miércoles, 8 de abril de 2020
La agenda globalista del Vaticano - Alejandro Sosa Laprida
Miles Christi - 07/04/2020
« Los más astutos enemigos
han llenado de amargura a la Iglesia, esposa del Cordero Inmaculado »[1]
Comparto con ustedes este excelente artículo de
Elizabeth
Yore, publicado en The Remnant
anteayer, que sintetiza la puesta a punto de una religión mundial promovida por
el Vaticano: https://remnantnewspaper.com/web/index.php/fetzen-fliegen/item/4838-francis-footnote-follies-why-francis-dropped-the-title-of-vicar-of-christ. Y acá puede
leerse la traducción castellana, publicada por Fray Filemón de la Trinidad en
su blog: https://linumfumigans.blogspot.com/2020/04/papa-francisco-el-abandono-del-titulo.html#more
Añadiré seguidamente algunas citas y datos a esta
muy buena reseña. He aquí un ejemplo reciente, entre muchos otros, que ilustran
este programa religioso unificador impulsado a escala planetaria desde el
Vaticano:
“Queridos
amigos Budistas: En nombre del Consejo Pontificio para el Diálogo
Interreligioso os brindamos nuestros más sinceros saludos y mejores
deseos así como a todas las comunidades budistas del mundo con motivo de la
celebración de la fiesta de Vesakh/Hanamatsuri. El Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso lo ha hecho en los últimos
veinticuatro años en esta alegre ocasión. Dado que este año se cumple el
vigésimo quinto aniversario de este tradicional mensaje, nos gustaría renovar
nuestro vínculo de amistad y colaboración con las diversas tradiciones que
representais. Este año quisiéramos reflexionar con vosotros sobre el tema "Budistas
y cristianos: construyamos una cultura de compasión y fraternidad",
conscientes del alto valor que nuestras mutuas tradiciones religiosas atribuyen
a la compasión y la fraternidad en nuestra búsqueda espiritual, en el
testimonio y en el servicio a una humanidad y a una tierra heridas. (…)
Todo
está relacionado. La interdependencia nos devuelve al tema de la compasión y de
la fraternidad. En un espíritu de gratitud por vuestra amistad, os pedimos
humildemente que acompañéis y sostengáis a vuestros amigos cristianos en
la promoción de la bondad del amor y de la fraternidad en el mundo de hoy. Al
igual que nosotros, budistas y cristianos, aprendemos unos de otros a ser más
atentos y compasivos cada día, así podemos seguir buscando formas de colaborar
para que nuestra relación se convierta en una fuente de bendición para
todos los seres sensibles y para el planeta, que es nuestra casa común.
Creemos
que para garantizar la continuidad de nuestra solidaridad universal, es
necesario un proceso educativo para nuestro "viaje" compartido. Con
este fin, el 15 de octubre de 2020 se celebrará un evento mundial cuyo tema es "Reconstruir
el Pacto Educativo Global". "Un encuentro para reavivar el
compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una
educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo
constructivo y de la mutua comprensión" (Papa Francisco, Mensaje
para el lanzamiento del Pacto Educativo Global, 12 de septiembre de
2019). Os invitamos a colaborar con todos para promover esta iniciativa,
individualmente y dentro de vuestras comunidades, para cultivar un
nuevo humanismo. También nos complace ver que, en varias partes del
mundo, los budistas y los cristianos tienen valores profundamente arraigados y
trabajan juntos para erradicar las causas de los males sociales.”[2]
Les doy un ejemplo adicional, esta vez en relación
al islam:
“El
Papa Francisco afirma que la crisis ecológica es un llamado a una
profunda conversión interior. Lo que se necesita es la educación, la
apertura espiritual y una "conversión ecológica global" para
responder adecuadamente a este desafío. Como creyentes, nuestra
relación con Dios tiene que ser cada vez más evidente a través de la
forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Nuestra
vocación de ser los guardianes de la obra de Dios no es facultativa,
