobó la creación de una Comisión Investi­gadora de Ilícitos Económicos, que no funcionó nunca, y al año y medio resolvió disolverse ya que los senadores radicales, los mismos que la 'crearon, dijeron que la investiga­ción parlamentaria de la deuda era incompatible con la política econó­mica de Alfonsín.

Los gobiernos que lo sucedieron también violaron aquel artículo, al consentir todo lo actuado y no ha­berlo juzgado como infame traidor a la Patria, y por lo tanto quedaron también sujetos a la misma respon­sabilidad y pena.
Como a estos intrusos no les fal­tan ideas ni tiempo para desarrollarlas, no se les ha ocurrido nada mejor que implantar un gobierno mundial, y no ahora. Ya antes de la Primera Guerra Mundial, Guido von Listz fundó la sociedad Thule, apo­yado por la condesa rusa Helena Petrovna Blavatsky; relacionada con la Masonería y miembro del M 16 (Inteligencia Británica, particular­mente de su sección ocultismo). Este gobierno mundial, el Nuevo Orden Mundial, sería controlado por una hermandad de banqueros de raza blanca. Blavatsky, por su parte fundó la Sociedad Teosófica, la que aportó a von Listz las raíces esotéricas y digamos filosófico-religiosas, para enfrentarse con la Igle­sia Católica, a la que veían como el principal obstáculo para sus fines. Y hablando de la deuda, produce una cierta inquietud la euforia cau­sada en algunos por el hecho de que se nos permita emitir bonos para pagar la que supuestamente tene­mos con los holdouts. Lo que nos permititía reingresar a la financia­ción internacional, es decir, debería­mos sentirnos felices por poder pa­gar una estafa, ya que eso nos trans­formaría en creíbles ante los estafa­dores, y seguir endeudándonos sine die y comprometernos con una as­piradora especializada en succionar todos los recursos y esfuerzos de los argentinos.
Conviene recordar que la deuda al fatídico 8 de julio de 1989 totali­zaba 62.000 millones de dólares, pero sus títulos se cotizaba en el mercado interbancario al 14 % de su valor nominal, debido a dos razo­nes jurídicas fiundamentales:

1) El total de la deuda era litigio­sa por el fraude que constituía su causa fuente (como se acreditó feha­cientemente en la Causa 14.467 del Juzgado Nacional de primera instancia en lo criminal y Correccional Federal Ng 2 de la Capital Federal);

y

2) porque los títulos que la ins­trumentaban eran físicamente ine­xistentes, tal como fueron declara­dos por el Banco Central de la Re­pública Argentina cuando se proce­dió a verificar una partida de esos títulos dados en pago por Aerolí­neas Argentinas: eran sólo anota­ciones o referencias contables de bancos supuestamente acreedores, algunos de los cuales ya habían sido liquidados (cfr. Informe oficial del Banco Central en "La Nación" del 17 de febrero de 1992, Sección Eco­nómica, pág. 12).

Por otra parte, en la obra del Instituto Schiller de Nueva York "La integración de iberamérica", se es­pecifica que la deuda externa argen­tina legítima en 1995 era de 5.2 millones de dólares, mientras que la ilegítima era de 50 000 millones, de tal manera que la contabilidad tro­pical de los acreedores la multiplica­ba por 10. En casos así mi abuelo solía decir, "cómo será el pantano para que el chancho lo cruce al trote".

Otra cosa inquietante es que aparecieron flotando algunos "fan­tasmas del pasado", a los que cierta­mente no "evocaremos sonrientes", sino más bien "recordando con ira"; por ejemplo, las opiniones de Da­niel Marx, del equipo de Cavallo; y que por si fuera poco ya venía del equipo económico del radicalismo y fue uno de los tres negociadores del Plan Brady, por el que se reempla­zaron los (cuestionables e incobra­bles ante cualquier Tribunal) títulos de la deuda externa argentina por títulos del Tesoro Norteamericano, operándose así una novación de la deuda, una vez aprobado y firmado el plan por el gobierno argentino, este personaje abandonó el país pa­ra incorporarse al estudio de Brady en Estados Unidos.

Sólo me queda, estimado com­patriota, aconsejarle que se aferré tenazmente a sus calzoncillos, no sea que a alguien se le ocurra ofre­cerlos como parte de pago o garan­tía de algún otro curro que nos en­dilguen. •