Cuando no hay que ver para creer
- Augusto TorchSon
Intento de reflexión ante amenazas invisibles
Ante la situación que vivimos, se nos
ocurre algún paralelismo con la película “Idiocracy” estrenada en el año 2006, la
cual, sin dejar de tener los elementos propios de la maldad Hollywoodense, permite
hacer algunos interesantes paralelismos referidos a la estupidización
mediática poblacional y su consecuencia inmediata de poner en jaque el destino
mismo de la humanidad por esa causa. Si no tuviéramos una mirada sobrenatural de
la historia podríamos creer que esta situación apunta a eso.
En dicha película, dos mediocres
personas, un militar y una prostituta, son contratados para un experimento en
el cual se los criogenizaría para ser despertados a los dos años. Todo se
complica y son devueltos a su estado animado 500 años después. El mundo en el
que se encuentran, a base de propaganda y TV basura, fue haciendo involucionar
a la humanidad hasta llegar a un grado de estupidez que lo pondría al borde de
la extinción, resultando ser los protagonistas, en ese momento, los más
inteligentes del planeta. En el mundo del futuro, el presidente, Dwayne Elizondo Camacho, es un ex
luchador y actor porno, la gente ve durante horas programas entre los cuales el
más popular es un hombre al cual se le golpean constantemente los testículos.
El influjo estupidizante de la sociedad por medio de las pantallas es patente
en ese tiempo, el cual produce una inevitable involución de la especie humana.
En nuestro anterior artículo (Common
Sense Virus) mostramos como proceden los medios para generar la pérdida de
la respuesta racional ante las imágenes para dar lugar a la simple respuesta
emocional e irreflexiva.
Con esta crisis global generada
mediáticamente ante el coronavirus, además de las medidas increíblemente
restrictivas de las libertades individuales, sin precedentes en historia de la
humanidad, se logró la adhesión completa y sin reparos de las masas teledirigidas,
quienes hasta criticando a los gobernantes y globalistas detrás de todo
esto, aceptan como necesarias dichas medidas.
El experimento pandémico demostró la
absoluta y voluntaria sumisión de la población mundial a una propuesta tan poco
elaborada, que nos pone definitivamente en una situación humanamente irreversible
ante los próximos pasos de los propiciadores del Nuevo Orden Mundial
anticristiano.
Analicemos simples hechos para reforzar
nuestra afirmación respecto a los endebles argumentos mediáticos y gubernamentales
que tienen aterrorizado al planeta.
Hasta el día de la fecha llevamos
52863 muertes en el mundo entero, en el “mapa del coronavirus” de
Google con fuente de Wikipedia. Según la misma enciclopedia del N.O.M. la “pandemia”
tuvo inicio el 1 de diciembre de 2019 con lo que llevamos 4 meses del comienzo de
la misma.
Repasando un informa de la Oxford
Institute titulado “Causes
of Death”, publicado en Diciembre de 2019 sobre las causas de muerte en el
mundo en el año 2017, nos encontramos con que 17 millones murieron en el mundo
por enfermedades cardiovasculares, 9 millones y medio por cáncer, y en lo
relacionado más concretamente con la forma de transmisión de este virus, se
informa que por enfermedades respiratorias, se murieron casi 4 millones de
personas y por infecciones respiratorias menores 2 y medio millones de personas
en dicho período. Ahora, si suponemos que el número de muertos por coronavirus
va a crecer exponencialmente y estos casi 53 mil muertos en este cuatrimestre
podrían darse en un mes, y hasta el doble, o el triple, o sea, 150000 muertos
por mes, no llegaríamos en un año a la cantidad de muertos por enfermedades
respiratorias o por infecciones de esa misma índole. Y nunca se decretó ante
estas cifras de años anteriores una pandemia universal, cerrando fronteras
nacionales, estatales, provinciales, municipales, comarcales, etc etc.