ni marginal en relación con nuestro compromiso religioso como
cristianos y musulmanes: es una parte esencial del mismo. ¡Que los
pensamientos religiosos y las bendiciones derivadas del ayuno, la
oración y las buenas obras nos sostengan, con la ayuda de Dios, en
el camino de la paz y de la bondad en el cuidado de todos los miembros de la
familia humana y de todo lo Creado!” Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso - Mensaje a los musulmanes para el mes de Ramadán,
2/6/2017.[3]
Un último ejemplo de estos inauditos “saludos
ecuménicos”, por si a alguien le quedase todavía alguna duda acerca del
indiferentismo religioso fomentado por el Vaticano:
“Queridos
amigos Hindúes: el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso os
envía cordiales saludos y sinceros deseos con ocasión de la Deepavali que
este año celebráis el 27 de octubre. Que esta fiesta de luces ilumine
vuestros corazones y hogares y traiga alegría y
felicidad, paz y prosperidad a vuestras familias y comunidades. Al
mismo tiempo, que fortalezca el espíritu de hermandad entre vosotros. (…) La
religión nos inspira fundamentalmente a “ver en el otro a un hermano
que debe sostener y amar” -Francisco y Ahmaed el-Tayeb, Gran Imán de
Al-Azhar en Abu Dhabi, el 4/2/ 2019-. (…) Sólo cuando los
seguidores de las religiones se exigen a sí mismos una vida
coherente con su ética religiosa, pueden ser vistos como personas que
desempeñan realmente su papel de constructores de paz y de testigos de
nuestra humanidad compartida.”[4]
Y ahora haré una pregunta, cuya respuesta
correcta me parece indispensable para poder comprender adecuadamente esta
situación inaudita en la historia de la Iglesia que nos toca vivir: ¿cuál es la
raíz de estas abominaciones, de este auténtico misterio de iniquidad, que
consiste en ver a la jerarquía eclesiástica ejecutar el plan masónico e
iluminista de puesta en marcha de una religión humanista planetaria, que
trascienda los “dogmas” de las diferentes “tradiciones religiosas”? ¿Es acaso
Francisco el único responsable de esta situación apocalíptica?
Imagino que ya habrán adivinado la respuesta a mi
pregunta, la cual, evidentemente, tiene solamente una función retórica. No, de
ninguna manera, Bergoglio no es en absoluto el único responsable de lo que está
sucediendo en la Iglesia. Él no hace más que implementar el falso ecumenismo y
el falaz diálogo interreligioso del CVII, sobre los que se funda el objetivo
modernista de constituir una religión global, integrada por todos los “cultos”,
unificados bajo la divisa del “humanismo”, la “fraternidad”, el cuidado de la
“casa común” y la obtención de una falsa paz mundial, al margen de Jesucristo.
Esta empresa, de innegable corte anticrístico, es actualmente
llevada por Bergoglio, pero ha sido preparada meticulosamente por todos
sus predecesores conciliares. Transcribo seguidamente un pasaje ilustrativo
del origen conciliar de esta aberración, tomado del documento Nostra
Aetate, referido a las religiones no cristianas -aquí, más precisamente, al
hinduismo-:
“Las religiones, al tomar contacto con el progreso de la cultura,
se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con
un lenguaje más elaborado. Así, en el Hinduismo, los
hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la
inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la
filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición
mediante las modalidades de la vida ascética, a través de una profunda
meditación, o bien buscando refugio en Dios, con amor y confianza.”[5]
Conviene tener presente que mensajes de este
tenor, congratulando a las “religiones” heréticas, cismáticas e idólatras por
sus “festividades religiosas”, se vienen enviando desde hace más de cincuenta
años. Me parece que ya es ampliamente hora de abrir los ojos y de dejar de
idealizar los supuestos “buenos viejos tiempos” de JPII y de BXVI, que
practicaron exactamente el mismo ecumenismo apóstata.
