Divorcio: Razones de la Indisolubilidad del vínculo
Una institución natural, tan antigua como la humanidad Origenes y fines del matrimonio.
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1º.-¿Cuáles son los orígenes y los fines de la familia?
La sociedad doméstica es lógica y cronológicamente anterior a la
sociedad civil. Ella es una institución natural, tan antigua como
la humanidad que tiene sus orígenes en la propia vida humana, a la que
genera, forma y perfecciona.
Sus fines esenciales son conservar la especie y asegurar la felicidad
de los cónyuges. Ellos se encuentran inscritos, con caracteres
indelebles, en los instintos, en las tendencias y en las exigencias de
la vida humana.
2º.- ¿Existe una jerarquía de importancia entre estos fines?
Entre estas dos finalidades existe una jerarquía evidente, que
subordina lo menos a lo más. Garantizar la perpetuidad de la raza “bien
social, bien humano- es la finalida
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d primordial y directa de la familia. Dar a los cónyuges la legítima
satisfacción de sus afectos “bien individual y pasajero- es, por esto
mismo, secundario.
3º.-¿Cuáles son las condiciones en que la familia puede cumplir con estas finalidades?
La estructura de un órgano es condicionada por su función. Si el fin
de la familia es la conservación y desarrollo del género humano,
necesarios y naturales serán también los medios que condicionan su
realización objetiva.
Formar hombres no es sólo darles la vida, es asegurarles todos los
medios sin los cuales la vida no es digna de ser vivida. Los padres,
dándoles la vida a sus hijos, contraen la obligación de asistirlos con
sus cuidados durante todo el período de su desarrollo. Sólo la
monogamia realiza esta concentración de afectos que puede beneficiar a
padres y a hijos.
Como la generación, la educación debe ser el deber solidario de los que se unieron en la intimidad conyugal.
4º.- Tener familia es el primer derecho del niño
El primero y el más fundamental de los derechos del niño es el de
tener una familia, el de tener un padre y una madre que le aseguren una
existencia de acuerdo a la dignidad humana. Por eso, eliminar la
función de la unión conyugal y conservar el placer es un desorden
biológico y una depravación moral.
El acto transmisor de la vida humana es pasajero, su fruto es
permanente: como indisolubles y complementariamente conjugados son los
vínculos de la paternidad y de la maternidad, así también son los
vínculos conyugales que les dan origen. Esta es la ley vital de la
familia humana.
Los hijos nacidos o por nacer son los acreedores perpetuos de la asociación conyugal.
5º.-¿Por qué los hombres deben unirse de modo monogámico e indisoluble, a diferencia de los otros seres animales?
De la variedad aparente de los regímenes sexuales en la serie animal
resulta una gran ley que domina la biología. La unión de los sexos, cuyo
fin es llenar los vacíos dejados por la muerte, es determinada en su
forma y duración por las exigencias naturales de la prole.
Aplicada a la familia humana, la ley general se modifica según las
necesidades específicas de nuestra naturaleza. Conservando siempre la
unión de los sexos su objetivo primordial de perpetuar la raza, en el
caso del hombre su formación exige largos años de colaboración asidua
del hombre y de la mujer. En los hombres la indisolubilidad de la unión
conyugal es la expresión del orden, la ley que corresponde a la nobleza y
a la dignidad humana.
Desde el punto de vista biológico, como desde el punto de vista
moral, la disolución del casamiento es un mal y el matrimonio debe ser
proclamado científicamente: una monogamia libremente consentida e
indisoluble.
6º.- ¿Qué relación existe entre el amor y la familia indisoluble?
La familia forma a los esposos para el sacrificio, contrario a los
egoísmos sexuales. Por esto mismo, es la gran escuela educativa del
verdadero amor.
El amor es por naturaleza absoluto. Absoluto en el tiempo: sus
promesas y sus aspiraciones son eternas. Con los corazones nobles no se
estipulan pactos efímeros.
Absoluto en el exclusivismo: con el mismo amor no se aman tres.
Absoluto en la totalidad de la donación: el matrimonio indisoluble es
una donación recíproca , irrevocable, completa de dos almas.
La familia indisoluble es pues la exigencia auténtica del más noble amor.
Fundidos por la intimidad recíproca del amor en una sola unidad
moral, que corresponde a la unidad física del hijo, los padres
constituyen en la familia un ejemplo singular de una sociedad
enteramente orientada para el bien de un tercero.
7º.- ¿Por qué no podemos liberar el amor de las obligaciones de la familia?
Los tres enemigos del amor son: el impulso malo que nos arrastra para
la animalidad, la inestabilidad y la irresponsabilidad. Lo que debemos
liberar no es nuestro amor, sino a nosotros mismos de nuestra miseria,
de nuestro egoísmo, mediante la disciplina perseverante de la familia
monogámica.
Canalizar el más egoísta de los instintos en la más desinteresada de
las instituciones, es la inapreciable ventaja que la indisolubilidad da
a los cónyuges en el campo psicológico y moral.
La vida común no se mantiene ni se desarrolla sin la tolerancia
mutua, hecha de sacrificios recíprocos. Así en el roce bienhechor del
esmeril se van puliendo los diamantes brutos para que brillen en toda la
pureza de su agua.
8º.- ¿Cómo la familia educa los sentimientos del hombre?
Las preocupaciones del futuro educan los sentimientos de
responsabilidad y de economía y estimulan al ejercicio de las energías
desinteresadas. El hombre ya no es un egoísta: son otros deseos que los
placeres de un día. Tiene una familia a la cual ligó para siempre su
nombre y, con él, un tesoro de virtudes que transmitir a los herederos
de su sangre. Honra y gloria suya serán honra y gloria de sus hijos.
“La indisolubilidad del matrimonio es el baluarte de la dignidad y de
la libertad personal contra la tiranía de las pasiones, el sustentáculo
de la voluntad y de la constancia moral contra la inestabilidad de los
afectos, el dominio de la virilidad contra el afeminamiento, el triunfo
del espíritu sobre la carne” (J. Donat, Ethica Specialis, 1921, p. 70).
“Las familias legítimas son la matriz de la propia humanidad, el
laboratorio sagrado donde se prepara, se forma y se conserva a cada
instante, la sociedad entera. Desorganizar o deformar este laboratorio
es provocar los más graves desordenes en la vida social: no habrá un
solo mecanismo social que pueda funcionar normalmente, porque todos
reciben de la familia la norma y el principio de su movimiento” (Paul
Bureau, “L”indiscipline des moeurs”, p. 342)
10º.- ¿Por qué el divorcio invierte los fines de la familia?
El divorcio invierte la jerarquía de fines naturales del matrimonio
porque ya no es la prole la que dicta la ley de la familia y la duración
de su convivencia, sino la felicidad individual de los cónyuges.
Estamos por lo tanto frente a una perversión esencial.