La ola abortista empuja a los senadores peronistas a chocar con Francisco y los obispos
El
peronismo se encuentra en una incómoda situación. Al ser el bloque más
numeroso en la Cámara Alta, tendrá la responsabilidad final de la
sanción del proyecto.
Gobierno: El impulsor y el mayor responsable.
Peronismo sindical: mayoría de abortistas.
Pro - Peronismo - Radicales - Izquierda y otros: mayoría de abortistas.
Con una inmediatez de apenas horas, la
primera línea de la política nacional se subió a la ola de la
despenalización del aborto ni bien después de que, en una maratónica
sesión, la Cámara de Diputados le diera media sanción a la ley gracias
al desplazamiento del voto de cuatro diputados pampeanos. Mauricio Macri
felicitó a los diputados. CFK apareció con sus nueve senadores
adhiriendo a los vencedores y los titulares de los interbloques
Argentina Federal y Cambiemos, Miguel Ángel Pichetto y Luis Naidenoff,
anticiparon una segura aprobación por el Senado.
Con la balanza ya inclinada, el proyecto con
media sanción llega a las comisiones del Senado para un tratamiento que
seguramente será express para que la votación se produzca antes del
receso de julio.
Así es que el gobierno, que fue el impulsor
del tema, consiguió buena parte de su objetivo: instalar un debate lo
suficientemente fuerte como para distraer en parte de la preocupante
situación económica y cambiaria. Pero quisieron las circunstancias que
el oficialismo también esté a punto de colocar en una incómoda situación
al PJ.
Sin margen
Es sabido que buena parte de los senadores
peronistas, sobre todo los provenientes del NOA y el NEA (las zonas
donde la Iglesia tiene mayor influencia) están comprometidos con votar
en contra de la despenalización del aborto. Con la presión que se da a
partir del vuelco en Diputados, el peronismo se encuentra en una
incómoda situación. Al ser el bloque más numeroso en la Cámara Alta,
tendrá la responsabilidad final de la sanción del proyecto. De
inclinarse la mayor parte de los senadores que siguen a Pichetto, más
los kirchneristas, a favor de la despenalización, se lesionarían
seriamente los vínculos de ellos y sus gobernadores con el episcopado
local y el Vaticano. De hecho, el hermano del primer mandatario salteño,
Rodolfo Urtubey, se pronunció a favor de la despenalización siendo su
provincia, Salta, el ejemplo de las posturas conservadoras. Así las
cosas, el macrismo no sólo habría creado un eficiente instrumento para
distraer la opinión pública sino que, de paso, también estaría por
alejar de su buena relación con la Iglesia a los senadores y
gobernadores peronistas.
Si bien la tendencia internacional marca un
avance de la despenalización del aborto, al punto que uno de los dos
países más católicos de Europa, Irlanda, ya cuenta con su ley, la
situación de Argentina es muy especial. La inevitable lectura política
será que Francisco, en su propia patria, no pudo evitar que el aborto
avanzara. Una victoria considerable de Cambiemos en una pulseada que
sigue subiendo de tono, pese a que tanto la Santa Sede como la Casa
Rosada disimulan su confrontación con un silencio helado.
Carlos Tórtora