Vamos a un caso más cercano para los
argentinos. Según las Estadísticas
Vitales del Ministerio de Salud del 2018 las muertes por enfermedades
respiratorias ascendieron a 61668 y las específicamente referidas a Neumonía e
Influenza, fueron de 31916, cuando al día de hoy tenemos encarcelados a los
argentinos y paralizada la actividad económica por 32 muertos. Aunque se
pretenda hablar de que gracias a estas medidas preventivas es que el número es
tan bajo, aún en las más disparatadas proyecciones, difícilmente se lleguen a
esos números o al de muertos ocasionados por otras causas que tampoco llevaron
a tan ridículas, extremas y perniciosas medidas.
Nadie niega que
exista el virus, ni
que el mismo sea contagioso, lo cuestionable es lo perverso de las
medidas
adoptadas con el pretexto de frenar su avance, que ya está dejando en
una situación de pobreza y necesidad a millones de personas y hasta sin
atención médica, ya que ésta se está limitando a las de "extrema
urgencia" y por supuesto, a las tan necesarias para alimentar la
psicosis, por coronavirus.
Ahora, vamos al caso que más terror
genera y se pone de ejemplo con caravanas de ataúdes, supuestamente con cadáveres
del tan temible virus: Italia. El primer dato a tener en cuenta es que Italia es
después de Japón, el segundo país en el mundo con población más vieja de la
tierra. Partiendo de esa base, veamos lo que dice uno de los mismos diarios que
aportan su cuota de terror a la gente, respecto a quienes y como murieron los
coronavirus sufrientes en dicho país: La Nación en su artículo “Quiénes
murieron a causa del coronavirus en Italia, el país más golpeado por la
pandemia”.
Además de señalar que la edad
promedio de los fallecidos es de 78 años y más de la mitad tenía al menos tres
patologías preexistentes, continúa informando que el 95% de los muertos tenían
más de 60 años y la edad promedio de las mujeres es de 82 años. El cuadro
muestra que “NINGUNO” de los fallecidos tenía menos de 30 años, y los otros
datos los dejamos en el cuadro.
Más interesante resulta el análisis
de las patologías previas, resultando que el 21,4% tenía 1 patología previa,
con 2 patologías previas el 26,1% y con 3 o más el 51,2%, con lo que los que contaban
con una enfermedad anterior suman un 98,2% de los fallecidos.
En este aspecto
es importantísimo señalar lo que mencionó el especialista argentino Dr. Pablo
Goldsmith al que referimos en nuestro artículo anterior, hay que tener en
cuenta que una cosa es morir “con” coronavirus y otra cosa es hacerlo “por”
coronavirus, supuesto no detallado en estas estadísticas. Y a todo esto tenemos
que sumar que hasta ahora los casos mortales son en el más terrible de los
informes del 5% de los infectados (BBC Coronavirus). Si los
aterrorizados médicos, apagan por una semana los televisores y dejan de recibir
los mensajes de whatsapp con incomprobables informes e imágenes de muertos en
los pisos de desconocidos hospitales, tal vez puedan llegar a analizar
racionalmente la cuestión y sacar las conclusiones adecuadas. Obsérvese que hablamos
de médicos y no de simples ciudadanos como para mostrar que si los
profesionales de la salud no son capaces de analizar los datos con objetividad,
mucho menos podríamos esperarlo de quienes no lo son.
Ahora veamos la lógica de muchísimos católicos con cierta formación, hasta académica. Nos dicen que el Nuevo Orden
Mundial es cierto, los planes de dominación igualmente lo son, que la Organización
Mundial de la Salud, es abortista y asesina y los medios mentirosos, pero hay
que hacerles caso en esta ocasión porque la TV no puede mentir respecto al desfile
de ataúdes en Italia, y la O.M.S. tampoco puede ser que mienta tanto a pesar de
ser los principales genocidas de niños en el vientre materno (estadística que
no figura en ningún informe de muertes de estos organismos en el mundo).
Después están los que dicen: “todas
estas medidas son una exageración de la elite gobernante para dominarnos, pero
por las dudas me pongo un barbijo y me quedo en casa”.
