martes, 6 de septiembre de 2016

A los jóvenes estudiantes - Jordán B. Genta


A los jóvenes estudiantes - 

Jordán B. Genta



Jóvenes Estudiantes:

  Hay quien cree que la juventud quiere que le fomenten sus pasiones y le hablen de un destino cómodo como si fuesen pasantes de comercio o de una negación nihilista, como si para demostrar la audacia juvenil hubiera que destruirlo todo.

  Chesterton muestra a los jóvenes que el valor, especialmente en los tiempos actuales, consiste en ser partidarios del orden, porque lo verdaderamente revolucionario y renovador, por paradójico que parezca, es el orden. Vuestra rebeldía halla así un magnífico escenario de acción: tened el valor de ser realmente revolucionarios y decid con denuedo las palabras definidas que solo cohíben a los timoratos.


  Ir contra la corriente, contra esa fácil corriente que arrastra, es en nuestros días proclamar el orden inmutable: habrá quien os diga reaccionarios: demostradles que no os asustan los epítetos de su retórica gastada.



  Y frente al internacionalismo con que se os ha querido minar el concepto y la posición de la nacionalidad, proclamad vuestro amor a la Patria y vuestra fe en sus destinos. No se os importe que los demás os contradigan; sólo debe preocuparos, por identidad como a Sócrates, no estar en contradicción con vosotros mismos.



  Se os quiso descastar: se intentó que renunciarás a nuestra estirpe; mostraos orgullosos de vuestros mayores. Se os dijo, en nombre del igualitarismo abstracto y nivelador, que los héroes no existen, que, a lo sumo, deben ser estudiados como casos patológicos.



  Contra esa enseñanza plebeya afirmad la pedagogía del Arquetipo y recordad en todo momento que el ideal cristiano y caballeresco de la vida os identifica como argentinos.



  Sobre los Arquetipos humanos digo en mis lecciones de Psicología:



  “A los jóvenes argentinos dedicamos estos retratos de altas excelencias de vida. Sócrates o el educador; Aristóteles o el filósofo; San Francisco o el amor; San Martín o el soldado; Claudio Bernard o el investigador. Cada una de las cuales testimonia un logrado y magnífico destino. Y es siempre una esencial vocación que se realiza en las varias formas de ascetismo, mostrándonos que la vida es servicio y que hay renuncias que no significan derrota, sino una difícil victoria”.



  “Destacar que la vida existe en función de algo más alto que la trasciende y que concede el supremo rango a la vida del hombre ejemplar - el santo, el filósofo, el educador, el sabio, el caballero, el artista, el soldado - es referir los secretos en pasos por la «senda estrecha», el triunfo sobre sí mismo en toda consagración y la voluntad de afirmación y de sacrificio ahincada en lo más excelso del alma”.



  “Negarlo es demostrar la esclavitud del hombre a los apetitos y a las contingencias de un tiempo perecedero y antihistórico, es aceptar la pura animalidad, es desconocer la realidad profunda, la raíz metafísica de su existencia”.



  “Un hombre dominado por sus impulsos y pasiones, un hombre o un hombre libre que vive como San Francisco, muere como Sócrates, se destierra como San Martín, «desface entuertos y venga agravios» como Don Quijote, o colma sus vigilias de serena sabiduría como Aristóteles”.



  “He aquí, pues, para los jóvenes argentinos la lección de estas vidas ejemplares. Ellas nos enseñan que el hombre no es la bestia de la que nos habla el materialismo y que el más alto decoro de existencia se logra en la tensión y en el alerta de la conciencia lúcida y en la voluntad de dar testimonio y ser recordado”.





Jordán Bruno Genta - "Acerca de la Libertad de Enseñar y de la Enseñanza de la Libertad" Ed. Dictio. Págs. 85-87

Nacionalismo Católico San Juan Bautista