¿Qué lo lleva a Macri a ser igual que CFK con el tema de las Represas?
13/09 – 12:45 – Parece ser que el gobierno nacional ha
decidido el “relanzamiento” de la construcción de las represas sobre el
río Santa Cruz, sin que haya hasta el momento, la publicación del
Estudio de Impacto Ambiental, que contenga todos y cada uno de las
observaciones realizadas por distintas organizaciones ambientalistas y
sectores que consideran necesario un profundo, científico y
participativo estudio de impacto y remediación que hasta el momento no
está hecho. ¿Con las represas pasará como con la obra pública de
Cristóbal López? ¿Mauricio Macri es víctima del síndrome de Estocolmo?
¿Cómplice de la corrupción K en Santa Cruz?. (Por Rubén Lasagno)
A la vuelta de China, Mauricio Macri trajo el pan bajo el brazo y
anunció feliz, que ese país está dispuesto a seguir poniendo plata en
Argentina y la euforia lo llevó a indicar que en una semana o un poco
más se anunciará el “relanzamiento” de la construcción de las represas
sobre el río Santa Cruz, solo que de 6 mil millones de dólares que
contemplaba el presupuesto kirchnerista, siempre tan bien dispuesto a
tomarse un margen cómodo de inversión, pasaría a 4.700 millones de la
misma moneda que sigue siendo una exageración, pero algo más acotada a
la realidad presupuestaria que habría dado un coste lógico si no se
hubiera concebido como la obra cúlmine de la corrupción K. De 1.760 Mw
que iba a producir se pasaron a 1.460MW y se bajó de 11 turbinas a 8
entre las dos represas.
Hasta aquí todo más o menos bien, excepto que el presidente de la
Argentina no ha dicho ni una sola palabra de los cientos de millones que
estuvieron bajo auditoría (de acuerdo al propio Ministro de Energía) y que Electroingeniería habría desviado para pagar deudas del interconectado,
sin volcar esos recursos a la obra específica, todo con la anuencia o
al menos la falta de control del Ministerio de Planificación. Por otro
lado, uno de los problemas que más impactan sobre el avance de las
obras, es la falta de un Estudio de Impacto Ambiental,
lo cual ya ha sido denunciada por los abogados ambientalistas en la
ciudad de Buenos Aires, debido a la falta de un estudio científico y
objetivo sobre los recursos, el ecosistema la topografía y las acciones
de remediación que se deberán tener en cuenta.
El gobierno nacional, hace lo mismo que llevada a cabo la ex
presidenta Cristina Fernández: va hacia adelante con el proyecto, sin
importarle quien se oponga. En este sentido, en pocos días más estarían firmando el relanzamiento autoridades del gobierno nacional y de la provincia,
aunque hay versiones contradictorias al respecto. Al gobierno de Santa
Cruz solo le importa que se reactive el sector para descomprimir su
economía; aunque parezca increíble, a la gobernadora y a su gabinete, no
le importa mínimamente si hay un EIA, si es serio, si se tienen en
consideración los efectos colaterales del proyecto, si habrá
consecuencias futuras irreversibles, etc.
Ahora bien, digamos que nunca le importó antes, por lo tanto
deberíamos preguntarnos ¿Por qué les tendría que importar ahora?.
Algunos podrían inferir que es por ser parte de Santa Cruz la que se va a
perjudicar ambientalmente, pero claro, eso es propicio pensarlo cuando
en un gobierno serio existe gente con criterio, hay políticas de Estado
en materia de conservación y se piensa dejar a las próximas generaciones
una provincia viable; no es el caso del que hablamos.
Vamos a esperar los anuncios y luego evaluaremos cuál es el verdadero
objetivo del gobierno de Mauricio Macri, que aparentemente llegó con el
lápiz rojo en la mano izquierda pero decidió guardarlo hasta una mejor
oportunidad.
Un ejemplo claro del gatopardismo PRO, es la obra clave de la autovía
Caleta-Comodoro, dejada inconclusa por Báez que cobró 800 millones de
pesos, tras un presupuesto inicial de 200 y solo construyó el 30%,
siendo éste el argumento que hace unos días sostuvo Matías Mazú en Fm
News cuando al hacerle este planteo dijo “bueno, pero no digan que no se
hizo nada, se construyó el 30%”, tremendo caradura, que no tuvo el
valor de reconocer que además de no cumplir con la obra, su amigo Lázaro
Báez, Julio De Vido y su jefa política, se robaron 600 millones. Esa
misma ruta Macri se la dio a Cristóbal López, otro evasor del Estado,
que nos robó 1.200 millones de pesos y ahora el gobierno le regala una
obra por casi 2 mil millones.
Del mismo modo, en YCRT, empresa quebrada y vaciada si la hay, donde
por años drenaron miles de millones de dólares, antes de saber quién es
quien y quien se quedó enriquecido con tan magnífica forma de robarle al
Estado, ya se anuncia el “relanzamiento” de la empresa, se prometen las
mismas cosas que prometía el kirchnerismo y desde adentro del
yacimiento, sostienen que la situación sigue siendo prácticamente igual y
con los culpables del latrocinio, perfectamente cuidados por la nueva
administración.
Ni hablar de la megausina, una construcción que, como las represas,
adolece de todo tipo de estudio ambiental serio. Además de la inmensa
corrupción que la ha cruzado con YCRT, la UTN, empresarios locales,
funcionarios nacionales que tenían intereses dentro de la misma, hace
una semana llegó al complejo una comisión de la justicia para “evaluar”
su funcionamiento y estado de las obras, pero hasta el momento,
públicamente, no se conoce nada.
Concluyendo, los ejemplos de la megacorrupción K en Santa Cruz, están
a salvo con la nueva administración de Mauricio Macri. Yo creo, que en
vez de combatirlo, el FPV debiera sostener a Macri, porque hasta el
momento le es absolutamente funcional para que en esta provincia no haya
repercusiones negativas sobre quienes se robaron todo y dejaron
destruidas las obras que encararon. Macri quiere “continuar”, trazando
una línea. Claro principio de quien lejos de hacer justicia, quiere
emplear el impulso de los hechos para montar su propio negocio. La
corrupción cero de Macri, al menos en Santa Cruz, está lejos de ser una
realidad y se ha transformado en un slogan más para ocultar la mugre del
kirchnerismo, bajo la alfombra. (Agencia OPI Santa Cruz)