DESAGRAVIO A MARÍA SANTÍSIMA
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En los días aciagos de la legalizacion del aborto, los
obispos se pronunciaron con un texto vergonzante que escandalizó a muchos
fieles. Porque abajando lo sacro y tomando en vano el nombre de Dios, osaron
comparar a María Santísima con una mujer cualquiera víctima de un embarazo
inesperado. Dicen los teólogos que Cristo –como todo hijo varón que se precie de
tal- no permite que insulten a su madre. Y cuando esto sucede, su intervención
está próxima y cercana. Entretanto, Nuestra Reina y Señora, no puede quedar sin
desagravio.
La que espera
A Magdalena Bosco,mi más
pequeña ahijada.
Por ANTONIO
CAPONNETTO
Cuando Dios
dijo Hagamos con su ser Uno y
Trino,
instante
bendecido que en sí mismo abrevaba,
Origen de
los ritmos, las ráfagas o el alba:
ya María
esperaba.
En el trono
del Padre, el del Pneuma y del Hijo,
solamente
una Luna su cuerpo retrepaba,
incoada en
el solio trinitario y eterno:
ya María
esperaba.
San Joaquín
y Santa Ana rogaron el obsequio
de aquella
gravidez que al lirio acuartelaba,
se alegraron
los cielos y la tierra era un salmo:
ya María
esperaba.
La dotaron
de un nombre pero ella era inefable,
¿con qué
letras llamarla si su voz albriciaba?
su nombradía
dulce encerraba un acíbar:
ya María
esperaba.
Servidora en
el templo entre ancianos prudentes,
en honda
expectación un secreto velaba,
oyó las
Escrituras, vio el Árbol de Jesé:
ya María
esperaba.
Y el día en
que el Arcángel pronunció su “No temas”
(Fra
Angélico asegura que el azul aleteaba),
izó un canto
laudante, enarboló la gracia:
ya María
esperaba.
Sobre el
lomo de un rucio, San José con las riendas,
a Belén se
encamina, la estrella pastoreaba,
se vistió de
pesebre la vigilia del parto:
ya María
esperaba.
Por Caná hay
una boda con sabor a verbena,
con tinajas
vacías,sólo el agua escanciaba,
le pidió con
los ojos el prodigio del vino:
aún María
esperaba.
Lo
desclavaron muerto,martirizado, roto,
lo posó en
su regazo que el Verbo amurallaba,
le besó las
heridas,los párpados sangrantes:
aún María
esperaba.
Tu preñez,tu
cintura vuelta cántaro pleno,
tu gestación
prevista como una primavera,
te agradecen
los coros angélicos diciendo:
Es Ella, La que
espera.