¿Quién soy yo para juzgar? Excepciones de Francisco
– Por Augusto TorchSon
En
su homilía del 18/03/2014 en su residencia de Santa Marta (aquí), Francisco
una vez más (y van…) mostró como la misericordia de Dios tiene un límite: los restauracionistas, neopelagianos, los
que se sienten seguros en la doctrina como si fuera un monolito y tienen cara
de pepinillos en vinagre; lo que dicho con propiedad son: los católicos que
pretenden seguir la Tradición, a los que más propiamente deberíamos denominar
sencillamente “Católicos”.
En la mencionada homilía advierte en contra
de los “hipócritas que se disfrazan de buenos”. Ahora, para
contextualizar y para quienes no quieren entender a quien se refiere, agrega: “¿Qué
hacen los hipócritas? Se disfrazan, se disfrazan de buenos: ponen cara de
imagencita, rezan mirando hacia el cielo, haciéndose ver, se sienten más justos
que los demás, desprecian a los demás. ‘Pero – dicen – yo soy muy católico,
porque mi tío es un gran benefactor, mi familia es ésta, y yo soy… he
aprendido… conocido a tal obispo, a tal cardenal, a tal padre… Yo soy…’. Se
sienten mejores que los demás. Ésta es la hipocresía”.
Queda claro entonces que cuando se trata de
no juzgar, se refiere solamente a los sodomitas, los que viven en pecado mortal
como son los divorciados y vueltos a casar civilmente, los cismáticos, ateos y
herejes y todos los pecadores públicos, a los que no hay que buscar
convertirlos simplemente socorrerlos en sus necesidades mundanas. En ese
sentido señala Francisco: “‘Socorran al oprimido, hagan justicia al
huérfano, defiendan la causa de la viuda’. Ocúpense del prójimo: del enfermo,
del pobre, del que tiene necesidad, del ignorante. Ésta es la piedra de
parangón. Los hipócritas no saben hacer esto, no pueden, porque están tan
llenos de sí mismos que están ciegos para mirar a los demás”.
Entonces entendemos que el “¿Quién
soy yo para juzgar” excluye definitivamente a los de “apariencia católica”. Lo gravísimo de esta
postura es que si hay algo vedado al católico es “juzgar las intenciones”, entonces ¿cómo puede hacer Francisco para
aseverar que quienes rezan o manifiestan su catolicidad y ortodoxia públicamente,
lo hacen en forma hipócrita? En honor a la verdad y a la coherencia tenemos que
observar entonces que la hipocresía no es precisamente de los acusados de
neofariseísmo sino del acusador.
Para quien haga un mínimo esfuerzo
intelectual resulta claro que la prédica de Bergoglio, más que ambigua es
directamente contradictoria. Y para demostrar nuestra aseveración mencionamos
solo algunas sus más groseras contradicciones:
-En
su primera homilía dijo “Quien no le reza al Señor, le reza al
diablo”, parafraseando a Leon Bloy, y sin embargo lo escuchamos pedir
frutos espirituales para los musulmanes en sus oraciones por el Ramadán. La
pregunta sería entonces: Si los
musulmanes no le rezan a Jesús, y hasta niegan su divinidad ¿no le están
rezando al diablo? Si el silogismo es correcto ¿puede un Papa pedir frutos a
las oraciones al demonio?
-El
14/01/2014 dijo que: “es una dicotomía absurda amar a Cristo sin
la Iglesia; escuchar a Cristo pero no a la Iglesia: estar con Cristo al margen
de la Iglesia. No se puede”; sin embargo en su video (aquí)
grabado para la conferencia de luteranos, dijo al saludarlos que lo hacía de
forma “alegre porque ustedes vinieron a adorar a Jesúcristo el único Señor y
rezar al Padre y recibir el Espíritu”, entonces uno puede preguntarse ¿cómo puede estar
con Cristo quien está al margen de la Iglesia? a menos que considere Francisco
la misma Iglesia a la Católica y a las más de 33.000 denominaciones luteranas.
Cabe recordar en este punto que el dogma enseña que “fuera de la Iglesia Católica
no hay salvación”. Recordemos que en el mismo video mencionó que
estamos separados por nuestros pecados y por malentendidos a través de la
historia. Entendemos así el desprecio que siente Bergoglio por la doctrina.
-En
la última flagrante contradicción que mencionaremos, recordamos cuando mencionó
el 01/03/2012: “¡cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la
utopía terminaron en la guerrilla de los años 70!”. Sin embargo recibió
en el mismo Vaticano al creador de la Teología
de la Liberación, Gustavo Gutierrez, promotor de la guerrilla en sacerdotes
tercermundistas de la época que menciona Bergoglio, encima para presentar el
libro de quien debería cuidar de nuestra fe, el card. Muller. Asimismo el
08/01/2014 (aquí)
el mismo Francisco avaló las “Comunidades
de Base”, movimiento brasileño inspirado en la Teología de la Liberación a
quienes alentó por su “compromiso social en nombre del Evangelio”.
Si tendríamos que enumerar las
contradicciones de Bergoglio en solo un año en el Vaticano, tendríamos que
escribir un extenso libro.
Lo que queda claro es que Bergoglio busca ser
el Papa de los ateos, de los judíos, de los musulmanes, de los protestantes, de
los ateos, de los sodomitas, de los infieles y demás pecadores públicos que no
se arrepienten de sus ofensas a Dios; más no de quienes quieren vivir su fe
coherentemente sin ocultarlo, a quienes trata de hipócritas por no regodearse
en sus pecados. He aquí otra contradicción: buscar ser Papa de quienes no lo necesitan.
¿Quién dice hoy una cosa y mañana otra
contraria, o dice lo que no hace o hace lo que dice no hacer? ¿Puede tratar de hipócritas
a los demás?
Silogismos y sentido común: Q.E.P.D. “Que en paz descansen”.
AugustoTorchSon
Misma heterodoxia, diferente actitud
Pepinillo en vinagre
Ahora como jefe supremo
Nacionalismo Católico San Juan Bautista