Suecia persiguió y esterilizó a los gitanos durante 100 años
En un informe del Gobierno
conservador sueco se admite que a lo largo de los últimos 100 años el
Estado persiguió y esterilizó a los gitanos, les arrebató a sus niños y
prohibió a esa minoría la entrada en el país.
Esta semana en Estocolmo el ministro de
Integración, Erik Ullenhag, ha presentado el informe, llamado Libro
Blanco, en el que se detallan los abusos cometidos sobre los gitanos
desde el año 1900. El ministro calificó esas décadas como “un periodo
oscuro y vergonzoso de la historia sueca”, comunica un medio local.
Desde principios del siglo XX los
gitanos eran considerados en los documentos oficiales como “grupos
indeseables para la sociedad” y como “una carga”, señala el Libro
Blanco.
Además en la segunda mitad del siglo XX
el Estado prescribió a las mujeres gitanas la esterilización apelando al
“interés de las políticas de población”.
Los datos del Libro Blanco muestran que
organismos oficiales se hicieron con la custodia de niños gitanos que
arrancaban a sus familias. Sophia Metelius, asesora política del
ministro, explica que esta era “una práctica sistemática”, especialmente
en invierno.
Estocolmo admite que prohibió entrar a
los gitanos en Suecia hasta 1964. El Libro Blanco detalla los
ayuntamientos suecos que prohibieron asentarse de forma permanente a los
gitanos y que se les impedía acceder a los servicios sociales. “La idea
era hacerles la vida imposible para que se fueran del país”, resume
Metelius.
El objetivo de este informe, explica
Ullenhag, es tratar de mejorar la situación de los gitanos que se
enfrentan cada día a una discriminación histórica.
En Suecia, un país de unos nueve millones y medio de habitantes, viven hoy más de 50.000 gitanos.