No olvidemos que fueron justamente ellos
quienes comenzaron con las abominables reuniones interreligiosas de Asís, las
tres primeras con JPII como “papa” y con Ratzinger al frente del ex Santo
Oficio, es decir, nada menos que como supuesto garante de la ortodoxia doctrinal
(!!!), y la cuarta, en 2011, convocada y presidida por el mismo Ratzinger
devenido ya BXVI…
En comparación con ellas, el reciente episodio
de la “Pachamama” en los jardines vaticanos -grotesco espectáculo
montado por Bergoglio para poner de relieve su maligno “sínodo amazónico”-, podría
ser considerado como un incidente menor, como una suerte de “mini réplica” de
los multitudinarios aquelarres pergeñados por Wojtyla y Ratzinger, y que el
mismo, al estar en perfecta consonancia con el proyecto ecuménico conciliar y
con lo hecho por sus predecesores, en buena lógica, no debería haber
sorprendido a nadie.
Veamos un testimonio muy esclarecedor al
respecto:
“Queridos hermanos y hermanas, en el Mensaje para la Jornada de
la Paz de hoy subrayé que las grandes
religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la
familia humana, y recordé, al respecto, que en este año 2011 se celebrará el 25° aniversario
de la Jornada mundial de oración por la paz que el
venerable Juan Pablo II convocó en Asís en 1986. Por esto, el próximo mes
de octubre, iré como peregrino a la ciudad de san Francisco, invitando
a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las distintas confesiones,
a los representantes de las tradiciones religiosas del mundo, y de forma
ideal, a todos los hombres de buena voluntad, con el fin de recordar ese gesto
histórico querido por mi predecesor y de renovar solemnemente el
compromiso de los creyentes de todas las religiones de vivir la propia fe
religiosa como servicio a la causa de la paz. Quien está en camino
hacia Dios no puede menos de transmitir paz; quien construye paz no puede menos
de acercarse a Dios. Os invito a acompañar esta iniciativa desde ahora con
vuestra oración.”[6]
Éstas son palabras de BXVI, pronunciadas el primero
de enero de 2011, tras haber convocado “Asís V”, con motivo del 25 aniversario
de “Asís I”, invocando la bendición de Jesús y de María para legitimar su
perversa iniciativa ante los fieles incautos:
“Por esto, ante el icono de la Virgen Madre, la Iglesia en este día invoca de Dios, por medio de Jesucristo, el don
de la paz: es la Jornada
mundial de la paz, ocasión propicia para reflexionar juntos
sobre los grandes desafíos que nuestra época plantea a la humanidad.”
Estas dos últimas citas van dirigidas a los
cada vez más numerosos ilusos que, escandalizados con razón por las incesantes tropelías
de Bergoglio, se empecinan, contra toda evidencia, en ver en BXVI el supuesto
refugio de los fieles desamparados y un campeón de la fe católica. Algunos llegan
incluso a considerarlo como el papa legítimo, quien estaría aguardando pacientemente
su hora para manifestar ante el mundo la invalidez de su renuncia, retornar a
la sede petrina, escarmentar al usurpador y muy hereje de Bergoglio y restaurar
la sana doctrina. Ver para creer…
Lo que es indispensable comprender, de una
buena vez, es que el plan ecuménico conciliar fue la razón de ser de esa
funesta asamblea, y que dicho plan se viene efectuando de manera gradual desde
hace más de medio siglo, a través de la acción mancomunada, uniforme y
perfectamente coherente de todos los “papas conciliares”.
La principal característica de este plan es la
de ser monolítico, innegociable e ineluctable, puesto que se trata de la
realización en directo de la “gran apostasía” anunciada por San Pablo, consumada
de manera oficial por la jerarquía eclesiástica, preludio necesario a la
manifestación pública del Anticristo, del cual Francisco, posiblemente, vaya a
ser el falso profeta…
Y este plan es exactamente el mismo tanto si
es ejecutado con muceta e incienso y modales refinados -esto es, recurriendo a
formas “tradicionales” para engañar mejor a los inocentes-, como empleando
maneras plebeyas y repulsivas. ¿Hace falta acaso aclarar que lo primero es
muchísimo más peligroso que lo segundo?
Para mayor información: