martes, 3 de marzo de 2015

LA ACUSACIÓN DE ANTISEMITISMO, ARMA CONTRA LA CRISTIANDAD


LA ACUSACIÓN DE ANTISEMITISMO, ARMA CONTRA LA CRISTIANDAD

fariseo 
En sus empresas imperialistas y revolucionarias, los judíos usan una táctica característica para engañar a la gente, utilizando conceptos abstractos y vagos, frases de sentido elástico que puede comprenderse de manera equívoca y aplicarse  de diferentes maneras. Por ejemplo los conceptos de igualdad, libertad, fraternidad universal, y especialmente el de anti-semitismo, término  este último de gran elasticidad, abstracción de diferentes significados y aplicaciones diferentes, pero con el que se intenta paralizar a cristianos y  gentiles en su lucha contra el imperialismo judaico y contra la acción destructiva de las fuerzas anticristianas. La maniobra de engaño puede ser analizada como sigue:
PRESIONE "MAS INFORMACION" A SU IZQUIERDA PARA LEER ARTICULO

1. Primera etapa . Se obtiene la condena del antisemitismo mediante campañas y presiones de todo tipo, insistentes, coordinadas y enérgicas, ejercidas por fuerzas sociales controladas por el judaísmo o realizadas por agentes secretos infiltrados en las instituciones cristianas, iglesias y / o Estados.
Para llevar a cabo esta primera etapa y lograr que los dirigentes religiosos y políticos de los países cristianos se plieguen uno tras otro en la  condena del antisemitismo, le dan al principio un sentido que lo explica como:
1) discriminación racial del mismo tipo que la ejercida por los blancos en algunos países sobre los negros o por  los negros contra los blancos. También exhiben el antisemitismo como racismo que discrimina a otras razas como inferiores, lo que es contrario a las enseñanzas del mártir del Gólgota que  estableció la igualdad de los hombres ante Dios;
2) simplemente  odio al pueblo judío, lo que contradice la máxima  sublime de Cristo: “Amaos los unos a los otros”;
3) ataque y  condena del pueblo  que dio a Jesús y María. A este argumento, los judíos lo llaman “el argumento irresistible”!

estrellaDando, al principio, al antisemitismo estos tres sentidos o algún otro parecido, los judíos o sus agentes infiltrados en los países cristianos han logrado sorprender la caridad, la bondad y la buena fe de muchos cristianos e incluso de los gobernantes o miembros de la jerarquía religiosa, tanto de la Iglesia Católica y como de las iglesias protestantes o cismáticas, que, cediendo a estas presiones tan bien  organizadas cuanto oscuras  y persistentes,  formulan censuras o condenas abstractas y generales contra el antisemitismo, sin ir al detalle de lo que se condena en realidad  y sin decir  qué significa el  antisemitismo, dejando de este modo impreciso y vago lo que fue objeto de condena, con el riesgo subsiguiente  de dejar que los judíos y sus agentes en la Cristiandad sean los únicos intérpretes de tan serias decisiones .
Cuando los jefes religiosos son urgidos a declarar qué quieren decir con la condena del antisemitismo, el peligro es menor, ya que en la declaración se condena por ejemplo, la discriminación o el odio racial de las personas. Por ello, cuando los judíos tienen  la audacia de pretender dar una interpretación amplia al antisemitismo extendiendo astutamente  y por todos los medios el radio de acción de la condena, es más fácil descubrir y demostrar la falacia en toda su amplitud.
2. Segunda fase . Después de que los judíos o sus agentes han conseguido la condena del antisemitismo, entonces dan al término un significado muy diferente del que ellos dieron para obtener la condena .
Serán, por tanto, antisemitas:
mundo
a) Los que defienden a su país contra las agresiones  judaicas, haciendo uso del derecho natural de todos los pueblos a defender su independencia y libertad;
b) Los que critican y se oponen a la acción disolvente de las fuerzas judías que destruyen la  familia cristiana y la juventud difundiendo falsas doctrinas o todo tipo de vicios;
c) Los que, de cualquier manera, luchan contra el odio y la discriminación racial que los judíos creen tener  derecho a ejercer contra los cristianos, aunque hipócritamente traten de ocultarlos, y los que, de cualquier forma,  denuncian las fechorías, delitos y crímenes cometidos por los judíos contra los cristianos, musulmanes y otros gentiles que atraen por ello el justo y merecido castigo;
d) Los que desenmascaran el judaísmo como organismo director  del comunismo, de la masonería y otros movimientos subversivos que demandan  la adopción de las necesarias medidas  para prevenir su acción disolvente en el seno de la sociedad;
e) Los que, de alguna manera, se oponen a la acción judía para destruir la Santa Iglesia y la civilización cristiana en general.
 

Su juego deshonesto salta a la vista. Primero logran censuras contra el antisemitismo que identifican, ya sea como discriminación racial, ya sea como manifestación de odio del pueblo ejercido contra los judíos, tan contrario a la doctrina cristiana , y luego dan un nuevo significado a la palabra y e intentan atar de pies y  manos a los que defienden a  la Santa Iglesia, su nación, su familia o sus derechos naturales  de los ataques del imperialismo judío y les impiden defenderse tan justamente. 
Para lograrlo, las fuerzas judaicas  públicas y secretas montan un formidable  aparato de propaganda y de lamentaciones estruendosas, denunciando a gritos a los “antisemitas”, es decir, a aquellas personas  que ejercen  específicamente su legítimo derecho de defensa. Alardean de que la Iglesia ha condenado el antisemitismo, y condenan en su nombre a  estos dirigentes (o movimientos), ya que, como aseguran, ningún creyente debería proporcionar apoyo a esta labor  “antisemita” de defensa de las personas, las familias y de la Santa Iglesia contra la acción revolucionaria del imperialismo judío. Es una maniobra grosera, pero se las arreglan para provocar la desbandada debilitando la acción de los dirigentes de movimientos que han tomado la defensa  de su nación y de la civilización cristiana. Es el método más seguro que han concebido  para asegurar el triunfo de la revolución  judeo-masónica y  judeo-comunista .
Estas tácticas, en efecto, han asegurado el triunfo del judaísmo en los últimos tiempos, y han causado la catástrofe resultante que amenaza al mundo cristiano. Por ello  este tema debe ser estudiado y meditado a fondo por todos, por nosotros, que tenemos el deber de defender a la Iglesia Santa y a nuestra patria del imperialismo y del judaísmo anticristiano moderno .
> Extracto del excelente libro de 2000 años de conspiraciones contra la Iglesia , de Maurice Pinay, publicado en 1962, durante el “Concilio”  Vaticano II y distribuido a todos los obispos.
Publicado por Clémènt Lécuyer en Sédévacantiste pour rester Catholique