domingo, 19 de julio de 2009
Argentina’s Dirty War La BBC, Righi y Larrabure.
Los Terroristas subversivos cometireron delitos de lesa humanidad
los 70
La BBC, Righi y Larrabure
El
pasado 29 de enero las cámaras de la BBC exhibieron el cadáver de un
hombre de extrema delgadez, salvajemente torturado. Con objetividad y
equilibrio, la serie Explore narró en su programa Argentina’s Dirty War
el calvario del coronel Argentino del Valle Larrabure.
Por Javier Vigo Leguizamon 08.03.2009
FUENTE http://www.perfil.com/contenidos/2009/03/08/noticia_0001.html
El
pasado 29 de enero las cámaras de la BBC exhibieron el cadáver de un
hombre de extrema delgadez, salvajemente torturado. Con objetividad y
equilibrio, la serie Explore narró en su programa Argentina’s Dirty War
el calvario del coronel Argentino del Valle Larrabure. Desconfiando de
las versiones románticas y maniqueas de la “memoria”, convocó a sus
televidentes a conocer la historia completa de la dolorosa década del
70, preguntándose por qué en pleno gobierno constitucional peronista el
ERP lo secuestró y asesinó.
¿Cuál
era la dictadura que combatían los “jóvenes idealistas inocentes”?
¿Cuál el plan criminal?, fueron los interrogantes que con Arturo
Larrabure planteamos a la audiencia mientras las imágenes mostraban las
espantosas condiciones en que tuvieron secuestrado a su padre durante
372 días.
La tenaz lucha que
iniciáramos peticionando que los crímenes de la guerrilla se declararan
de lesa humanidad daba un nuevo fruto. Un importante medio periodístico
internacional, conociendo el valiente dictamen del fiscal general
Palacín encuadrándolo en tal categoría, y la estrategia del procurador
general de la Nación, Esteban Righi, para anularlo e impedir que otros
fiscales se expidieran en forma similar (Resolución 158/07) nos
brindaban la oportunidad de demostrar las falsas premisas de dos
sofismas difundidos para consagrar la impunidad de la guerrilla.
El
primero alega que sus aberrantes crímenes son delitos comunes
prescriptos, por no haber sido instigados, facilitados, ni financiados
por Estado alguno.
Probamos la
existencia de terrorismo de Estado argentino y cubano poniendo al
descubierto el plan criminal diseñado por John William Cooke para
generar una sucesión de hechos revolucionarios que forzaran a Perón a
consentir la instalación de un régimen marxista.
Explicamos
a la periodista Tanya Datta que los eslabones fueron colocándose desde
la campaña electoral de Cámpora. Mientras Abal Medina anticipaba que se
liberaría a los terroristas, Righi diseñaba las bases de la futura
amnistía y Galimberti convocaba a la formación de milicias populares.
Como ministro del Interior, Righi negoció los proyectos de amnistía e
indulto, aplaudidos por legisladores irresponsables que elogiaron y
liberaron a los terroristas sin desarmarlos. Existió una llamativa
tolerancia frente a las masivas ocupaciones de barrios, universidades,
hospitales, radioemisoras y ministerios, con las que la guerrilla
intentó ganar posiciones, facilitando la inoperancia y/o complicidad del
Estado hechos gravísimos como la matanza de Ezeiza, el asesinato de
Rucci y el ataque al Regimiento de Azul, que costó la renuncia del
gobernador bonaerense Bidegain cuando Perón denunció que “hechos de esta
naturaleza evidencian elocuentemente el grado de peligrosidad y audacia
de los grupos terroristas que vienen operando en la provincia de Buenos
Aires ante la evidente desaprensión de sus autoridades…”.
El
terrorismo de Estado cubano facilitó ese plan criminal y está probado
por las declaraciones de prominentes miembros del ERP y Montoneros,
revelando que sus cuadros fueron instruidos militarmente en Cuba, y los
concordantes discursos de Guevara y Castro, propiciando y financiando la
expansión de la guerrilla en toda Latinoamérica.
Para
rebatir el segundo sofisma que sostiene que sólo el Estado puede
cometer crímenes de lesa humanidad, nos remitimos al fallo Tadic, donde
el Tribunal Internacional para la ex Yugoeslavia concluyó que también
pueden cometerlos organizaciones guerrillas sin que sea necesario que
los actos sean dirigidos o instigados por un grupo en permanente control
de un territorio.
Conmovidos,
comprobamos que el caso Larrabure está perforando las barreras ideadas
por los guerrilleros para permanecer impunes. Jueces y periodistas
internacionales saben bien que compromete la responsabilidad
internacional del Estado argentino que quien puede eventualmente ser
investigado por su actuación como ministro del Interior de Cámpora lo
prohíba.
*Abogado de la familia Larrabure.
Publicado por
La Verdad Histórica de la República Argentina
en
16:56