viernes, 27 de julio de 2018
Aborto: el triunfo del Vale Todo con tal de matar a un inocente
Aborto:
el triunfo del Vale Todo
con
tal de matar a un inocente
“Refutarlos es bueno, desenmascararlos es mejor”.
Por Juan Carlos Monedero
(h)
Durante años escuchamos a los
abortistas decir –y algunos despistados con el libreto no actualizado lo siguen
repitiendo– que el embrión no tenía vida; por eso, abortar no sería un
homicidio. Ahora bien, los que están a favor de la ley reconocieron en el Congreso
y en el Senado que el embrión es un ser vivo pero que, de todas maneras, las
mujeres igual tenían derecho.
“Los métodos anticonceptivos pueden
fallar, por eso queremos aborto legal”, vienen repitiendo ad nauseam hace tiempo. Vino Abel Albino, dijo que la anticoncepción
no era 100% eficaz, y no faltó pañuelo verde que no lo criticase.
Al principiar en abril este pseudodebate, la abogada abortista Paola
Bergallo sostuvo que “en la Argentina, en realidad, nunca estuvimos
convencidos de usar el derecho penal” contra quienes practicaban el aborto[1]. No sabemos entonces
por qué, pocos minutos después y al mejor estilo Robert De Niro, el constitucionalista
Andrés Gil Domínguez clamaba teatralmente por las mujeres que abortaban “bajo
el estigma de la persecución penal”[2].
Hay
más. Hace casi dos semanas, el científico Alberto Kornblihtt dijo que el
embrión humano (sic) no es “un ser humano”. Pero la cineasta Lucrecia Martel parece
no estar de acuerdo: según ella, en el vientre de la mujer hay vida humana –“¡Obvio que hay vida! ¡Obvio que es una vida
humana!”[3]– pero de todas
maneras “la mujer tiene derecho a decidir”. Fue repreguntada en estos términos:
“¿A eliminar una vida humana?”. Su respuesta fue: “Sí, señor, tiene el derecho”.
Última
muestra. Hace casi dos semanas, el precitado Kornblihtt sostuvo que “el concepto de vida humana es una convención arbitraria
que responde a acuerdos sociales, jurídicos o religiosos pero que escapa al
rigor del conocimiento científico”. Se trata del mismo que, en
febrero de este año, dijo por radio: “Vida humana en el sentido de la
organísmica, del organismo, como dije antes, es un proceso continuo que
comienza con la fecundación en el seno materno o también podría comenzar con una fecundación in vitro…”[4].
A ver si nos vamos entendiendo.
No
les importa la vida de las mujeres, ni la salud pública, ni el embarazo adolescente.
Les da igual contradecirse. No les importa decir blanco el sábado a la tarde y negro
el domingo a la mañana. Es la razón
abortista: el triunfo del Vale Todo con
tal de matar a un inocente. Con tal de imponer
su ideología. Con tal de forzarnos a admitir un mundo donde la mujer no sea manantial
de vida sino factoría de muerte.
Sólo
interesan sus objetivos: con cara de piedra, van a mentirte sin pestañear a fin
de poner a la Argentina de rodillas, para que nos destruyamos mutuamente.
Vos
elegís de qué lado ubicarte.