La democracia estadounidense es un juego de intereses
Un estudio revela que las
políticas gubernamentales de Estados Unidos responden a los deseos de
los grupos de poder, en lugar de las necesidades de los ciudadanos.
Oligarquía y plutocracia parecen
identificar el proceso democrático estadounidense en las últimas
décadas. Analistas creen que la cuestión monetaria pesa más que las
obligaciones para con el electorado. Por ello, no es casualidad la
polémica que levanta un estudio de las universidades de Princeton y
Northwestern: alrededor de 1800 legislaciones, entre 1980 y el 2002,
benefician al 1% más acaudalado del país.
En recientes encuestas, los ciudadanos
del país parecen confirmar las sospechas: la democracia es un juego de
intereses en donde los participantes cumplen las reglas de quienes
financian los espacios de opinión. Otros expertos afirman que sólo basta
con hacer cuenta de las monumentales inversiones en el proselitismo
electoral y sus patrones corporativos.
Pero toda vez que el país se encuentra
en elecciones primarias, las mismas reflejan el irreparable compromiso
entre benefactores y candidatos.