Ahora nos toca entender el porqué de
las medidas tomadas y para eso necesitamos repasar algunos hechos de dominio
público por lo que la acusación de “conspiranoicos”, solo podría hacerla un
necio ya que no vamos a opinar, sino que vamos a hacer hablar a los causantes.
Primero señalar el “Evento 201”, llevado
a cabo el 18 de octubre del año pasado por la Fundación de Bill y Melinda
Gates, el John Hokins Center y el masónico “World Economic Forum” cuyos miembros
son mayormente empresarios y corporaciones pertenecientes al Club de Bilderberg. Según su propio
sitio web fue un ensayo sobre una posible pandemia global con los siguientes objetivos: “El ejercicio ilustra
las áreas en las que serán necesarias alianzas público / privadas durante la
respuesta a una pandemia severa para disminuir las consecuencias económicas y
sociales a gran escala”. Ahora, resulta que se proponen “alianzas”
que tienen
mucho que ver con una gobernanza global, y para ensayar el escenario de
una catástrofe mundial, no pudo ocurrírseles mejor idea que llevarla a
cabo en base, nada más y nada menos, que a una supuesta pandemia
de “CORONVAVIRUS”. Como si los masones globalistas hubieran tenido una
iluminación profética 2 meses antes que estalle esta “descontrolada
(mediáticamente)
pandemia”.
La principal salida que nos proponen
los mismos que ejercen el terror psicológico sobre la población con esta supuesta
pandemia, es la esperanza de una vacuna que tendría que ser inoculada a todo el
mundo. Ahora compartimos el video del mismísimo Bill Gates aterrando a la gente
con el peligro de la superpoblación, sosteniendo que, con ayuda de vacunas se podría reducir
la población en un 10 o quizás un 15%.
Imposible no mencionar a continuación
al israelita Yuval Harari, denominado “gurú futurista” en una nota publicada en
el “Financial Times” y reproducida por Infobae,
refiriéndose a la crisis que sobrevendrá a la pandemia. En dicha publicación
Harari afirma que en el futuro, los gobiernos y corporaciones, para evitar
futuras pandemias, podrían implementar “una dramática transición de
vigilancia ‘sobre la piel’ a vigilancia ‘bajo la piel”. Es decir, con
nanotecnología y a través de vacunas podrían implantarnos dispositivos de rastreo
y vigilancia. Señala que esto sería autoritario por lo que lo ideal sería que
la gente coopere voluntariamente para lo que se requiere que confíe en “las
autoridades y en los medios”. Y termina hablando de la necesidad de un plan
global. Nuevo Orden Mundial servido “a piacere” próximamente. Advierte consecuentemente
Harari de los peligros de los “nacionalismos”.
El “gurú”
en el World Economic Forum continuando con las “coincidencias”
“Casualmente” nos informaba el Jerusalem
Post que científicos israelíes tendrían una vacuna para el coronavirus en
unas pocas semanas. Ante la información de la comunidad científica internacional
que refiere que una vacuna para lanzarse al público requiere mínimamente de 18
meses de experimentaciones y comprobaciones, el artículo israelí nos hace la
hipercasual aclaración de porqué ellos tendrían la vacuna en tan poco tiempo
diciendo: “'Digamos que es pura suerte'. 'Decidimos elegir el
coronavirus como modelo para nuestro sistema solo como prueba de concepto para
nuestra tecnología'”. Traduzcamos en cristiano: estaban aburridos y
decidieron experimentar con una vacuna y entre miles de posibilidades virósicas,
y al igual que la epifanía pachamámica del “evento 201”, eligieron experimentar
con coronavirus unos cuantos años antes que surja la pandemia.
Para ir sumando casualidades en niveles
cuasi alquímicos, tenemos que el periódico “The Economist” de la familia más
poderosa del globo, los israelitas Rothschild, publicaba en dos de sus portadas:
“La medicina adecuada para la economía mundial” mostrando al planeta con
forma de coronavirus; y en la otra portada “Todo está bajo control” el gran
gobierno, la libertad y el virus.
