sábado, 17 de septiembre de 2016

9/11: 15 años de una mentira transparente - Paul Craig Roberts

9/11: 15 años de una mentira transparente - Paul Craig Roberts



  Hay muchas teorías conspirativas respecto de los atentados del 9/11. La propia explicación del gobierno de Estados Unidos sobre el 9/11, es una teoría conspirativa en la que unos pocos árabes saudíes lograron burlar los controles de la Agencia nacional de seguridad del Estado norteamericano. Hay muy poca duda de que muchas de las teorías de la conspiración más imaginativas fueron creadas con el propósito de estigmatizar (y acorralar, NT) cualquier escepticismo no importa qué tan bien razonado y sustentado se encuentre, respecto a la verdad oficial.

  Cuando se piensa en 9/11, es importante diferenciar la opinión de expertos de las explicaciones improbables.

  Entre las opiniones de expertos están las de 2.600 ingenieros estructurales y arquitectos de reputación, que formaron los “Arquitectos e Ingenieros por la verdad sobre el 9/11” y han escrito al Congreso pidiendo una investigación verídica, “Bomberos por la verdad del 9/11”, “Pilotos por la verdad del 9/11” y asociaciones similares de físicos y químicos que analizaron los restos del polvo de las Torres Gemelas los cuales informan del hallazgo de materiales cuyos comportamientos son típicos en los utilizados en demoliciones controladas, y ex funcionarios del gobierno que comprenden que una falla de seguridad tan grande como la del 11 de septiembre habría producido y exigido una investigación profunda e inmediata.

  Estos grupos de personas calificadas y con experiencia afirman que la historia oficial del 9/11 es falsa. Arquitectos, ingenieros y científicos sostienen que la historia oficial es técnicamente imposible. Los bomberos y el personal de mantenimiento de las Torres Gemelas dicen que hubo numerosas explosiones dentro de las torres y que las primeras explosiones fueron en los sub-sótanos antes que los edificios sean impactados por los aviones. Experimentados pilotos militares y civiles dicen que las maniobras de las aeronaves están más allá de la capacidad de los presuntos secuestradores. Tanto el co-presidente de la Comisión del 9/11 y su asesor legal han escrito libros en los que han dicho que se le ha ocultado información a la Comisión, que el gobierno de Estados Unidos mintió a la misma Comisión, y que la Comisión se creó para fallar (en sus labores. NT)

  En otras palabras, la firme evidencia, claramente no es compatible con la versión oficial.

  Sabemos que la historia oficial es falsa. No sabemos quién es el responsable o cual fue el propósito que se pretendió con el evento. Sin embargo, la evidencia circunstancial apoya firmemente la sospecha hacia los neoconservadores cuya alta posición en el gobierno les habría permitido tener éxito con un ataque de bandera falsa y retrasar y desviar cualquier investigación hasta que la historia oficial termine siendo grabada en la piedra. También sabemos por los bailarines israelíes que elementos del gobierno israelí sabían anticipadamente del ataque y dispusieron agentes israelíes listos para filmar la destrucción de las Torres Gemelas.

  Según documentos de doctrina neoconservadora escritos en la década de 1990, se reclamó un nuevo Pearl Harbor con el fin de lanzar las guerras de Washington por la hegemonía, empezando por Medio-Oriente. Estos documentos doctrinarios señalan ataques a Irak, Siria, Irán, Libia antes del evento del 9/11. Ninguno de estos países tuvieron nada que ver con la historia oficial del 9/11 que culpa a Osama bin Laden de Al Qaeda; grupo yihadista establecido por Washington en la década de 1970 para resistir la ocupación soviética de Afganistán.
  Ninguno de estos países tenía gobiernos yihadistas. Irán tiene una forma moderada de ley islámica, pero Saddam Hussein en Irak y Assad en Siria dirigían gobiernos seculares. Sin embargo, los neoconservadores reclamaron falsamente que Saddam Hussein tenía “conexiones con Al-Qaeda”. Esta mentira y la mentira de que Irak tenía armas de destrucción masiva que amenazaban los EE.UU. fueron usadas para invadir Irak (y de paso desestabilizar el Medio Oriente y el Levante. NT) bajo los ataques del 9/11. A continuación, la justificación de las invasiones cambió. La excusa del 9/11 desapareció, y la “guerra contra el terror” y para “llevar la democracia” tomó su lugar.

  Desde mi cuarto de siglo en Washington, es claro para mí que si un evento como el 9/11 en realidad habría sucedido según la versión oficial, la Casa Blanca, el Congreso y los medios de comunicación habrían pedido a gritos una explicación sobre cómo unos cuantos árabes pudieron engañar cuatro veces en una hora, en el mismo día, a la totalidad de las agencias de seguridad de EE.UU., las agencias de seguridad en Washington de los aliados de la OTAN e Israel, el Consejo Nacional de Seguridad, el control de tráfico aéreo y de seguridad del aeropuerto. En cambio, el gobierno se negó a realizar cualquier investigación durante un año hasta que la mayor parte de la evidencia fue destruida. Que unos pocos árabes hayan derrotado a la seguridad nacional de EE.UU. sería la más grande humillación jamás infligida a una superpotencia, pero nadie se hace responsable. Esto me dice que el 9/11 fue un crimen de Estado contra la democracia.

  El 9/11 fue utilizado por el gobierno de Estados Unidos para lanzar las guerras que han destruido total o parcialmente siete países, matando a millones de personas y que producen millones de refugiados. El 9/11 también se utilizó para crear un estado policial estadounidense, que es una amenaza mucho mayor para la libertad y la democracia que el terrorismo musulmán.


Traducción: Mike Oscar


  Nota de NCSJB: Si bien entendemos que Paul Craig Roberts, como político conservador norteamericano considere a los atentados del 9/11 como un ataque a la “democracia”, verdadera causante de éstas tragedias; sin embargo, al haber sido funcionario del Tesoro durante la Administración Reagan, es un testimonio que vale la pena tenerse en cuenta.

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