Dos años con Francisco: un castigo espiritual de dimensiones escatológicas – Alejandro Sosa Laprida
Miles Christi –
13/03/2015
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Dos años han transcurrido desde la elección
de Bergoglio. Desde entonces, prácticamente no ha dejado pasar un solo día sin
desnaturalizar la revelación divina, sin desvirtuar la doctrina católica, sin
tergiversar el magisterio eclesiástico, poniéndolos al servicio de su ideal
humanista, naturalista, laico y masónico.
Basta con leer su « Exhortación
apostólica » Evangelii Gaudium para
comprender que nos encontramos ante un sofista notorio y un embaucador
inveterado, ante un espíritu mundano, pervertido e insensato, el prototipo del
falso profeta que toma la apariencia del cordero pero que habla como dragón. No
me propongo demostrar esto aquí, quien tuviese dudas al respecto puede consultar
los artículos siguientes que, sin pretender ser exhaustivos, me parecen
suficientemente elocuentes sobre la heterodoxia e impiedad radicales de «
Francisco »:
Tomaré tan sólo un ejemplo de sus
innumerables fechorías y de sus entuertos sin fin para ilustrar esta acusación
que por cierto reviste una gravedad extrema: el del indiferentismo religioso
que profesa Bergoglio, del cual me limitaré, en aras de la brevedad, a
transcribir solamente una cita:
« Si un
niño recibe su educación de los católicos, protestantes, ortodoxos o judíos,
eso no me interesa. A mí lo que me interesa es que lo eduquen y le quiten el
hambre. » (Entrevista con Gerson
Camarotti de la televisión brasileña en julio de 2013 durante las JMJ de Río de
Janeiro:
Si un eclesiástico hubiese sostenido
semejante opinión en cualquier época de la historia de la Iglesia (con
anterioridad al CVII) habría sido suspendido inmediatamente en su ministerio y
se le habría prohibido la enseñanza y la predicación. Y en caso de no
retractarse, se lo habría excomulgado por hereje, impío y blasfemador. La razón
de ello es muy sencilla: el indiferentismo religioso ha sido condenado
inequívocamente y en múltiples ocasiones por el magisterio, es totalmente ajeno
a la tradición y contradice abiertamente la revelación. Basta con haber leído
someramente a San Pablo para convencerse de esta evidencia...
El indiferentismo religioso constituye la
quintaesencia de la ideología subversiva, anticristiana e iluminista de la
masonería y de sus filiales onusinas y derecho-humanistas. Indiferentismo que
en los tiempos modernos adopta la figura del « principio de laicidad », so pretexto de la supuesta « neutralidad » que el Estado debe
observar en materia de culto, así como también de la falaz « neutralidad » religiosa de la escuela y de la universidad en la
educación de la infancia y de la juventud. Ahora bien, es en esta impía « neutralidad » escolar, en esta
abominable enseñanza « laica », en
esta indiferencia de principio hacia Jesucristo y hacia la religión verdadera
que se basa el proyecto bergogliano de la red de las « Escuelas para el encuentro », lo que demuestra fehacientemente que nos hallamos ante un
agente esmerado e incondicional de la contra-iglesia satánica y judeo-masónica
que tomó las riendas del poder romano, disimulada bajo los ropajes de un
catolicismo « abierto », « tolerante »
y « aggiornado », durante el CVII :
http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.fr/2014/09/evangelizacion-sin-dios-la-nueva.html
Que «
Francisco » sea o no sea franc-masón, es algo que desconozco, y que, en
definitiva, resulta casi irrelevante. Pero que esté al servicio de la
judeo-masonería y de su ideología subversiva y disolvente, laica, mundialista e
igualitarista, es un hecho que salta a la vista y que solamente los ciegos
voluntarios, los eternos « optimistas » en medio del naufragio, se resisten a
mirar de frente.
Ante la eventual objeción, ciertamente
insostenible, de que sus escándalos a repetición y sus dichos y hechos
criminales no bastasen para demostrar lo fundamentado de la gravísima acusación
que me veo obligado en conciencia a dirigir contra el inicuo inquilino de Santa
Marta y el desvergonzado usurpador de la sede petrina, sería suficiente con
escuchar lo que de él dicen esos acérrimos y encarnizados enemigos de Nuestro
Señor Jesucristo y de Su Santa Iglesia:
Considero no obstante que lo más grave de la
situación actual no es tanto la obra destructora y de demolición en regla de la
fe y de la moral católicas perpetrada por «
Francisco » y sus secuaces, sino la pasividad pasmosa y el estado de
somnolencia letárgica inquietante en la que se halla sumida la inmensa mayoría
de los fieles. Evidentemente, el CVII y su adulteración sistemática del magisterio,
de la liturgia y de la pastoral tradicionales constituyen la explicación
inmediata de este estado de descomposición global avanzada del sensus
fidei de la masa de los católicos.
Sin embargo, mucho me temo que la causa
profunda haya que buscarla en la tibieza generalizada de los creyentes y, en
definitiva, en la falta de amor por la Verdad, lo que se traduce en la
consiguiente falta de detestación del mal, del error y de la mentira. Y esto es
lo que me lleva a pensar que la elección de Bergoglio no es más que un merecido
castigo por la tibieza espiritual generalizada que afecta al mundo católico. La
única duda que tengo al respecto es si él es el falso profeta anunciado por San
Juan (Ap. 13, 11) o bien si tendremos que esperar aún a que otro « papa » ecuménicoconciliar venga a
desempeñar la función anticrística descripta tan dramáticamente en la postrera revelación
escatológica…
Alejandro Sosa Laprida
Nacionalismo Católico San Juan Bautista