A los jóvenes estudiantes -
Jordán B. Genta
Jóvenes
Estudiantes:
Hay quien cree que la juventud quiere que le
fomenten sus pasiones y le hablen de un destino cómodo como si fuesen pasantes
de comercio o de una negación nihilista, como si para demostrar la audacia
juvenil hubiera que destruirlo todo.
Chesterton muestra a los jóvenes que el
valor, especialmente en los tiempos actuales, consiste en ser partidarios del
orden, porque lo verdaderamente revolucionario y renovador, por paradójico que
parezca, es el orden. Vuestra rebeldía halla así un magnífico escenario de
acción: tened el valor de ser realmente revolucionarios y decid con denuedo las
palabras definidas que solo cohíben a los timoratos.
Ir contra la corriente, contra esa fácil
corriente que arrastra, es en nuestros días proclamar el orden inmutable: habrá
quien os diga reaccionarios: demostradles que no os asustan los epítetos de su
retórica gastada.
Y frente al internacionalismo con que se os
ha querido minar el concepto y la posición de la nacionalidad, proclamad
vuestro amor a la Patria y vuestra fe en sus destinos. No se os importe que los
demás os contradigan; sólo debe preocuparos, por identidad como a Sócrates, no
estar en contradicción con vosotros mismos.
Se
os quiso descastar: se intentó que renunciarás a nuestra estirpe; mostraos
orgullosos de vuestros mayores. Se os dijo, en nombre del igualitarismo abstracto
y nivelador, que los héroes no existen, que, a lo sumo, deben ser estudiados
como casos patológicos.
Contra esa enseñanza plebeya afirmad la pedagogía
del Arquetipo y recordad en todo momento que el ideal cristiano y caballeresco
de la vida os identifica como argentinos.
Sobre los Arquetipos humanos digo en mis
lecciones de Psicología:
“A los jóvenes argentinos dedicamos estos
retratos de altas excelencias de vida. Sócrates o el educador; Aristóteles o el
filósofo; San Francisco o el amor; San Martín o el soldado; Claudio Bernard o
el investigador. Cada una de las cuales testimonia un logrado y magnífico
destino. Y es siempre una esencial vocación que se realiza en las varias formas
de ascetismo, mostrándonos que la vida es servicio y que hay renuncias que no
significan derrota, sino una difícil victoria”.
“Destacar que la vida existe en función de
algo más alto que la trasciende y que concede el supremo rango a la vida del
hombre ejemplar - el santo, el filósofo, el educador, el sabio, el caballero,
el artista, el soldado - es referir los secretos en pasos por la «senda
estrecha», el triunfo sobre sí mismo en toda consagración y la voluntad de
afirmación y de sacrificio ahincada en lo más excelso del alma”.
“Negarlo es demostrar la esclavitud del
hombre a los apetitos y a las contingencias de un tiempo perecedero y
antihistórico, es aceptar la pura animalidad, es desconocer la realidad
profunda, la raíz metafísica de su existencia”.
“Un hombre dominado por sus impulsos y
pasiones, un hombre o un hombre libre que vive como San Francisco, muere como
Sócrates, se destierra como San Martín, «desface entuertos y venga agravios»
como Don Quijote, o colma sus vigilias de serena sabiduría como Aristóteles”.
“He aquí, pues, para los jóvenes argentinos
la lección de estas vidas ejemplares. Ellas nos enseñan que el hombre no es la
bestia de la que nos habla el materialismo y que el más alto decoro de
existencia se logra en la tensión y en el alerta de la conciencia lúcida y en
la voluntad de dar testimonio y ser recordado”.
Jordán
Bruno Genta
- "Acerca de la Libertad de Enseñar y de la Enseñanza de la Libertad"
Ed. Dictio. Págs. 85-87
Nacionalismo Católico
San Juan Bautista