Lo concreto es que lo conseguido, con
este inmenso aparato propagandístico global, es un actual Estado policíaco que
se perfila mucho más opresivo en un futuro cercano, instalación de redes 5g con
una tecnología de vigilancia al instante sobre toda la humanidad, las
vacunaciones masivas, la centralización del poder, la pérdida de millones de
puestos de trabajos con la consiguiente dependencia absoluta de los gobiernos, el
supuesto dilema ético respecto de elegir quien debe vivir con recursos
insuficientes, y por sobre todas las cosas, el hacer que los mismos
compatriotas se vean entre sí como enemigos y potenciales asesinos portadores
de virus apocalípticos.
Volviendo al principio de este
escrito, se puede concluir que los "mass media" realizaron una increíble demostración de poder. El hombre
moderno, al igual que el de la película “Idiocracy”, no quiere procesar la
información, es absolutamente impaciente. Y los medios aprovechan esa situación
para inundar su imaginación con imágenes que no requieren análisis porque
simplemente impactan en el cerebro. Por eso sabemos que un articulo como el que
ahora proponemos, requiere tomarse un tiempo y además invita no solo al análisis
sino a la constatación por medio de la propia investigación. Pero el hombre
mediatizado prefiere la vieja y confiable pantalla que piensa por ellos,
agregando una buena dosis de morbosidad y dramatismo para hacer más atractiva
su propuesta, manteniendo el grado de tensión adecuado para seguir alimentando
la histeria colectiva.
En “Idiocracy” los programas
televisivos eran grotescos, pornográficos y morbosos, alimentando las más bajas
pasiones y haciendo consecuentemente irreflexivos a sus televidentes, cautivos
de las más básicas emociones. Algo absolutamente comprobable, hoy más que
nunca, es que las masas democráticas actúan y reaccionan igual ante el mismo estímulo
transmitido por sus pantallas. Pero esa masificación mediática tiene un alto
grado de responsabilidad en sus víctimas, porque la renuncia a la investigación,
a la reflexión y a la meditación se da por propia voluntad, cuando no por desidia
y hasta pereza.
No esperamos mucho de lo aquí expuesto
porque coincidimos con Mark Twain que “Es más fácil engañar a la gente, que
convencerla de que han sido engañados”.
Lo cierto es que con todo este
inmenso engaño se revelaron algunas cuestiones inquietantes y esjatológicas. Repasemos
las palabras de Nuestro Señor respecto a las señales de su regreso: “Muchos
padecerán entonces escándalo, se harán traición unos a otros, y se odiarán
recíprocamente. Y aparecerá un gran número de falsos profetas que pervertirán a
mucha gente. Y porque abundará la maldad, se enfriará la caridad de muchos”
(MT. 24 10-12).
Mientras se nos
pretende imponer una
fraternidad y colaboración global sin fronteras y con debida distancia
de
nuestros “prójimos” como modelo de prevención y responsabilidad
ciudadana, preferimos
seguir amando la Patria que Dios nos dio, así como a nuestros
compatriotas que
van a necesitar más que nunca de nuestra cálida y fraternal presencia y
asistencia en estos tiempos aciagos. Mientras se nos prohíbe darle el
debido
culto a Nuestro Creador, vamos a seguir exigiendo que se respeten los
derechos
de Dios, así como la exaltación de nuestra Santa Madre Iglesia, aún en
contra de la jerarquía apóstata de la misma, hoy servil a la gobernanza
global. Cuando se nos exige la
rendición total en busca de un confortable estado de bienestar,
preferimos atenernos al deber cristiano de la lucha. Y cuando
las humanas posibilidades de éxito son escasas y nulas, preferimos
confiar en
Dios y en Su victoria y no en la nuestra, que será para nosotros derrota
terrena, pero con
recompensa eterna.
Es tiempo de estar atentos y
sacudirnos la somnolencia y relajación intelectual y espiritual propuesta por
los medios. Nos advierte Nuestro Señor en la continuación del Evangelio antes
citado respecto a una tribulación “que no la hubo semejante desde el principio
del mundo hasta ahora, ni la habrá”, y no parecen estar lejanos esos tiempos.
Augusto
Nacionalismo
Católico San Juan Bautista