La despenalización del aborto es inconstitucional
Señor Director:
Llama
poderosamente la atención que el presidente de la comisión de
Legislación general de la Cámara de Diputados, Daniel LIpovetzky (PRO),
haya advertido que ante una eventual declaración de inconstitucionalidad
de la ley una vez aprobada (refiriéndose a una supuesta despenalización
del aborto), que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
“ratificó que no es inconstitucional, porque la única base sería el
inicio de la vida desde la concepción y la interpretación es que esa es
una generalidad (sic) y que los países pueden reglamentarla con una
despenalización”; le informo que la vida que comienza con la concepción
está lejos de ser “una generalidad”, sino que está comprobado por la
ciencia y por lo tanto toda ley que viola el artículo 75 incisos 22 y 23
de nuestra Constitución, que garantizan la vida desde la concepción, es
inconstitucional, y toda ley violatoria de ese principio constitucional
-reitero- no deja de ser inconstitucional.
Y por ende los legisladores
abortistas deberían promover una reforma constitucional sobre la norma
mencionad, antes de cometer el craso error de votar una ley, legalizando
la despenalización del aborto.
“La ciencia ha demostrado -dice
Alejandro R. Caride, que sostiene que el aborto legalizado es uno de los
resultados de lo que Marquardt, en sus “Temas básicos de Derecho
Penal”, denominaba “irracionalismo contemporáneo”- que desde la
concepción hay vida humana: personal, ontológicamente autónoma,
irrepetible, sujeto -por ende- de derechos, el primero de los cuales y
condición para todos los demás es, precisamente, el derecho natural de
vivir”. Por su parte, Jean Rostand, Premio Nobel de Biología, ha
señalado: el hombre, todo entero, ya está en el óvulo fecundado. Está
todo entero, con todas sus potencialidades. Por lo tanto, todo aborto
es, sin duda, un pequeño asesinato.(1) El cadáver -subraya Jerome
Ljeune- será muy pequeño, pero hay homicidio.
Además, el cardenal
Joseph Ratzinguer (actual Papa emérito Benedicto XVI) expresó: “No hay
homicidios pequeños, porque toda la vida humana, desde el momento de la
concepción, es sagrada”. (2)
Los legisladores deben considerar que
“el abortismo legal, legaliza una práctica clandestina, pero no lo
legitima en el sentido verdadero de la palabra. El abortismo legal es un
humanicidio real. Y lo real es siempre lo que es, y no lo que le
interesaría que fuera al Poder. Si una ley legaliza lo ilegítimo, esa
ley no es verdadera ley, sino corrupción de la ley. De la ley sólo tiene
las formas, pero no la sustancia. Nunca, en tal sentido, hay que
obedecerla”. (3)
Por lo expuesto, reafirmo al diputado Lipovetzky que toda ley despenalizando el aborto, es indubitablemente inconstitucional.
Con cordiales saludos,
Alfredo Nobre Leite
DNI 18.221.024
1)
Alejandro R. Caride: “En torno al delito de aborto”. Comunicación
presentada en las VIII Jornadas Nacionales de Derecho Penal, Río
Gallegos.
2) Joseph Ratzinger: “La fuerza contra el derecho”
(ponencia presentada en el Congreso sobre “El derecho a la vida y
Europa”, en ASD Prensa, año IV, edición Nº 95, 22/9/88.
3) Del
libro “Aborto y sociedad permisiva”, en Cuestiones y Respuestas, por
Pedro Juan Viladrich, Orientación Bibliográfica S.A., Madrid, 1979, p.
122.
Citados por Alberto Rodríguez Varela, en “Derecho a Nacer”, Abeledo-Perrot, 1993, pp. 18, 22 y 26.